Noviembre 17, 2024

Presidente de Cataluña exige a España el retiro de la policía

Un día después de que dieron la vuelta al mundo las imágenes de la brutal represión de la policía española en Cataluña, el presidente de la Generalitat y líder del movimiento secesionista, Carles Puigdemont, exigió a Madrid una disculpa pública por los cerca de 900 heridos y los daños provocados durante el operativo, el retiro inmediato de los más de 10 mil agentes antidisturbios y la mediación de un organismo internacional, como la Unión Europea (UE), para dialogar con las autoridades españolas.

 

 

Mariano Rajoy, presidente del gobierno español, se reunió en privado con líderes de otros partidos para coordinar la estrategia de cara a una eventual declaración unilateral de independencia, en la que no se descarta la intervención de la autonomía y la destitución de sus representantes.

La resaca de la jornada electoral más importante que se ha vivido en Cataluña en décadas no sirvió para acercar posturas. Mientras Puigdemont y aliados mantienen su hoja de ruta y pidieron al Parlamento regional la convocatoria a una sesión para analizar los resultados de la consulta de autodeterminación y dar el siguiente paso para la declaración de independencia, en Madrid se insistió en defender la actuación de los agentes policiales y Rajoy se reunió con los líderes del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, y de Ciudadanos, Albert Rivera, para tener una estrategia común.

Tras el referendo en el que el a la independencia logró 90 por ciento de un total de 2 millones 200 mil votos escrutados, Puigdemont abrió la puerta a la creación de una mesa de diálogo con el gobierno español, pero con la mediación de la UE, que –señaló– “ya no puede mirar para otro lado.

El momento aconseja mediación y ésta debe ser internacional para que sea eficaz. Pero debe haber un compromiso de restablecimiento de la normalidad institucional, no puede ser que bloqueen centros de investigación ni cabe la violencia policial, debe haber un compromiso para construir un clima de distensión; si todo ello desemboca en una negociación, ya veremos, expuso.

El mandatario catalán defendió la validez del referendo y las garantías que se establecieron para que tuviera los avales necesarios de transparencia y legalidad, con lo que confirmó que los grupos parlamentarios ya negocian una fecha para el pleno extraordinario, previsiblemente el fin de semana o a principios de la próxima. La ley establece que el Parlamento debe aprobar la entrada en vigor y aplicación de la ley de desconexión del Estado español.

El referendo es válido, no obstante tanta amenaza, comandos para intimidar a poblaciones de menos de 300 habitantes, la represión en colegios electorales con gente pacíficamente concentrada (…) si pese a todo ello estamos en una participación idéntica a la que se produjo cuando se votó y aprobó la Constitución europea, me parece que no sólo es válido el resultado, sino que todo eso lo refuerza extraordinariamente. Sí, es un resultado vinculante y sobre el mismo tenemos el deber de tomar decisiones políticas, señaló Puigdemont.

En Madrid, los principales movimientos se desarrollaron en el Palacio de La Moncloa, residencia oficial de Rajoy, quien se reunió con Sánchez y Rivera. El dirigente socialista apremió al gobernante a encontrar un espacio de negociación y le confirmó su apoyo a las políticas de Estado para garantizar la integridad del territorio.

El líder de Ciudadanos pidió apoyo al mandatario para poner en marcha una operación política en Cataluña y forzar la convocatoria a elecciones anticipadas. En estas reuniones también se abordó una eventual aplicación del artículo 155 de la Constitución que supondría la suspensión de la autonomía catalana y la destitución de facto de sus autoridades, si se llega a dar la declaración unilateral de independencia.

El Ministerio del Interior informó que durante el operativo de este domingo tuvieron que ser atendidos con heridas de distinta consideración 431 agentes antidisturbios, e insistió en que se actuó de manera proporcional; además, no recibieron el apoyo pactado de la policía autónoma catalana, los Mossos d’Esquadra, actuación que investigan ocho magistrados por presunto abandono de funciones.

La Generalitat actualizó el saldo de heridos, que subió a 893, lo que aumentó la indignación de la ciudadanía, que salió de nuevo a las calles para expresar su condena. La movilización ocurrió en Barcelona, en la Plaza de Sant Jaume, sede del gobierno de la Generalitat y del Ayuntamiento. Ahí volvió el grito de independencia y surgió otro: ¡vergüenza!

También se llevó a cabo una manifestación en la Plaza de la Universidad, protagonizada en su mayoría por jóvenes, que se trasladaron a la jefatura superior de la policía de Barcelona –sede de la Policía Nacional en la ciudad– y durante varias horas denunciaron la actuación policial tirándoles avioncitos de papel.

En la localidad turística de Calella, en la comarca del Maresme de Barcelona, dos hoteles expulsaron de sus instalaciones a un numeroso grupo de agentes de la Guardia Civil después de la intervención policial de este domingo. Cuando fueron desalojados y echados del pueblo, algunos agentes españoles habrían escupido a los ciudadanos, según relató la alcaldesa Montserrat Candini, quien reconoció que los vecinos gritaron lemas en favor de la independencia mientras ellos se iban de los hoteles.

Las movilizaciones de repudio continuarán este martes, cuando se lleve a cabo la huelga general convocada por algunos sectores sindicales, los partidos soberanistas y algunas agrupaciones empresariales y educativas.

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