Noviembre 15, 2024

Tardía justicia para María Galindo

En el día de las Marías, se publica una noticia que la familia de María Galindo, así como sus amigos y compañeras del MIR esperamos durante 41 años, tras su desaparición. Fueron condenados por su secuestro los oficiales ® de Ejército Miguel Krassnoff, Pedro Espinoza, Carlos López y el suboficial ® Humberto Zapata Reyes, a 5 años y un día de prisión. Apenas 5 años, sin embargo los criminales tienen muchas condenas anteriores que cumplen en Punta Peuco.

 

 

Sin embargo la sentencia de primera instancia no cambia la condición de desaparecida de la joven obrera coronelina.  María compartió prisión y tortura en Villa Grimaldi con Marta Ugarte,  cuyo cuerpo arrojado desde un helicóptero por sus torturadores, apareció en la playa La Ballena, en los Molles. Quizás también María  fue lanzada al mar. En el jardín de Las Rosas de la ex Villa Grimaldi, hoy Parque por la Paz, dedicado a las mujeres detenidas desaparecidas, florecerán también en esta primavera María Galindo y Marta Ugarte. En palabras del poeta Raúl Zurita, “arde, el océano santo de Chile arde. Llamas como de incienso tiñen de rosa y sangre las quemadas praderas del Pacífico” (INRI, 2013).

 

Al momento de su secuestro por la DINA en Santiago, que la sentencia fija en el 18 de julio de 1976, María tenía 26 años. Acababa de regresar de Coronel donde visitó a su familia, pero no hubo testigos de la detención. En diciembre de  1980 las milicias de la Resistencia Popular reivindicaron una acción de ajusticiamiento de Roberto Rojas Alvarez, a quien identificaron como el responsable del secuestro e informante de la DINA y CNI.

 

Heroica resistencia

Al tiempo de su detención, María, militante del MIR, trabajaba en la reagrupación clandestina de obreros y trabajadores,   para contribuir a la reanimación de la lucha ya que que la CUT y las organizaciones obreras habían sido proscritas tras el golpe. Ella había sido dirigenta del sindicato de la Pesquera Boca Sur en San Pedro, Región del BioBio y por su experiencia, continuó moviéndose políticamente en tareas sindicales. Sometida a atroces torturas y vejaciones en Grimaldi, resistió heroicamente sin entregar información sobre su estructura y compañeros, entre los que estaban el ex dirigente de la Federación del Metal, Jaime Riquelme, el  “Yeti”, y esta periodista. Ese año 2006 se habían realizado mitines relámpagos para el 1º de Mayo y otras actividades de propaganda. Con María –que se llamaba Renata en la clandestinidad – hacíamos los volantes para estas actividades de forma muy precaria, con escasa ayuda porque  todavía la gente estaba muy atemorizada. María desempeñaba estas tareas con una consecuencia y valentía enormes. Alguna vez comentó que  le faltaba el dinero incluso para comer, destinándolo a realizar las tareas que asumía, tras lo cual se reía y anunciaba que iba a salir a “machetear”, conectando amigos de sus tiempos de dirigente nacional de la Juventud Obrera Católica y miembro de las comunidades cristianes de base. Era incansable en el trabajo de construcción de redes.

 

Vigencia de su lucha

La consecuencia de María es algo que también rescata el dirigente Manuel Aguilar, presidente del sindicato A Luchar – Lautaro, que agrupa a trabajadores del Transantiago. Vinculado familiarmente con María, asistió a un homenaje que se hizo en 2016 en Villa Grimaldi, a 40 años de su desaparición en manos de la DINA. “La lucha de ella está más vigente que nunca, -afirma Manuel-, sigue pendiente y como tarea del momento la reconstrucción, desde abajo, del mundo sindical, rescatando organizaciones que están incluso en manos de la patronal. Necesitamos sindicatos clasistas donde sean las bases, las asambleas, los trabajadores más consecuentes los que lleven la batuta. Que sean los mismos trabajadores los que vayan avanzando con una perspectiva política y sindical. Debemos reconstruir el legado histórico, hermoso, de lucha consecuente de compañeras como María que estuvo dispuesta a rendir la vida en favor de los trabajadores. Hay que comenzar de nuevo a soñar, porque si no soñamos y no creemos en algo mejor estamos sonados”, finaliza el dirigente.

 

El ministro Carroza fundamenta el fallo contra Krassnoff y otros agentes de la DINA en información aportada por un agente de la guardia de detenidos de Grimaldi, “quien proporciona la información acerca de los malos tratos, torturas y vejaciones cometidas en su contra, y señala que desde ese lugar se le pierde la pista sin que tenga más noticias sobre de su paradero ni se haya determinado su fallecimiento, identificando entre los agentes que la interrogaron y sacaron del cuartel a Basclay Zapata Reyes, miembro de la Agrupación Halcón a la fecha de los hechos, quien ha señalado que todas las órdenes sobre sus actuaciones provenía del oficial a cargo del MIR (investigación y represión), esto es Miguel Krassnoff Martchenko”.

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