Alberto Mayol finalmente se instaló como candidato a inscribir por la coalición del Frente Amplio con el cupo del Partido Igualdad. El nuevo Distrito 10. De inmediato se hizo famoso producto de la primera tensión pública y notoria del conglomerado, por descontado se entiende que existen muchas y multivariadas tensiones que no son públicas ni notorias.
Lo sorprendente, es cómo reaccionó la mayoría del resto del sistema político: ¡ahí están los campeones de la moralidad!, ¡los campeones de la ética, que fundan una nueva política!. Con estupor y regocijo tomaban palco para bombardear las conductas que visibilizaban los diferentes actores políticos del conglomerado. Desde analistas políticos a otros actores políticos partidarios, se jactaron y aún lo hacen, por su cercanía en comportamiento con el resto del sistema político reflejado en los audios, dimes y diretes de Boris, Giorgio y otros.
Pero bueno, los tradicionales actores, hacen lo que tienen que hacer y los nuevos, deben tratar de sintetizar, ahora, en los hechos, lo mejor posible sus problemas con prácticas aprendidas de cuna, otras propias de sus procesos internos y autónomos y el genuino, aunque ingenuo dirán algunos, deseo de hacer las cosas distintas.
Sólo por preguntar… ¿el radicalismo decimonónico y que permitió parte de la modernización del país del siglo XX con tres presidentes de la República, o la democracia cristiana, que avanzó en este proceso y desplazó en importancia electoral y política al radicalismo, o el PC y PS de Chile que paralelamente coadyuvaron a profundizar la democracia con estos y otros movimientos políticos, no fueron los que también se jactaron de una moralidad deseada para restituir al país los valores necesarios para concretar una nueva acción política hecha carne en el sistema político representativo?
Sólo por preguntar, otra vez… ¿acaso estuvieron exentos de equivocaciones por sus planteamientos y acciones políticas, donde, además los tradicionales actores políticos, fuesen opositores políticos e incluso de su propio o, cercano campo político, también les enrostraron sus contradicciones profundas como emergentes actores?
Lo que vive el Frente Amplio, es la natural vida que le corresponde en un proceso político que se encuentra, a diferencia del pasado – quizás – en desprestigio profundo y por ello, puede ser más delicada la natural cuestión que les corresponde vivenciar. Las contradictorias declaraciones provenientes desde su abanderada a la presidencia, actores intermedios y los afectados directos, dieron paso a lo que necesariamente debía ocurrir: un actor legítimo como Mayol que tuvo la disposición de someterse al escrutinio público, aunque haya sido bajo su desempeño electoral en general (primaria) y específico (Mayol), es de un alto valor simbólico desde lo moral y ético que intenta una Mejor Política desde una izquierda que se encuentra en tensión y crisis, indicarán algunos.
Continuaran las dificultades, sobre todo con la presión que permiten las elecciones (regionales, congresales y presidenciales). La esperanza se encuentra en que se logren los aprendizajes suficientes (no todos) para que el desempeño territorial sea el más virtuoso, ya que sin perjuicio de todas las plataformas de redes, es el territorio el que provee los votos, que hoy, dada la institucionalidad vigente y la desconfianza instalada en la ciudadanía, son los sectores conservadores los que más se ven beneficiados. Basta recordar la Primara de Chile Vamos y su casi millón y medio de votos. El que esté libre de pecado, que lance la primera piedra… son las rutinas y la impronta de lo nuevo.
(*) Por José Orellana, Académico Escuela de Ciencia Política y RR. II. Universidad Academia de Humanismo Cristiano. Doctor © en Estudios Americanos Instituto IDEA, USACH.