Noviembre 16, 2024

Trump despide a Steve Bannon y desata la ira de la ultraderecha

El juego del trono cobró otra víctima con la expulsión del jefe de estrategia política, Stephen Bannon, de la corte del presidente Donald Trump, provocando ira entre las filas derechistas ultranacionalistas y tranquilizando un poco a la cúpula política y económica del país.

 

 

La Casa Blanca confirmó la salida de Bannon horas después de que un torrente de versiones extraoficiales indicaban una decisión inminente. El jefe del gabinete de la Casa Blanca, John Kelly, y Steve Bannon acordaron mutuamente que hoy sería el último día de Steve. Estamos agradecidos por su servicio y le deseamos lo mejor. Esta fue la única declaración oficial de la Casa Blanca sobre la determinación.

Fuentes en la Casa Blanca aseguraron que fue Kelly quien tomó la decisión final. Otras versiones, promovidas por aliados de Bannon, indican que no fue Trump, sino Bannon, quien tomó la determinación y entregó su renuncia al presidente el 7 de agosto, con día efectivo el 14, exactamente un año después de que se sumó a la campaña presidencial, pero el anuncio fue postergado después del violento festejo de odio por neonazis, Ku Klux Klan y ultranacionalistas blancos en Charlottesville, el pasado fin de semana y sus secuelas.

De hecho, Bannon es uno de los pocos funcionarios que se han atrevido a defender las declaraciones del gobernante culpando a todos los bandos de la violencia en Charlottesville ante un coro casi universal criticando al mandatario.

Por ahora el retiro de Bannon, quien fue clave en el triunfo electoral de Trump afinando su mensaje populista y nacionalista con tintes neofascistas, es una victoria para el bando institucional dentro de la Casa Blanca, encabezado por el nuevo jefe de gabinete, el ex general John Kelly; el asesor de seguridad nacional, el ex general H.R. McMaster, y el yerno y asesor presidencial, Jared Kushner.

Considerado el Rasputín del presidente y figura máxima dentro de la Casa Blanca con vínculos con la llamada “derecha alt” –constelación de agrupaciones ultraderechistas, nacionalistas extremos y antimigrantes que favorecen en palabras del estratega una deconstrucción del Estado administrativo–, Bannon ya se encontraba en apuros ante una intensa disputa interna en la Casa Blanca.

Pero como se suele repetir, a veces en la política es mejor tener al adversario adentro que afuera. Algunos especulan que no había sido despedido justo por el temor de lo que podría desatar afuera. Pocas horas después de su despido-renuncia, se anunció que Bannon volverá a su antiguo puesto en Breitbart News –medio ultranacionalista blanco que encabezaba antes de sumarse a la campaña de Trump. “El movimiento populista-nacionalista se volvió más fuerte hoy. Breitbart ganó un presidente ejecutivo con su dedo en el pulso de la agenda Trump”, declaró Alex Marlow, editor en jefe de ese medio.

De hecho, ante la noticia de la salida de Bannon, un editor de alto nivel de Breitbart respondió en la redes con una sola palabra: #war.

Otros aliados expresaron su ira señalando que ya no hay un representante de la derecha nacionalista dura en la Casa Blanca tras el retiro de Bannon, dejando sólo a gente de Wall Street y globalistas. El representante antimigrante Steve King comentó a The Washington Post que con Steve Bannon fuera, ¿qué queda del eje conservador en la Casa Blanca? ¿Quién va a realizar la agenda de Trump? Acusó: Esto se ve como una purga de conservadores. Se espera que Bannon –quien comentó a aliados que se siente liberado– ahora desatará una ofensiva contra sus viejos colegas dentro de la Casa Blanca, que se han opuesto a sus posiciones populistas sobre migración, comercio y política exterior. La presidencia de Trump, por la cual luchamos y ganamos, ya se acabó, declaró Bannon al Weekly Standard. Advirtió que de inmediato empleará su medio, Breitbart News, como su arma.

El despido de Bannon es parte del intento de Kelly por imponer disciplina y tratar de frenar una Casa Blanca caótica y marcada por intensas disputas internas, pero esto no necesariamente marcará el fin del tumulto. Vale recordar que este gobierno, en sus primeros siete meses, ha padecido los despidos y renuncias de altos funcionarios, incluyendo un jefe de gabinete, un asesor de seguridad nacional, un subasesor de seguridad nacional, una estratega, un secretario de prensa, dos directores de comunicaciones y un subjefe de gabinete. Más allá de la Casa Blanca en sí, este mandatario también ha despedido a una procuradora general en funciones y a un jefe de la Oficina Federal de Investigaciones.

Aunque Trump aparentemente ha cedido mayor control interno a Kelly, entre las pruebas está la decisión sobre Bannon, también se había filtrado que el presidente se había irritado cada vez más con su estratega e íntimo asesor, sobre todo cuando su perfil público a veces era mayor que el del mandatario.

Más dimisiones

Todos los integrantes de la Comisión del Presidente sobre Artes y Humanidades renunciaron de manera colectiva ayer, en protesta por los comentarios de Trump en torno a las manifestaciones neonazis en Charlottesville. En una carta dirigida a Trump y fechada ayer, escribieron: Ignorar su retórica odiosa nos hubiera hecho cómplices de sus palabras y acciones. La supremacía, discriminación y vitriolo no son valores estadunidenses. Somos mejores que esto. Si eso no le queda claro a usted, entonces llamamos a que renuncie a su puesto también. La primera letra de los seis párrafos principales de la carta deletrean “r-e-s-i-s-t” (resistir).

El comité está compuesto por figuras notables en las artes y fue establecido en 1982 por el presidente Ronald Reagan como órgano de asesoría. Su integración actual, 17 miembros, fue decidida por Barack Obama. El gobierno de Trump anunció que ya había decidido eliminar el comité por razones presupuestales.

Esta semana dos consejos empresariales creados por Trump fueron disueltos después de que sus integrantes, todos prominentes ejecutivos en jefe, dimitieron en protesta por el fracaso de Trump de condenar a los extremistas derechistas en Charlottesville.

Por otro lado, Susan Bro, madre de Heather Heyer, quien murió en Charlottesville el sábado pasado atropellada en un acto de terror de un neonazi, que dejó lesionados a 19 que participaban en una manifestación pacífica en contra de los racistas, declaró: No tengo ningún interés en hablar con Trump. El presidente ha intentando llamar a Bro sin éxito. Ella comentó en entrevista con ABC que después de escuchar lo que dijo el gobernante sobre lo ocurrido no hablará con él. “No podrán lavar esto con un saludo de mano y diciéndome ‘lo lamento’. No voy a perdonarlo así”.

Las denuncias contra Trump por su insistencia en culpar a todos los bandos de lo ocurrido y no condenar directamente a los grupos de odio que provocaron la violencia siguen retumbando aquí y en todo el mundo. El mejor jugador del campeonato de basquetbol profesional este año, Kevin Durant, declaró que no irá a la Casa Blanca con su equipo, ya que no respeto a quien está en ese puesto ahora, haciéndose eco de atletas profesionales.

Mientras tanto, continúan circulando rumores sobre más renuncias de integrantes del gobierno de Trump, quienes están decidiendo si desean ser cómplices de este mandatario.

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