Ya no se trata de asuntos de votos y que los números no llegaron al Frente Amplio como se esperaba. No llegaron y así fueron las cosas, pero sobre esos resultados hay que iniciar un recorrido pensando/trabajando en el país que se necesita reinstalar, y del presente a conquistar para dejar que las futuras generaciones sigan haciendo avanzar las ruedas de la historia.
Nuestra patria está a medio terminar y a medio construir siempre.
Somos un país donde los grupos económicos y de clase son los que imponen el modelo de desarrollo a seguir, el tipo de democracia a mantener, y el rechazo más absoluto a levantar una sociedad que se sostenga en la mayor cantidad derechos al que puedan recurrir los millones de chilenos excluidos, marginados y convertidos en mano de obra barata, sencillamente porque el capitalismo con su perfil neoliberal le interesa. Una sociedad será siempre más democrática cuando los que la habitan tengan más derechos consagrados, donde se les asegure una vida digna, así de sencillo.
Chile es un país que ha estado/está en eterna crisis para los millones que viven con la esperanza que un día algo nuevo llegará. Más de la mitad de los chilenos vive con ingresos de $350.000 mensuales y eso es pobreza. Aspiramos que al mirar hacia un destino mejor sea una respuesta justa y coherente. Chile se ha construido con el esfuerzo de todos, pero especialmente por los que siempre son más, la clase trabajadora, el pueblo, los que se sientan en las puertas de sus casas en los barrios pobres de siempre para ver pasar la tarde.
Desde lo popular hay que estar con ellos y para que puedan aportar a la patria, no solo con un trabajo digno y bien remunerado, sino un Chile donde haya espacio para todos. Las grandes mayorías pueden volver a ser el actor fundamental y el verdadero protagonista en todos los asuntos de la política y la economía, pensando en un modelo de sociedad con un proyecto económico sustentable para los millones de marginados de siempre, los olvidados pobres del campo y la ciudad. Volver a reinventar y terminar lo que quitó la burguesía y el imperialismo norteamericano a sangre y fuego.
La patria debe volver a renacionalizar el cobre, el sueldo de todos los millones que somos. Nacionalizar el agua que vendió la concertación a empresas extranjeras. Nacionalizar el Litio junto a todos sus recursos naturales estratégicos, por un asunto de identidad, de dignidad e historia, y un sentido básico de que podemos construirlo a escala humana. Chile debe volver a ser dueño del mar que se lo compraron los grupos pesqueros de por vida, financiando campañas de senadores y diputados para que votaran por aquello. Jamás se habían constatado evidencias de traición a la patria de unos de los poderes del Estado debido al alto grado de corrupción, de falta de ética entre diputados y senadores.
Nadie niega el derecho al capital para que viva donde viva, con sus dineros en paraísos fiscales, sus empresas coludidas, bancos usureros, barcos convertidos en carteles, sus sistemas privados de salud y educación que financia el Estado por no poseer un sistema de salud público de calidad. Con sus cadenas de diarios y periódicos financiados con dineros de todos los chilenos. Con sus parlamentarios UDI/RN/PPD/PS/PRSD investigados, procesados y condenados por corruptos.
El camino popular es asegurar derechos para AHORA, y las futuras generaciones, pero eso hay que ganarlos. La burguesía no deja caer nada del cielo, lo nuevo crece desde abajo y hacia el correcto curso de la dignidad, la izquierda, lo popular con su voluntad eterna y su propia historia.
Una batalla notable debe ser la que se debe ganar a los CORRUPTOS, a esos hay que salir a enfrentarlos con las pruebas en la mano. Deben saberlo los UDI/RN/PDC/PS/PPD/PRSD desde ahora, que no le dejaremos ningún espacio, los enfrentaremos de cara a lo popular, en las calles y sus mercados, en las ferias y la calle, y esa batalla la ganaremos, deben saber que nada le será gratis.
En los tiempos actuales nadie puede quedar marginado del quehacer cotidiano, de la imperiosa necesidad de juntar todas las fuerzas desde las bases. Chile no puede seguir soportando al juego político que practican los dos bloques lacayos del empresariado y de los capitales extranjeros.
La izquierda no llega sin argumentos para las próximas batallas, llega con su historia de trabajo y consecuencia. Coloca en la mesa del debate el recorrido justo y democratizador desde 1990, y que fuera traicionado para quedar todo en la medida de lo posible. Las propuestas de la izquierda y las que provienen del mundo popular son perfectamente posibles concretarlas, existe voluntad y el conocimiento indispensable para hacer de este país más digno. La calle, los sindicatos, las poblaciones, las fábricas conocen de la consecuencia y honestidad para plantear proyectos serios y constructivos. Tenemos a la historia del lado nuestro.
En el mundo popular no están los que guardan sus dineros en paraísos fiscales. No están los que entregan boletas para vivir de las migajas que les deja caer los empresarios y banqueros. No están los que hacen promesas que no son capaces de cumplir. En lo popular se queman las naves cuando así lo requiere el destino y futuro de millones de hombres y mujeres.
“La igualdad en la estructura de poder como una exigencia fundamental para decretar el carácter democrático de una sociedad. Esto implica la necesaria desactivación del poder de los grupos económicos, que hoy operan con obscenidad, ostentando sus capacidades ilegitimas. Esto incluye la indispensable democratización de las Fuerzas Armadas y de Orden y generar un gran cambio cultural en todos los ámbitos de nuestra sociedad” Frente Amplio. 26 de julio.