A Alberto Mayol lo conocí en un café de Valparaíso en una tarde de verano del 2015. Su simpatía me cautivó de inmediato al acercarse espontá neamente a nuestra mesa con el ánimo de conversar y tomarnos otro café juntos. Mi hermana Patricia, Trabajadora Social en Montreal, participó del agradable encuentro. Fue un momento sencillo de reconocimiento mutuo y de intercambio de ideas acerca de la situación política en el Chile de la Nueva Mayoría y de las demandas estudiantiles y ciudadanas.
A Alberto le narramos nuestra experiencia universitaria en Canadá; escuchaba siempre atento. Nosotros lo interrogamos acerca de su prolífico quehacer académico.
Lo mejor vino cuando el hoy pre candidato del Frente Amplio desplegó sus conocimientos con cifras bien empíricas para apoyar sus razonamientos. No escatimaba recursos analíticos de la investigación sociológica para avanzar sus tesis. Lo preocupaba todo en Chile: la desigualdad, el endeudamiento, la corrupción, el poder de los medios, los derechos sociales, el poder de la elite, la ignorancia.
Me quedó claro que su amor por el conocimiento no era puro pajeo intelectual. Que su fervor y pasión por el saber le servían para actuar de manera coherente en el mundo de hoy; para querer transformar a Chile en un país más justo y digno. Ni una huella de oportunismo en su pensar.
Hace poco El Ciudadano y El Clarín —Alberto ya candidato— lo invitaron a un encuentro con militantes del mundo sindical y del movimiento NO+AFP. Alberto Mayol aceptó gustoso la invitación al Foro para exponer sus propuestas de Gobierno. Estas fueron sobrias, realizables y es evidente que permiten dar pasos por un Chile nuevo y democrático. Beatriz Sánchez también fue invitada por los dos medios citados a otro foro-encuentro con Alberto y otros dirigentes del movimiento social, pero con una gran diferencia: nunca hubo respuesta del comité político de la periodista. Su círculo íntimo y su comité de campaña se negaron asistir, haciendo prueba de esa altivez propia de las capas pequeño burguesas donde el mundo popular sirve sólo para la foto y las declaraciones.
Mientras que Alberto Mayol escucha y dialoga, todo indica que Beatriz Sánchez no tuvo tiempo para conversar con dirigentas de trabajadoras y del mundo social. Como si esto no fuera poco, Isabel Sánchez acaba de referirse al gobierno del presidente Salvador Allende y de la Unidad Popular en términos de “totalitario”. Al hacerlo, la candidata de Revolución Democrática demostró su más total ignorancia en el manejo conceptual. Ni se le ocurrió reflexionar antes de responder. Tendría que saber (no es Ossandón, el representante de la derecha rasca y simplona) que las categorías políticas acuñadas por las derechas sirvieron para estigmatizar a un Gobierno y a una historia en la que el pueblo de Chile intentó transformar las estructuras de dominación de manera democrática y con movilización popular. Que por eso hubo un Golpe de Estado y una dictadura militar; que para eso trabajó El Mercurio. Esa fue la utilidad del concepto de “totalitarismo”; para abrirle camino a la violación sistemática de los Derechos Humanos. Ignorar la historia y repetir falsos términos entonces, es permitirse la crasa ignorancia de ser cómplice de la barbarie.
Por lo mismo, no hay por dónde perderse: votar en estas primarias por Alberto Mayol es votar por el rigor intelectual, la voluntad de hacer cosas inteligentes y por un nuevo Chile más democrático y libre de ignorancia instituida.
Escrito por Leopoldo Lavín Mujica, B.A. en Journalisme, M.A. en Communication publique de l’Université Laval, Québec, Canadá. Profesor (R) del Departamento de Filosofía del Collège (CÉGEP) de Limoilou, Québec.