Noviembre 17, 2024

Piñera sí sabe en qué país vive, es más, lo tiene clarito

Sabe que en ningún país con un verdadero Estado de Derecho, puede hacer lo que hace aquí, sin que le pase absolutamente nada. Además, puede decir lo que se le da la gana, incluso con amenazas a los ciudadanos con penas del infierno, si llegara a La Moneda en una segunda oportunidad.

 

 

Habrá que recordarle a don Sebastián que su  supina ignorancia no le da derecho alguno para amenazar y espetar tal sarta de sandeces. En su gobierno, todas las estupideces que decía o hacía, pasaban piola como unas simpáticas “piñericosas”, pero ya está un poquito maduro para seguir con estas monsergas, además de sus constantes mentiras y acciones por las que está siendo imputado.

Con motivo de la formalización de detención de 14 personas “vinculadas” al caso bombas, el día 20 de agosto de 2010, es decir en su primer año de gobierno, se manda esta preciosa obra de antología en el arte de la prosopopeya:   

“Hoy en día, que ha quedado demostrado que existe vinculación entre grupos de terroristas de las FARC, creo que muchos tienen que dar explicaciones, porque al menos nuestro gobierno no va a tener ninguna contemplación, ninguna debilidad y va a combatir el terrorismo con toda la fuerza del mundo. Todo aquel que haya tenido conexiones de cualquier índole con grupos terroristas le debe una explicación a nuestro país. No solamente los que han tenido colaboración operativa en actos de terrorismo mismo, sino los que han tenido colaboración a nivel político. Porque a los terroristas hay que combatirlos en todos los frentes, no hay que darles ni un centímetro de ventaja y aplicarles siempre, en toda circunstancia y en todo lugar, todo el rigor de la ley”.

La frase que he subrayado, demuestra que el ex presidente  es presa de su propia insensatez: le recuerdo, don Sebastián, que su primo don Andrés Chadwick fue uno de los  jóvenes “héroes” de Chacarillas (¿cómplice pasivo o activo?), donde se rindió pleitesía al General Pinochet, jefe de la dictadura en la que se aplicó un feroz  terrorismo de Estado. Entonces, usted, para no ser menos, lo nombra ministro del Interior en su gobierno y en la actualidad, su jefe de campaña y máximo colaborador.

Después de “acuciosas” y largas investigaciones llevadas a cabo por el fiscal Peña (que pasó a la historia con el apodo de “el Chico Peña”),   lo único que quedó demostrado fue que el famoso caso bombas había sido un pésimo y burdo montaje y que las pruebas del nexo con las FARC, sólo existían en la tortuosa imaginación del señor Piñera y de su ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter. Sin embargo, ambos no tuvieron ninguna sanción, fuera, claro está, de haber hecho el soberano ridículo y haber perjudicado fuertemente a los imputados en dicha causa.

Un conocido proverbio dice que el sabio aprende de los errores de los demás, el inteligente aprende de sus propios errores; habría que agregar que el “bruto”  (astrónomo José Maza dixit), no aprende ni siquiera de sus propios errores. Sebastián Piñera vuelve a vociferar con algo que ya parece una obsesión compulsiva: que en La Araucanía hay terrorismo, descalificando a los precandidatos Alejandro Guillier y Beatriz Sánchez, porque desmienten tal afirmación, preguntándoles ¿en qué país viven? Claro, típico del ignorante que se cree poseedor de la verdad absoluta.

Le copio el enlace de una columna del ex fiscal Schilling, publicada hace unos días en el portal digital El Mostrador (si no lo entiende, dígale a un amigo abogado que se lo explique):  

 http://www.elmostrador.cl/noticias/opinion/2017/05/26/el-terrorismo-en-panales-en-la-araucania.

Sabe lo que pasa, don Sebastián,  que es tal su desconocimiento, en que cada cosa que dice o hace, cree que está descubriendo el hilo negro o el agua tibia: usted ha dicho que en su eventual gobierno (¡UFFF!) va a mejorar la ley antiterrorista, introduciendo agentes encubiertos. Pero Tatán, si los agentes encubiertos existen desde los años de la cocoa, especialmente  infiltrados dentro del pueblo mapuche. En todo caso, le voy a presentar uno, sólo uno, por ser el más famoso y conocido de la comarca de la Araucanía: se trata de don Raúl Castro Antipán, confeso de haber realizado por lo menos 4 atentados incendiarios y otros hechos calificados de “terroristas”, mientras se desempeñaba como agente encubierto de Carabineros para incriminar a dirigentes mapuche. El 12 de febrero de 2014, el Tribunal en lo Penal de Angol absolvió, por unanimidad, a Luis Marileo y Patricio Queipul, ambos imputados por actos de violencia en la zona (Peaje Quino), del año 2009 y juzgados por la Ley Antiterrorista, pese a ser menores de edad.

Ahora bien, ¿de dónde piensa seleccionar a los mentados agentes encubiertos?, supongo que no estará pensando  en el Cuerpo de Carabineros de Chile, pues si se defraudan –según último cómputo- más de 20 mil millones de pesos y nadie se da cuenta, además de armamento que sólo descubren en un allanamiento a una casa particular, pareciera ser que no son muy diestros en los avatares que implica la “inteligencia” antiterrorista. Creo más bien que donde se debiera infiltrar agentes encubiertos, es dentro de la propia institución uniformada, en el entendido que puedan pesquisar desde un principio, por dónde se escapa el vil dinero y las armas que el Estado le ha encomendado para la seguridad de la ciudadanía.

Dígame don Sebastián, ¿cuál va a ser el centro de operaciones de los eventuales agentes encubiertos, mismo lugar en que se estudien las estrategias para acabar con el terrible flagelo del terrorismo que asola a nuestro pacífico país?, ¿será un café con piernas desde donde despachaba su director de la ANI, don Gonzalo Yuseff, o para estar más ad hoc  con los tiempos que corren, se escogerá el Casino Monticello?

Pero, volvamos al primer párrafo de esta nota, donde señalábamos que don Sebastián sabe perfectamente en el país que vive, pues aquí, como en ninguna otra parte, se le permiten sus mentiras y acciones al filo de delitos.

Harry Houdini ha quedado como un niño de pecho al lado de Sebastián Piñera Echeñique, pues éste ha sobrepasado con creces las grandes hazañas del famoso ilusionista y ESCAPISTA,   conocido como el gran Houdini (pero le recuerdo que al gran Houdini también le llegó su hora):  zafó de la estafa del Banco de Talca; estafó a su patrón que le encargó  estudiar el mercado de las tarjetas de crédito, apropiándose del negocio, sin sufrir ni el más leve rasguño (sólo una pequeña venganza, años después, con el caso de la grabadora Kioto); le descubren sus inversiones en paraísos fiscales y sigue tan campante, misma situación que obligó a Laurence Golborne, a bajar su candidatura en las elecciones pasadas y, -que según las malas lenguas, fue denunciada por Pablo Longueira-, pero que tratándose de Piñera, pasa piola; en el caso Exalmar, dice que no se le ha comprobado delito, pero no dice que no ha querido entregar todos los correos de su hijo en que se intercambian las relaciones comerciales entre  Bancard y la pesquera peruana.  Piñera dice que todo esto se trata de una campaña sucia de la ultraizquierda. Puede tener razón el ex presidente, pues el marxista-leninista de Hermógenes Pérez de Arce, se ha ensañado con el pobre Sebastián:

 

“No fue “campaña sucia” cuando a Michelle Bachelet recientemente la acosaron por la prensa, tras saberse que le había regalado a una hija un terreno de seis millones de pesos. Sesudos análisis jurídicos fueron publicados para determinar si habría debido pagar o no el impuesto a las donaciones. Pero ahora Piñera públicamente se ufana de “ir más allá de lo exigido por la ley” al revelar o anunciar las ventas de activos por miles de millones de dólares a su cónyuge y sus hijos, fortuna que quedará en fideicomisos ciegos, sin que nadie les pregunte a los adquirentes el origen de los recursos que les permiten hacer tan millonarias compras y, si no fueron compras, si se pagaron los impuestos correspondientes a las respectivas donaciones”. (Párrafo de la columna publicada el 8 de mayo de 2017 en El Mostrador).

Lo que pasa, es que el Servicio de Impuestos Internos- cuyo director parece agente encubierto de los grandes empresarios- se encuentra  aquejado de la enfermedad del sarampión, pues sólo ataca a los más pequeños.  No cabe duda que los grandes empresarios de nuestro país, han sido educados en  la escuela de los Chicago boys (tratar de pagar los menos impuestos posibles), pero muchos de ellos, también son hijos de los boys del Chicago de los años ’30.

Para terminar, a pesar de que todavía hay mucho paño donde cortar y habrá más,  Sebastián Piñera ha acusado a la izquierda de hacer una caricatura de sus actos y de su propia persona… ¡pero don Sebastián, si usted es su propia caricatura, pues se cree empresario y jamás ha creado una empresa; usted es un especulador bursátil y punto!          

 

   

 

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