Cualquier forma de lucro a costillas de los migrantes indocumentados es una ganga. Es un negocio rentable, muy rentable como el de la trata de personas para fines de explotación sexual, laboral o tráfico de órganos, es por eso que quienes más lo sufren son los parias, ¿quién por ellos?
Una ingratitud hacen los medios de comunicación al aterrorizar indocumentados ahora que Trump es el presidente de Estados Unidos, de por sí los migrantes viven con paranoia, con un miedo instalado que es irreversible, viven con la angustia de una deportación y que los regresen al infierno de donde salieron, huyendo, buscando comida y refugio: salvar sus vidas. Hay que ser paria para entender las migraciones forzadas.
Con una carencia de profesionalismo, ética y humanidad, periodistas se dan a la tarea de orinarse encima de nosotros, es decir: estamos cogidos y nos ellos nos vuelven a coger. Es detestable la forma en que acosan a los indocumentados, pidiéndoles entrevistas, hurgando en sus casos y vidas; poniéndolos de trampolín para lograr el mejor titular y más adelante los premios que llegan porque así es como se mueve el mundo de la manipulación mediática.
No ha variado absolutamente nada la situación de los indocumentados en la administración Trump, lo que sucede es que antes los medios encubrían las deportaciones masivas que realizó Obama; recordemos que fueron cómplices en la implementación del Plan Frontera Sur y Plan Maya Chortí, cuando crearon una falsa crisis de niños que viajan solos; (han viajado solos desde hace 20 años) lo que acabó de criminalizar a los migrantes en tránsito desde el Triángulo Norte de Centroamérica hasta la frontera entre México y Estados Unidos. Ahí ninguno denunció que aquello se trataba de la militarización de Estados Unidos sobre esos territorios. Como ninguno tampoco ha dicho nada del Plan Alianza para la Prosperidad y el Plan Mérida que son el hilo catalizador de la corrupción en la región.
Desde el primer día del mandato de Trump los medios de comunicación que apoyaron abiertamente la candidatura de Hillary Clinton, y no porque ella representara un alivio para los migrantes (porque es tan Obama como Trump) si no por lo que ella representaba contra Cuba y Venezuela; han salido a la cacería de indocumentados para exponerlos ante el ojo público y hacer un teatro de su vulnerabilidad. Jamás pensaron en ellos como seres humanos, los utilizan como muchos escritores, poetas, artistas, cineastas, intelectuales, porque son una plataforma maravillosa para quien sabe hacer dinero a sus costillas.
El terror que sienten los recién emigrados que no conocen el sistema, los están bombardeando todo el día en la radio, en los periódicos, en la televisión, les ahondan la psicosis post frontera. Es un hecho que cualquier día nos deportan, pero eso no depende de quién llegue a la presidencia porque es el sistema. Pero no nos pueden deportar a todos tampoco, porque somos quienes sostenemos a este país, sin indocumentados Estados Unidos sería un caos, no hay quien trabaje en el servicio doméstico, en la jardinería, las fábricas, en los campos de cultivo, quién construya sus edificios; esa explotación laboral les permite ganancias millonarias que no están dispuestos a perder. Y encima pagamos impuestos.
Las cárceles a donde envían a los indocumentados para deportación seguirán existiendo siempre, porque es un negocio millonario, son empresas particulares las que las manejan. Nunca las denunciaron en la administración Obama y ahora lo hacen en la administración Trump, ¿por qué callaron antes? ¿Las hubieran denunciado de ser Hillary Clinton la presidenta?
Trump representa lo que un ser humano no debe ser, pero también lo representa Hillary Clinton y Obama, porque cualquiera que llegue a la presidencia de este país desde el partido Demócrata o Republicano, obedece al lineamiento del sistema capitalista: que es la destrucción de los pueblos y la marginación de los parias.
El paria siempre será paria, no importa quién sea el presidente ni el país, si el sistema es el mismo la opresión y la marginación siempre se ensañarán con el que menos tiene. Hay que cambiar entonces el sistema.
Para mientras aquí en Estados Unidos, los migrantes indocumentados no duermen, angustiados por el terror que han creado los medios de comunicación alrededor de las deportaciones, medios que solo buscan el titular más rentable. Ingratos…
Que jamás se olvide que el presidente que más indocumentados ha deportado en la historia de Estados Unidos ha sido Obama, demócrata y negro por gusto. Vendrán los de Trump y vendrán los del próximo presidente porque esto es así: el paria es paria en todos lados.
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