Cuernavaca.- Es viernes, y para darle un carácter distinto al cierre de esta semana hablaremos de literatura, hace 10 días se cumplieron 100 años del nacimiento de Juan Rulfo, sin duda es un escritor que transforma la vida literaria de nuestro país con la publicación de tres obras, pero qué obras, un libro de cuentos: El Llano en llamas y luego la publicación de Pedro Páramo yEl gallo de oro. Esta mañana quisimos invitar a Mario Casasús (1980), un morelense que estudió en la facultad de psicología de la UAEM hace algunos años; quisimos invitarlo porque Mario se ha encargado, creo que justo todavía estabas estudiando cuando viajas a Chile y te encuentras allá con la figura de Pablo Neruda, a partir de ahí no le has perdido la pista.
JB.- Mi querido Mario, bienvenido, ¿cómo estás?
MC.- Gracias por la invitación Jaime, en efecto, después de la UAEM estudié en Cuba y viví en Chile gracias al vínculo de la facultad de psicología y el Instituto Pedagógico (UMCE), los años en Cuba y Sudamérica abrieron mi panorama literario.
JB.- ¿En qué año viajaste para allá?
MC.- A principios de 2003, se cumplían 30 años del golpe de Estado de Pinochet contra Salvador Allende, había una efervescencia de la memoria, encontré a gente que nunca habló por la represión, o por depresión, o por vivir el exilio, entonces explotó la reivindicación de la memoria, al año siguiente coincidió el Centenario de Neruda, viví en Chile un momento histórico para recuperar la memoria.
JB.- De pronto, cuando todavía trabajábamos en “La Jornada Morelos”, nos encontramos con Mario y “La Jornada Morelos” comenzó a ser un canal de salida de lo que estabas haciendo; no sólo las publicaciones en Sudamérica que retomaron tus textos, sino que a partir de “La Jornada Morelos” comenzamos a publicar una serie de artículos sobre Neruda que se leyeron en todo el mundo.
MC.- Recapitulando: en 2003 llegué a Chile, en 2004 fue el Centenario de Neruda y en 2005 –cuando tú eras subdirector de La Jornada Morelos– dimos un campanazo, fue la culminación de estas investigaciones, hasta ahora es mi mejor exclusiva: entendí cómo funcionaba –o disfuncionaba- la Fundación Neruda, qué pasaba con el copyright del poeta, durante el Centenario había alcanzado un ranking de ventas de 2.3 millones de dólares, una duda me hacía mucho ruido: qué pasaba con el dinero de los derechos de autor, porque Neruda no tenía hijos, tampoco le sobrevivía su viuda Matilde Urrutia. Cuando publicamos la investigación -en agosto de 2005- fue una catapulta, paradójicamente también me cerró muchas puertas.
JB.- ¿Todavía no te quieren?
MC.- No. Lo que publicamos fue que el copyright de Neruda se va a la bolsa de valores, es algo normal en estos “tiempos modernos” –parafraseando tu columna-, pero lo anti-ético, la contradicción histórica era la inversión bursátil en la empresa “Cristalerías Chile”, dentro de todo el espectro de la bolsa de valores, el dinero iba al negocio del principal asesor de Pinochet, Ricardo Claro organizó el golpe de Estado, él invitó a Kissinger para que conociera al títere de apellido Pinochet. A la semana siguiente nos contestaron desde la Fundación Neruda (La Tercera, 21/08/2015) y se armó una tremenda polémica, a la fecha sigo peleado con esta gente en Santiago de Chile.
JB.- A partir de ahí comienzas a publicar muchas cosas, y de pronto nos perdimos la pista, luego pasó todo lo de “La Jornada”, tú te hiciste famoso y nos dejaste de hablar (risas). Nos encontramos, justo aquí, en una emisión de “Radio UAEM”, con la noticia de que habías escrito un libro siguiendo la pista de “Pablo Neruda en Morelos”.
MC.- Esto fue prácticamente una epifanía, comencé a encontrar un patrón de visitas de Neruda en Morelos, no son para tomarlas a la ligera, en cierta medida son importantes a nivel biográfico y poético, en mi libro recorro 25 años de viajes de Neruda a Morelos bajo distintas circunstancias. ¿Te imaginas más de 10 años estudiando a Neruda y de repente encuentras un patrón de sus viajes a Morelos?, investigué datos que nadie conocía en Morelos y presenté otros antecedentes que no aparecen en las biografías de Neruda.
JB.- Tu libro se llama “Pablo Neruda en Morelos 1941-1966”.
MC.- Son los 25 años que comentaba, en realidad Neruda llegó a México en 1940 –como cónsul de la Embajada de Chile-, pero no hay registros de ninguna visita a Morelos en 1940, pudo venir a comer quesadillas o pasar de camino a Acapulco, pero en 1941 sí está registrada la primera visita por un episodio muy desagradable, que tiene que ver con la agresión de un grupo de nazis alemanes, no eran simpatizantes del Partido Nazi, hablo de alemanes militantes del Partido Nacionalsocialista.
JB.- En 1941, en plena guerra.
MC.- Sí, tres semanas después del ataque a Pearl Harbor, los ánimos estaban muy caldeados.
JB.- ¿Había un grupo de militantes del Partido Nazi viviendo en Cuernavaca?
MC.- Viviendo en Cuernavaca, con negocios aquí: tenían un hotel, un restaurante y envasaban miel, era una comunidad muy influyente en términos económicos.
JB.- ¿Existen todavía?
MC.- Deben militar en el PAN ahora.
JB.- Deben militar en el PAN ahora, supongo, y en una de esas hasta en el PRD (risas). Pero me refiero, ¿existe todavía el hotel?
MC.- No. Si no respetaron el Hotel Casino de la Selva, menos van a respetar el Hotel Parque Amatlán. Si no hay una placa conmemorativa en el terreno del Casino de la Selva, mucho menos habrá una placa en la banqueta del Hotel Parque Amatlán porque es muy vergonzoso para la historia de la ciudad. Tampoco encontré a los descendientes de los nazis alemanes en Cuernavaca.
JB.- ¿Tienes los nombres de los nazis de Cuernavaca?
MC.- Sí, están los nombres de los 10 agresores detenidos, te imaginas el escándalo por agredir a un integrante del cuerpo diplomático, además Neruda era un poeta muy importante en Latinoamérica a principios de la década de 1940. Como dato anecdótico: la actriz Uma Thurman es nieta de Karl von Schleebrügge, el líder nazi tenía una mansión en Cuernavaca.
JB.- ¿Qué ocurre?, ¿Neruda viene a Cuernavaca, está comiendo y bebiendo?
MC.- Lo identifican los comensales de la mesa siguiente, y de la nada, sin mediar palabras, lo agreden.
JB.- ¿Ubicaron a Pablo Neruda?
MC.- Claro, era inconfundible, como Diego Rivera o David Alfaro Siqueiros. Le partieron la cabeza a Neruda, sus amigos lo llevaron al hospital para que le cerraran la herida con puntadas, fue un escándalo internacional, la noticia salió en toda la prensa. Lo curioso de nuestra desmemoria morelense fue que José Herrera Petere escribió una novela de 350 páginas sobre los nazis en Cuernavaca y nadie ha leído el thriller de los espías nazis, “Profunda retaguardia” es un libro completamente inédito en México.
JB.- ¿Por qué permanece inédita la novela en México?
MC.- Petere murió en el exilio durante la dictadura de Franco, nunca regresó a España. El manuscrito quedó inédito, lo rechazaron muchas editoriales, hasta que en 2009 el académico Mario Martín Gijón publicó la novela cuando la viuda le facilitó el manuscrito de Petere, pero el libro póstumo se publicó en un proyecto de Obras Completas, entonces se perdió y casi nadie compró la novela en México.
JB.- ¿Dónde se publicó?
MC.- En una coedición local de Guadalajara (España) y la Junta de Castilla La Mancha. Le escribí al hijo de José Herrera Petere para explicarle mis proyectos y de forma desinteresada me envió el Archivo Word con la novela de 350 páginas de su padre, en menos de un mes estará en circulación por primera vez en México.
JB.- ¿La vas a publicar en un mes?
MC.- Sí, escribí un prólogo extenso, jugué un poco con el título de Roberto Bolaño: “La literatura nazi en América” (1996), el poeta infrarrealista escribió ficciones de personajes con filiaciones nazis, también juego un poco con la permanencia de Pablo Neruda, Roberto Bolaño y Malcolm Lowry en Morelos; es un prólogo pretencioso.
JB.- Provocador.
MC.- Claro, debimos haber leído la novela “Profunda retaguardia” para evitar que el PAN destruyera El Casino de la Selva, para evitar que Estrada Cajigal destrozara al Estado de Morelos y Graco hiciera lo propio.
JB.- ¿Presentaste “Neruda en Morelos” durante la Feria del Libro de la UAEM?
MC.- Sí, lo hemos presentado en La Tallera de Siqueiros, con dos discípulos del experimento de David Alfaro Siqueiros –Carlos Kunte y Estela Ubando- ellos hicieron la escultura de Zapata que está enterrada entre los segundos pisos de la salida de Cuernavaca. Fue muy emotivo que estos artistas conocieran la historia de la amistad de Neruda y Siqueiros. También lo presentamos en el centro de Cuernavaca, el fotógrafo Óscar Menéndez me ayudó con el tema del Casino de la Selva, del documental de Óscar Menéndez retomé la declaración de Neruda: “EnEl Casino de la Selva, está la Capilla Sixtina mexicana” (1966), seguramente lo impactaron sus bóvedas pintadas y los mil árboles que estaban al interior del predio. Intento que en las presentaciones me acompañen personajes que conocieron a Neruda y Siqueiros para que complementen las historias hemerográficas de mi libro.
JB.- Mario, el viernes 19 publicaste un texto sobre Rulfo en “Brecha”, ¿qué estás preparando?
MC.-En octubre de 2014 publicamos en “La Jornada Morelos” un poema inédito de Neruda dedicado a Rulfo, un poema que nunca le envió a México, estaba traspapelado dentro de un libro, como un separador; el inédito me lo regaló Abraham Quezada y lo publicamos en “La Jornada Morelos”, literalmente le dio la vuelta al mundo: llegó a China, España y Sudamérica. Encontrar un poema inédito de Neruda es muy complicado y más si está dedicado a otro gran autor como Rulfo. Ahora estoy trabajando una investigación sobre Rulfo en Sudamérica: pretendo aclarar cuántas veces viajó a Brasil, Argentina, Venezuela y Chile, también me interesa saber quiénes eran sus amigos sudamericanos.
Jaime, traigo otra exclusiva entre manos: Rulfo hizo lo mismo que Neruda, escribía cartas y dedicatorias pero no las enviaba al destinatario. La semana pasada encontraron una joya, entre los 10,000 libros de la biblioteca personal de Rulfo –tenía una colección de 700 libros de fotografía y las 50 traducciones de “Pedro Páramo” que le llegaban de todo el mundo-, en el transcurso del inventario de la biblioteca personal apareció un ejemplar invaluable, y precisamente ahora que mencionas al semanario “Brecha”, le dije a Juan Francisco Rulfo: “próximamente saldrán tres páginas para conmemorar el Centenario de tu papá en Brecha”, quedé sorprendido con la respuesta del hijo de Rulfo: “encontramos en la biblioteca un libro de mi papá dedicado a Eduardo Galeano, nunca lo envió a Montevideo”. A partir de este hallazgo espero que la dedicatoria de Rulfo esté en la contraportada de algún libro de Galeano en Siglo XXI, en cualquier reedición. Cuando le preguntaban a Galeano quiénes eran sus maestros, siempre respondía: “tengo tres maestros: Juan Rulfo, Juan Rulfo y Juan Rulfo”. Ahora sabemos que la admiración era correspondida, lamentablemente Eduardo Galeano murió sin escuchar la historia de la dedicatoria de Rulfo.
JB.- ¿Es una dedicatoria manuscrita o está en una tarjeta a máquina?
MC.- Está escrita con el puño y letra de Rulfo en un libro. Espero que mi investigación salga con la foto de la dedicatoria y el autógrafo de Rulfo, citaré los fragmentos del libro “Memoria del fuego” (1986) donde Eduardo Galeano elogia a Rulfo, y retomaré mi entrevista con Galeano en Xalapa, por supuesto hablamos de Rulfo.
JB.- ¿Te refieres a la entrevista con Galeano que publicamos en “La Jornada Morelos” al recibir el Doctorado Honoris Causa de la Universidad Veracruzana?
MC.- Cierto, publicamos la entrevista con Galeano en “La Jornada Morelos”. Mi propuesta -“Rulfo en Sudamérica”- corregirá algunas imprecisiones con las fechas de sus viajes y aportará un enfoque novedoso, es muy fácil repetir lugares comunes. Es muy fácil difamar a Rulfo con leyendas apócrifas, creo que la perspectiva sudamericana se complementará perfectamente con el homenaje dedicado a Rulfo en el semanario “Brecha”.
JB.- Leí en “Brecha” la declaración de Arreola que publicó “Proceso”, diciendo que entre los dos barajaron los capítulos que después comprendieron “Pedro Páramo”.
MC.- Desde mi perspectiva es el peor insulto para un escritor: atribuirse la coautoría de un libro magistral, a partir de la envidia y la ignorancia. Arreola desconocía que Rulfo publicó 3 adelantos de “Pedro Páramo” en 3 revistas. Arreola se adjudicó el “mérito” de ordenar los capítulos de “Pedro Páramo” justamente una semana después de la muerte de Rulfo, de una forma alevosa, de mala leche. Todos sabíamos que Arreola era el mitómano de esta versión, pero no hacíamos hincapié en la siguiente declaración de Arreola: “yo le regalé El gallo de oro a Rulfo, y ni siquiera leí la versión de Rulfo para que vean que buenos amigos éramos”. Siguiendo la lógica de “los buenos amigos”, al rato voy a comenzar a plagiar tus colaboraciones en “Proceso” (risas).
JB.- Entonces voy a decir: “yo le conseguí a Casasús el poema inédito de Neruda”.
MC.- Para que funcione tendrás que esperar hasta que me muera (risas). Todos sabíamos que Arreola inventó esa teoría difamatoria que desgraciadamente la retoman escritores como Juan Villoro, pero vamos a enfocarnos en la otra gran mentira, Arreola dijo que le regaló “El gallo de oro”, ¿todo el talento de Rulfo proviene de Arreola?, por favor. La entrevista de “Proceso” es fantástica, un fragmento salió en la edición impresa y Vicente Leñero se encargó de publicarla completa en un libro (“¿Te acuerdas de Rulfo, Juan José Arreola?”. Ediciones Proceso, 1987), Arreola soltó toda la sopa y se sintió envalentonado con la muerte de Rulfo, porque ya no estaba para desmentirlo.
JB.- Querido Mario, te agradezco que nos acompañes, acompáñanos más seguido, ¿no?
MC.- Cada vez que me invites querido Jaime, espero traer a la cabina de “Radio UAEM” la novela “Profunda retaguardia”, creo que tendrá resonancia entre los lectores morelenses de Malcolm Lowry, pienso en nuestro amigo Francisco Rebolledo, director de Difusión Cultural de la UAEM (Universidad Autónoma del Estado de Morelos).
*Corresponsal –en Morelos- del semanario Proceso. Fragmento de la entrevista transmitida el viernes 26 de mayo por Radio UAEM (106.1 FM).