Noviembre 17, 2024

El bombazo del (al) Frente Amplio

La bomba de Mayol fue llevada a La Paz, vía Ecuador, por Esteban Silva, integrante de su comando y ex asesor de lujo de un  Presidente de Perú hoy fugitivo. Según la prensa peruana Silva, ex IC y ex PS, fue asesor en cooperación internacional de ese presidente peruano en el año 2000.

 

 

Según Mayol habría que buscar una solución al viejo problema de una salida al mar para Bolivia negociando un corredor soberano de Bolivia al mar chileno por un corredor soberano de Chile a través de Bolivia hasta la frontera de Bolivia con Paraguay o Brasil. “Kilómetro cuadrado por kilómetro cuadrado”. Ello juntamente con recuperar el “Mar para Chile” desprivatizando lo que hoy existe.

Es una bomba en el sentido de que es primera vez que un candidato o precandidato a la Presidencia de la República de Chile se pone a la ofensiva en las relaciones con Bolivia, que siempre considerará y demandará una salida soberana al mar. Siempre. Con Evo o sin Evo.

Hasta ahora la posición de la Cancillería chilena sobre el tema, desde que se conquistó en guerra la costa boliviana, ha sido a la defensiva, incluso en aquellas negociaciones cara a cara.

La que más se asemeja a la actual propuesta bomba es la del acuerdo de Charana, cuando el dictador Pinochet respondió con ella a su amigo, el dictador boliviano Bánzer, también tirano de derecha. La negociación, en 1975. fracasó, según trascendidos, por la oposición peruana. Perú estaba gobernado por el Presidente Velasco, un dictador anti Pinochet y anti Bánzer.

Ahora, ante la propuesta de Mayol, ya el Ministro de Defensa de Bolivia, Reymi Ferreira, puso un pero: “Lo que no creo que sea factible…es admitir un canje territorial”.

Es también un bombazo el de Mayol porque se produce en medio de un juicio en La Haya, donde Bolivia ha concurrido pidiendo que la Corte conmine a Chile a conversar sobre el tema (no a que acepte salida soberana al mar sino a que converse). La bomba se anticipa a lo que eventualmente podría ser el tema al final de la eventual conversación pedida por Bolivia a La Haya, y puede influir en los jueces de la Corte que están preparando sus personales sentencias sobre “la conversación”.

Beatriz Sánchez, al ser consultada sobre su posición ante el tema, señaló: “Tenemos (Chile, Cancillería) una fijación con lo jurídico y no con lo político”. “No diré mi postura respecto a la salida al mar para Bolivia (hoy). Hay litigio en La Haya. Lo que sé es que debemos TRABAJAR con nuestros vecinos”.

Agrego lo obvio: Trabajar supone conversar, que es lo que Bolivia está solicitando en La Haya.

El bombazo ha sido tan fuerte que mis ex compañeros de partido en nuestros tiempos mozos, los agentes de Chile ante La Haya, Grossman y Gaspar, han guardado silencio como diciendo que el bombazo no existió. ¿Cuál bombazo?

Varias veces, en estas columnas y otras publicaciones, hemos planteado la necesidad integracionista y de futuro de que Chile, Bolivia y Perú (a Perú no se le puede desconocer en una eventual salida al mar de Bolivia por Arica, por razones de legalidad internacional) construyan al norte de la ciudad de Arica un polo portuario de desarrollo tripartido al que pudiere conectarse Bolivia a través de un corredor soberano que pase inmediatamente al sur del límite de la Concordia.

Ese polo trinacional de desarrollo, así propuesto, se haría cara al mar chileno, reconocido por la Corte de La Haya, en las condiciones en que hoy está o, de acuerdo a las fuerzas políticas chilenas, en poder del Estado soberano de Chile como lo propone Mayol. Recordemos que Arturo Prat y otros patriotas no murieron en combate, en 1879, por preservar o conquistar un mar para las pesqueras de 6 ó 7 familias oligárquicas.

Al margen de la reacción de su Ministro de Defensa, la caída de la bomba en La Paz fue muy bien recibida. Fue un regalo inesperado para Evo, que es el Presidente de Bolivia, un destacado líder de izquierda y un exagerado chovinista (que puede ver en el contenido de la bomba una nueva expresión de “la debilidad pequeño burguesa” ante la fuerza de su ofensiva “nacional, proletaria, obrero y campesina” como diría Álvaro García Linera).

No sé cómo habrá caído la bomba en nuestra ciudadanía, tan “nacionalista”, patriotera y por momentos chovinista. ¿Se irá a engrifar? Lo veremos pronto.

Esa ciudadanía es la que debe votar en cinco meses más, y en ella el Frente Amplio ha conquistado un espacio creciente y esperanzador.

Uno, cuando emprende una campaña electoral de izquierda, debe intentar educar a los votantes y no ocultar sus objetivos políticos, pero al mismo tiempo, su estrategia y sus tácticas no deben contener posibles autobombazos.

En esta materia hay que ser más cuidadosos que al comer pescado.

Sobre todo cuando la campaña que empujamos y que va creciendo -de una postura rebelde, juvenil, inteligente y la única no corrupta- puede ser atacada sin razón por todas las fuerzas políticas del statu quo y los más grandes medios de comunicación.

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