Noviembre 16, 2024

Salió gente al camino

Antes de obtener aquello que llamaron democracia, luego de un proceloso proceso de transición, la dictadura-cívico militar había cumplido las primeras etapas previas a la democratización pactada.

Primero, el terror y el exterminio, segundo, la entronización del modelo neoliberal como experimento piloto (arrebatando las conquistas sociales, salud, educación, previsión), arrojándolas al mercado (la mano misteriosa de las transnacionales) junto con toda la actividad económica instituyendo en el país un modelo extractivista  primario exportador.

 

 

Tercero, lavado de cerebro masivo; apoliticismo, crédito fácil (el llamado dinero plástico) y -por esta vía,-el endeudamiento compulsivo  de los ciudadanos -ahora transformados en consumidores-, para gloria y majestad de la banca y el Retail.

Cuarto, un sistema cerrado de dos grandes conglomerados de partidos, que monopolizaron la actividad política haciéndola una actividad de técnicos o expertos, excluyendo de hecho a la gran mayoría de ciudadanos, a los cuales redujeron a una entelequia consagratoria y legitimadora de procedimientos rituales.        

Quinto, una conjunción muy estrecha entre la política y la economía (elite empresariales y políticos), asociación que en 17 años devino en la más inusitada corruptela y descomposición Institucional, que mostró -frente a todos los chilenos-, la tramoya que subyacía  bajo la  administración del poder, para defraudar al Estado, coludirse, mentir, robar, evadir eludir (paraísos fiscales)  y/o abusar del pueblo, que aún soporta sumiso y resignado (voto voluntario) constituyendo una caja de pandora y como tal, la esperanza que un día  decida incorporarse activamente, a la única vía factible por ahora (el voto), para tirar el mantel y plantar su carácter constituyente y soberano,  cambiando el destino de nuestro país, que siendo rico en recursos, es saqueado a diario por los dueños del dinero y sus epígonos políticos.

Esta renuencia creciente de las mayorías, este plegarse sobre si mismos negándose a ejercer su derecho a elegir, es uno de los grandes misterios sociales y políticos a desentrañar.

Digo misterio, consciente de que en la ciencia política todo debería tener una explicación o algún agudo análisis sociológico etc., sin embargo, los agudos análisis sociológicos al parecer solo se hacen  expost (como el búho de Minerva hegeliano). Por ahora solo nos cabe hacer conjeturas. 

¿Son aún prolongadas secuelas del terror?, (la presencia latente en el aire y en la cultura cotidiana  de rostros torturados, desaparecidos, muertos y exiliados de los horrores de la historia reciente) o los resabios  del éxito en el machaqueo permanente del mito del mercado, consumo, rebalse, emprendimiento u otras sandeces de la fantasía ideológica de las elites, o abulia o indiferencia ante el escepticismo de que el voto nada podrá cambiar en tanto cuanto el poder siga siendo colonizado por el consabido duopolio, o es posible que la política sea concebida como una actividad encriptada, propia de técnicos y/o expertos  y no consiguen hacer la asociación, entre la precariedad de sus vidas cotidianas, y la incidencia del modelo vigente, (“la política no me interesa, yo igual tengo que trabajar”, son respuestas frecuentes y resignadas de ciudadanos que no imaginan que si bien en cualquier sociedad [ante de alcanzar la plenitud que eliminaría el trabajo humano], se puede y se debe trabajar;  muy diferente es, cuando existe justicia social, un modelo de desarrollo plenamente democrático , -sin discriminación y dueños-, que permita desarrollar las condiciones básicas materiales e intelectuales para todos,  viviendas dignas,  educación, desarrollo de pleno de vocaciones y la libre creatividad del pensamiento colectivo). Por ahora, solo  tenemos la represión a todo tipo de participación política en sus trabajos, amenazas de cesantía, listas negras, etc., tras lo cual acecha la indefensión, un destino negro e incierto, la vorágine hacia los abismos de la moratoria, tras lo cual se desmorona el frágil tinglado de mercancías y objetos -adquiridos con esfuerzo y a plazos-  la educación de sus hijos etc.,  sin poder pagar sus deudas.            

Sería fácil resolver el intríngulis diciendo “un poco de todas las anteriores” pero esta hipótesis puede ser muy dudosa como explicación, pues si pensamos que todos estos horrores, tienen ya 44 años de historia y que la gran mayoría de chilenos que constituyen hoy nuestra sociedad, solo conocen de oídas tales tropelías. Lo cual puede significar, que los mecanismos de la cultura impuesta y la alienación son trans generacionales y por tanto -al trasmitirse en el tiempo-, son internalizados por las generaciones posteriores de manera que finalmente se naturalizan como estructura “normal” (como  la construcción del nuevo  sentido común) que se expresa en “la vida que a cada cual le correspondió”.

Solo aquellas mentes críticas, capaces de imaginar, logran romper esas redes y elevarse por sobre ellas y mirarlas desde otra perspectiva, y de paso,  les aguan la fiesta a los que nunca desearían cambiar nada de sus paraísos.   

Sin embargo, la gran paradoja de la coyuntura electoral hoy; es que, -y si nos basamos en las encuestas- podríamos tener como presidente no solo un conspicuo representante de la  derecha neoliberal en su versión mas salvaje,  (S.Piñera),  sino de alguien que ha hecho una millonaria fortuna flotando siempre en los lindes de la pillería, la evasión tributaria, y el conflicto de intereses; hasta hoy.

No obstante, en medio de esta crisis de gobernabilidad del duopolio, salió gente al camino. El F.A., emerge hoy como fuerza alternativa y,  cualquiera de los dos candidatos que van a la primaria, son lejos mejores que todo el paquete del duopolio; no solo por ser portadores de programas de desarrollo social colectivo (donde está implícito la superación del modelo neoliberal),  en función del bien común, sino porque sus antagonistas están fatalmente contagiados de la lepra incurable de un modelo que fenece en todo el planeta. La tarea es entonces encontrar las claves para ayudar al parto -que muevan a esas mayorías- a dar el paso hacia los caminos iniciales del alumbramiento de la nueva sociedad. Tenemos que estar conscientes que la lucha será larga y dura y que posiblemente irá mucho mas allá de la actual coyuntura electoral. La semilla crecerá y es de esperar que el choclo no se desgrane al primer viento de primavera, o con posibles contratiempos coyunturales, por el  contrario, ellos deben ser un acicate para el aprendizaje y el acendramiento de los espíritus.             

Stgo. 25.0517                                                     P. Valenzuela.

     

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