Confieso que me había olvidado de las columnas y juicios públicos del ex militante del Mapu y ex Jefe de Comunicaciones de Aylwin, Eugenio Tironi, actual lobbysta, propagandista de derecha, asesor de grandes empresas monopólicas y columnista de El Mercurio.
Por una cuestión de higiene mental. Y de consideración de otros gallinazos, evidentemente más importantes. La pólvora periodística es una pequeña riqueza que no hay que malgastar.
Sin embargo su último homenaje al difunto Agustín Edwards Eastman (con esos apellidos a Tironi le dio haber dado un gustito extra en alguna de sus partes al contemplarlo en su diario) me obliga a escribir algunas letras.
Creímos que Tironi había ya llegado a los extremos que lo ha hecho gente que también escribe para la empresa de Edwards, como Óscar Guillermo Garretón y Roberto Ampuero, ex beneficiados por Cuba, Alemania Oriental, el Sahara Occidental y Libia.
Pero nos equivocamos.
Eugenio Tironi ha ido más allá. Ha rendido homenaje (El Mercurio,C2,miércoles 26 de abril):
“Era un empresario, pero en lugar de acumular (se entiende que dinero) se dedicó a fomentar obras culturales y sociales (!). Era la cabeza de un diario conservador, pero sorprendía con opiniones y conductas extravagantes, entre otras acoger a jóvenes adictos en proceso de recuperación. Era, por cierto, de derechas PERO SABÍA RESPETAR A QUIENES PENSAMOS (!) EN FORMA DFERENTE”.
Decir que Agustín Edwards se destacaba por respetar a quienes pensaban en forma diferente es un chiste post mortem tan cruel como haber rendido homenaje a Pinochet por su civilidad, su pacifismo y su indudable carácter democrático; al Chacal de Nahueltoro por haber tratado siempre bien a su familia, o al torturador de Nabila Rifo por haber sido toda la vida un ser respetuoso y amable para con ella.
Tironi ha roto todos los límites que las personas civilizadas respetan para convivir en sociedad, que son, como se sabe, no muchos.
Diría que Edwards tenía un aspecto superior al de Tironi en su actividad pública: fue siempre un extremista neo fascista. Tironi llegó a ser, así como lo vemos hoy día, un hombre de izquierda democrática y poco antes un destacado ultraizquierdista.
Edwards habría sido como Tironi si a la muerte de Stalin le hubiera rendido sentido homenaje como ex Presidente demócrata que siempre se distinguió por su respeto a la paz mundial y los derechos humanos, especialmente los derechos políticos.
Algunos cercanos a Tironi asesinados o desaparecidos por la dictadura que, destacadamente y a la cabeza, Edwards fomentó, ayudó siempre, sirvió en sus crímenes y por cierto elogió día a día:
Juan Maino, Carlos Alcayaga, Eugenio Ruiz Tagle, José Maureira, María Cecilia Magnet, Michael Woodward, Elyzabeth Rekas.
Fueron medio centenar.