Analizando la brutal masacre, con bombas atómicas, que EEUU lanzó sobre Japón en 1945, viendo su destrucción y los restos humanos que sobrevivieron, esa tragedia de Hiroshima y Nagasaki, el mundo occidental – y, dentro de su periferia, Chile – se horrorizó y llamó a todos los humanos, incluidos los militares norteamericanos, a no repetir jamás ese holocausto.
En ese tiempo, en el Oriente, no había quien se opusiera a los EEUU triunfantes en esa segunda guerra mundial. La URSS, a pesar de sus diferencias con el país del norte, había finalmente sido su aliada decisiva para derrotar a Alemania, Italia y Japón. China había colocado millones de sus muertos para derrotar a Japón, su enemigo histórico.
En estos días, y más que nunca desde la Guerra de Corea de 1952, las armas letales norteamericanas se han ubicado a tiro de misiles y otras armas mayores en las costas de Corea del Norte, que ha sumado tecnología, recursos de todo tipo, apoyos internos y voluntad suicida para enfrentar a la potencia militar verdaderamente más grande del planeta.
¿Harán algo más Rusia y China que lo que no hicieron para impedir la matanza atómica en Japón? Rusia es una debilitada caricatura de lo que fue la URSS y China, más poderosa que nunca, ha basado su poder en la paz y el inmenso desarrollo económico logrado en los últimos decenios.
Después de sus bombazos en Siria y Afganistán, sin respuestas ni condenas en Europa y en América, incluido Chile, EEUU se alista para atacar Corea del Norte. ¿Repetirá lo de Japón de 1945?
El prestigioso diario El País de España ha informado recién que, según estudios de instituciones prestigiosas de los propios EEUU como el “Consejo de Relaciones Exteriores”, la Casa Blanca, encabezada por Obama (una especie de “pacifista” comparado con Trump), ordenó el año pasado lanzar 12.095 bombas sobre Irak, ¡12.095!; otras 12.192 sobre Siria; 1.551 sobre Afganistán (no sólo al naciente EI sino a los rebeldes talibanes); 490 a Libia, transformada en un repetido cementerio en ruinas; 34 bombas en Yemen, al que también bombardea su aliado Arabia Saudita; y 3 sobre Pakistán, donde había sido aniquilado Osama Bin Laden ¡por criminal! 26.171 bombas en total.
Si cada bomba mató a cien personas, ya llevamos en esa parte de Asia y África sahariana, en el año pasado, unos 262.000 muertos a causa de estos bombardeos.
Han caído recién miles de bombas sobre el mundo.
Estamos ad portas de que algo criminal vuelva a suceder en Corea y que en la Tierra se desencadenen víctimas como las de Hiroshima y Nagasaki.
¿Podemos permanecer impávidos? ¿En qué quedó el nunca más? ¿Qué dice nuestro gobierno? ¿Nuestros políticos? ¿Nuestras candidatas y nuestros candidatos?
Entre nosotros no son pocos los que piensan que da lo mismo lo que pase hoy en Corea; son los que creen que Chile no forma parte del planeta. Otros, peores, serían partidarios que Trump bombardee ahora Corea del Norte, porque allí hay una dictadura total y un dictador militar y tirano. ¿Habrían sido partidarios que en 1974 fuese bombardeado Santiago de Chile?