Dos de las más grandes mafias del planeta, que venían lanzando sus tentáculos para abrazarse, se soltaron.
La de Trump, golpeó, como sin nada, a la otra, la de Putin, con el pretexto de que un íntimo amigo de la de Putin había matado niños y mujeres con bombas químicas.
Si la historia fuese menos trágica el pretexto habría dado para sonreír con una mueca.
La historia enseña que nadie ha matado más niños y mujeres, en aventuras bélicas, que los ancestros de Trump: más de 100 mil niños y 100 mil mujeres murieron quemados en Hiroshima y Nagasaqui hace poco más de 80 años y cientos de miles de mujeres y niños fueron víctimas de napalm en Vietnam; unos 500 mil niños y mujeres en Irak.
La mafia de Putin ha quedado, creo, perpleja por ahora, pero seguramente apretará su hierro a los chechenios, sus permanentes “terroristas” caseros.
La mafia de Putin actual fue poderosísima hasta 1990, integrada a la URSS, cuyas fuerzas equilibraban las de USA, pero el fin de la URSS, en sus propias manos, trajo consigo la esperada disminución en sus gastos militares y su creciente subdesarrollo como gran potencia.
Hoy, Rusia tiene un per cápita parecido al chileno, mientras USA tiene uno del doble, y ese doble aumenta aún más si se constata el actual gasto militar, elevado por Trump a unos 550 mil millones de dólares, una cuarta parte de todo lo que el mundo gasta en armamento.
¿Qué hará la mafia Trump ahora?
Trump ha mejorado, con su bombardeo naval a Siria, su posición en su país, donde algunos lo veían como íntimo de Putin. También mejoró sus relaciones con Alemania, con Inglaterra, con Francia, adversarios permanentes del gobierno sirio y de Putin.
Aprobado su mayor gasto militar -que la fortalece como primera fuerza planetaria- la mafia de Trump puede dar zarpazos nuevamente en Siria -tal vez cambiando de enemigo ocasional (al EI)- o en otro sector “terrorista” en Yemen, o directamente en Corea del Norte.
Ya se ha movilizado hacia allá.
Lo que no podemos esperar es que se quede tranquilo, dedicado sólo al muro con México y a la expulsión de millones de latinos.
El gasto militar está para gastarlo.
Chile ¿no tiene nada que decir ante esta escalada internacional que hará aún más grave la situación mundial y puede desatar otra carnicería?
Hasta ahora la Cancillería ha guardado silencio frente al ataque de Trump contra Siria. Y a los candidatos y candidatas no se les escucha.