Tener agua potable es cuestión de vida o muerte. Actualmente, contamos con reservas de agua suficientes para abastecer a todo el mundo, sin embargo, a causa de las escasas infraestructuras o la mala situación económica que asola algunos países, millones de personas, la mayoría niños, mueren a causa de este hecho. En total, cerca de dos millones de muertes infantiles se producen cada año por falta de agua limpia y saneamiento adecuado.
A pesar de ello, según cuenta el Informe sobre Desarrollo Humano que edita el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, los pobres de todo el mundo a menudo pagan más por el agua que la gente de España, Inglaterra o los EEUU.
Más de un billón de personas no tiene agua potable y casi tres padecen un alcantarillado insuficiente. En total, la escasez de de este bien, afecta a más de un 40% de la población y se prevé que aumente con el tiempo. Hoy son 20 litros de agua limpia al día lo que pide el informe para cada ser humano y casi todas las personas subsaharianas disponen menos de esa cantidad.
El Instituto Nacional de Estadística ha estimado que 132 litros de agua por habitante son los que se consumen en España, una de las cifras más altas de Europa, aunque lejanas todavía de los 600 litros que consumen en Estados Unidos, donde hay estados que consumen cien veces lo que se consume en Mozambique.
Muchos países gastan menos del 1% del PIB en Agua. “Esto tiene que aumentar bruscamente, al igual que la proporción de la ayuda en proyectos de agua”, según el PNUD.
El agua que los más pobres consiguen, a veces enormemente cara, está contaminada con bastante frecuencia y contagian buen número de enfermedades, señala el informe, que estima que casi la mitad de todas las personas en los países en desarrollo está sufriendo de una enfermedad causada por la mala agua y el pésimo saneamiento.
El Medio Oriente es la región con más “estrés hídrico” siendo los palestinos, especialmente en Gaza, los que más sufren. Sólo un 3% del agua mundial es potable y el cambio climático ha golpeado más duramente al los países todavía en desarrollo, reduciendo la disponibilidad de agua y la productividad agrícola, provocando hambrunas y sequía.
Por todos estos motivos, la Organización de las Naciones Unidas, celebra cada 22 de marzo el Día Internacional del Agua, para reivindicar la importancia de este bien escaso y de todas aquellas personas que no tienen la facilidad de abrir un grifo y poder beber de él. En este día se reconoce más que nunca la necesidad del derecho humano al agua y del saneamiento de la misma como un bien que debería ser, para todos, imprescindible.
Selección en Internet: Inalvys Campo Lazo