Noviembre 24, 2024

Sugerencias de una persona de izquierda

A pocos meses de cambiar el folio del gobierno y el Congreso me atrevo a sugerir desde la izquierda:

Ser de izquierda en el Chile de hoy es estar orgulloso del intento revolucionario de la Unidad Popular y de portar la herencia de Bilbao, Arcos, Balmaceda, Recabarren, M.Grove, Enríquez, Rodrigo Ambrosio y Carlos Lorca.Y tener a Salvador Allende como primer referente histórico y su heroísmo como ejemplo de grandeza.

 

 

Los socialistas deben portar la ética pública en su accionar y luchar en sus organizaciones por desalojar de ellas a quienes la han pisoteado o la pisotean.

Ser socialista es haber luchado por la vuelta a la democracia por medios políticos y de masas; es mantener una postura crítica a los fundamentos y prácticas capitalistas -no sólo neoliberales, que son algunos de sus excesos- y una conducta internacional de apoyo a las causas democráticas, antiimperialistas y de solidaridad. Es participar en acuerdos y alianzas que tengan como objetivo profundizar la democracia y entenderla como un sistema que posibilita el predominio de la ciudadanía y de los intereses colectivos por sobre lo fáctico e individualista, y la conquista creciente de mayores derechos sociales y económicos para las grandes mayorías.

Esa perspectiva de alianzas hace privilegiar hoy las que se dan o deben darse al interior de la Nueva Mayoría entre sectores del PS, del PC y del PPD, y más allá (o más acá de ella) con la IC, el PAIS, Revolución Democrática, Izquierda Autónoma en sus dos versiones, Nueva Democracia y otros.

De sectores de la Nueva Mayoría y del Frente Amplio deberá surgir, junto al movimiento social, la Nueva Izquierda que Chile necesita.

No vivimos en la era de la revolución industrial europea, ni de la Revolución de Octubre, ni de la Guerra Fría entre potencias similares, pero, como en esas épocas, una pequeña cáfila de poderosos domina el mundo globalizado, un puñado de grandes capitalistas europeos, americanos y asiáticos tiene ingresos incalculables y las diferencias en el seno de la especie humana son más abismales que nunca.

Mientras hay quienes poseen miles de millones de dólares, más de mil millones de seres humanos carecen de alimentos para sobrevivir, perciben menos de un dólar diario, no tienen agua potable ni condiciones sanitarias humanas y sobreviven en numerosas poblaciones que mueren antes de cumplir 50 años.

Vivimos en la era de las matanzas en África y Medio Oriente, de la destrucción de países como Afganistán, Irak, Libia y Siria, y del terrorismo como respuesta a ello; en la era de Trump, del nuevo racismo y la guerra, y del fortalecimiento de las tendencias más retrógradas en Europa, EEUU, China y varios países de América Latina (Brasil,Argentina), y de acentuación, como consecuencia de la violencia estatal y del hambre, de la migración hacia Europa, EEUU y algunos otros países del continente, como Chile.

La izquierda chilena debería ser partidaria de la unidad latinoamericana, una unidad antifascista y pacifista; de la apertura a la inmigración y la acogida a los inmigrantes; de la hermandad con el millón de emigrantes chilenos en el exterior; del desarrollo de las organizaciones políticas de ellos; de la pertenencia en los movimientos sociales democráticos y de izquierda; y la propuesta de un gobierno de izquierda-centro, de amplia base, con un programa ciudadano reformista de tipo radical.

Ese programa debería integrar:

La lucha por la igualdad de ingresos por igual trabajo entre hombres y mujeres.

La lucha por establecer que Chile es un país multinacional y multicultural.

El avance en la legalización del aborto y la eutanasia.

La descentralización del país.

El fin del actual sistema de AFP.

Una nueva Constitución legitimada por un poder constituyente democrático.

Educación primara, secundaria, técnica y universitaria estatal y gratuita, paralela a la privada normalmente pagada y a alto precio, que no debería recibir aporte alguno del Estado. La selección para la educación universitaria estatal y gratuita debería hacerse con altos estándares y proyectando las especialidades necesarias para el desarrollo integral del país.

Una nueva reforma tributaria que posibilite mayores fondos para Salud, Educación,regiones pauperizadas (como la Araucanía) y zonas extremas.

Reforma al sistema de defensa nacional, que establezca una clara dependencia de éste a la ciudadanía, a través del poder político democrático, y un modo de financiamiento que apunte a la paz y no a las permanentes carreras armamentistas, que finalmente enriquecen a camarillas sin transparencia.

Una política de paz y negociación con los vecinos, de integración con ellos y de solución definitiva a pendientes con Bolivia, que deben considerar una solución tripartita, como un polo de desarrollo trinacional al norte de Arica.

Estudio inmediato de una chilenización del cobre, al estilo de la establecida en los sesenta, con la que deberíamos avanzar a una nacionalización como la aprobada unánimemente en 1971.

Nacionalización del agua, del litio y de empresas de servicios estratégicos que, por razones incluso de seguridad nacional, no deben permanecer en manos de capitalistas sin patria.

Luchar porque la gente tenga una visión crítica de los grandes medios de comunicación internacionales y nacionales, para que enterada de su propiedad y objetivos, la gente pueda “interpretar” sus informaciones y “leer” entre líneas sus mensajes culturales.En el mundo actual está asegurada la hegemonía comunicacional en manos de los grandes consorcios, que nos comunican lo que ellos definen.

Fortalecimiento de las relaciones políticas con partidos de izquierda en Europa, América del Sur, América Central y Caribe y con fuerzas como Podemos e Izquierda Unida de España, la Izquierda alemana y el sector de izquierda del Partido Demócrata de los EEUU.

Propuesta y lucha, junto a otras fuerzas y organizaciones de trabajadores, por un ingreso mínimo de 700 dólares, que está muy por debajo de los 1.800 dólares del per cápita chileno mensual y es semejante al ingreso mínimo en países como Grecia y Portugal, los países europeos de menores ingresos, y con per cápita similar al chileno.

Lucha frontal en contra de la antigua y nueva corrupción, partiendo de la base que la principal corrupción es la desigualdad.

No habrá solución al “problema mapuche” mientras no haya solución para los explotados por el capitalismo. El “problema mapuche”siendo también un problema de nacionalidades, es,en primer término, un problema socio-económico. Afecta en primer término a los asalariados y pequeños productores indígenas.

Estas sugerencias son especialmente dedicadas a quienes están hoy tras las posibles candidaturas de Fernando Atria, Beatriz Sánchez y Luis Messina.

 

Ser de izquierda hoy es ser solidario con los pobres del mundo y, por cierto, con los pobres de Chile, con los discriminados, con los marginados, con los pirquineros, con las y los temporeros, con las y los vendedores ambulantes, con los llamados pequeños empresarios urbanos y agrícolas, con los que crean riquezas sin apropiarse de ellas, con los trabajadores de la ciudad y el campo, con los proletarios de todos los tipos, también los de cuello y corbata, con los económicamente oprimidos.

Con todos los que, por su pertenencia social y económica, deberían ser socialistas.

 

 

 

 

 

 

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