En la historia de los 58 años de la Revolución Cubana, las amenazas, agresiones y acciones subversivas de los sucesivos gobiernos de EEUU, con el objetivo de aniquilar el proceso revolucionario emprendido por el pueblo, ha sido una constante.
En este momento, nos tratan de imponer, por todas las vías, la teoría neoliberal, sostén ideológico del proceso de globalización en curso y manifestación económica, política e ideológica, del capitalismo monopolista en su fase transnacional.
No es casual, que en la guerra de símbolos que nos aplican se resalte la aceptación del capitalismo como la solución a todos nuestros males, la incapacidad del socialismo para transitar por el camino del desarrollo, el mercado libre de la intervención estatal, y el estímulo al lucro individualista.
Hasta han hecho suyos términos que están en las raíces históricas y culturales de la nación cubana, modificando su esencia, sin aportar nada nuevo.
Preguntamos, ¿fueron emprendedores los padres fundadores del pensamiento cubano, que jugaron un rol determinante en la conformación de un ideal independentista y patriótico; en el rechazo al anexionismo; en el espíritu revolucionario, de solidaridad, humanista e internacionalista, que se ha trasladado de una generación a otra? ¿Fueron emprendedores los jóvenes de la Generación del Centenario que atacaron los cuarteles Guillermón Moncada y Carlos Manuel de Céspedes para que no muriese el Apóstol en su centenario? ¿Es emprendedor el pueblo que ha acompañado a Fidel y a la Revolución en estos duros años? Sin dudas que sí.
Pero los emprendedores, según los teóricos y agentes al servicio del imperialismo, son solo los que acometen negocios particulares, a los cuales invitan a cuanto evento se organiza en Estados Unidos y en otros países. No falta, por supuesto, el financiamiento a varios de ellos.
Un sector priorizado en la atención a los emprendedores es el de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).
Diariamente, en los medios al servicio del capital, se publicitan aplicaciones informáticas desarrolladas por estos, visitas a la sede de grandes corporaciones del sector en el vecino del Norte, convocatorias a eventos, y críticas a las empresas estatales cubanas del ramo.
Sin embargo, ninguno de estos medios divulgó el premio conferido por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en mayo del 2016, a la empresa cubana Soluciones Informáticas (Softel), adscrita al Grupo Empresarial de la Informática y las Comunicaciones, por el proyecto Informatización del Sistema Nacional de Salud en Cuba.
Actualmente en servicio en más de cien instituciones de salud en la Isla, este proyecto, campeón en la Cumbre Mundial de la Sociedad de la Información, el pasado año, está compuesto por tres soluciones informáticas interrelacionadas: Sistema de información para la salud, Solución informática para la Red Nacional de Bancos de Sangre y Sistema de Información Hospitalaria.
Otra aplicación informática de gran alcance e impacto nacional, y silenciada también por medios capitalistas, es el Sistema Integrado Postal (SIP) para la gestión de los servicios en los correos de Cuba.
Todas las oficinas de correo informatizadas; los centros de distribución domiciliaria (CDD), encargados de distribuir la correspondencia y encomiendas postales; los centros de clasificación postal (CCP), encargados de clasificar la correspondencia y encomiendas; la Oficina de Cambios Internacional (OCI), donde se procesa lo que entra y sale del país antes de llegar a su destino, y la casa matriz del Grupo Empresarial Correos de Cuba, tienen acceso al SIP.
La implementación del SIP ha constituido un gran aporte a la mejora de la calidad y monitoreo de los servicios postales, reconocido por la Unión Postal Internacional; propiciado una disminución de pérdidas económicas por más de 3 millones de pesos, en los últimos dos años, y contribuido al crecimiento del PIB del país, al posibilitar la creación de más servicios.
Estos son solo dos ejemplos de lo que hace la empresa estatal socialista, en bien de la economía y del bienestar de nuestro pueblo, utilizando las TIC.
No obstante, cuando el expresidente Barack Obama v
El propósito fue y continuará siendo otorgar preferencias a los sectores privados en perjuicio de los públicos y aplicar las fórmulas del capitalismo salvaje, pues el objetivo de destruir a la Revolución no ha variado.
Mucho puede y debe aportar el sector privado a la economía cubana, también en las TIC, pero su promoción interesada en detrimento del sector estatal, que garantiza el acceso equitativo de los cubanos a servicios básicos, es parte de la guerra psicológica que busca arrebatarnos lo conquistado para todos y todas.
*Analista político cubano