Mientras los ministros de Comercio de los países del Pacífico se preparan para discutir el futuro de la Asociación Transpacífica (TPP por su sigla en inglés) en Chile la próxima semana, más de 200 organizaciones que representan a los ciudadanos de los países que participarán instaron a sus gobiernos a aceptar que el TPP Modelo ha fracasado y participar en un proceso más abierto y democrático para desarrollar alternativas genuinas que confronten los retos económicos, sociales y ambientales del siglo XXI.
Cuando Donald Trump dio aviso oficial del retiro de Estados Unidos del proceso TPP, reconoció lo obvio: que el acuerdo murió bajo el peso de sus propios términos y no pudo obtener suficiente apoyo en el Congreso de Estados Unidos para ser ratificado. Las organizaciones de la sociedad civil unidas a través de los países de TPP habían hecho campaña durante años contra el acuerdo, retrasando su conclusión después de su fecha límite de 2012 y finalmente llevando a su desaparición.
Ahora que el TPP ha muerto, las 200 organizaciones – incluyendo organizaciones internacionales como la Confederación Sindical Internacional (CSI) y Amigos de la Tierra Internacional, así como decenas de organizaciones nacionales de Australia, Canadá, Chile, Colombia, Japón, Malasia, México, Nueva Zelanda, Perú, Corea del Sur, Estados Unidos y Vietnam – creen que los ciudadanos están mejor sin el TPP. Los grupos instan a sus ministros de comercio a resistir cualquier intento de reactivar el TPP mismo o insertar sus reglas en futuras negociaciones comerciales, ya sean bilaterales, regionales o multilaterales.
El director del Observatorio Ciudadano, parte de la plataforma Chile Mejor sin TPP, José Aylwin precisó que “tal como señalamos en su oportunidad, el TPP vulneraba los derechos fundamentales de diversas maneras, incluyendo derechos de propiedad intelectual, derecho a la salud, al medio ambiente, y los derechos de pueblos indígenas, entre otros. También otorgaba derechos a los inversores que deterioraban la capacidad de los estados para asegurar que estos pudiesen garantizar el interés público y la vigencia efectiva de estos derechos.
Aylwin agregó que “por lo mismo rechazamos todo intento de reponer iniciativas análogas, luego de su muerte como consecuencia de la posición del gobierno de Trump en relación a él, con consecuencias adversas similares a los derechos humanos. Lamentamos que el gobierno de Chile tome la iniciativa para convocar a una reunión de los Ministros de Comercio del Pacífico con tal objetivo”.
Yasuo Kondo de la Acción Popular contra el TPP en Japón, afirmó que “muerto o no, seguiremos vigilando al TPP y cualquier acuerdo de asociación económica basado en él. Lucharemos contra cualquier expansión de la globalización corporativa”.
Asimismo Jane Kelsey, profesora de la Universidad de Auckland en Nueva Zelanda, señaló que “estos ministros están en un estado de negación. En lugar de conspirar para resucitar su modelo fracasado en nuevas formas, deberían comprometerse con su gente para desarrollar alternativas reales que puedan satisfacer las necesidades de sus naciones y reclamar alguna legitimidad genuina”.
La Dra. Patricia Ranald, Coordinadora de la Red Australiana de Comercio Justo e Inversiones, dijo que “el TPP fracasó porque puso los derechos corporativos por delante de los derechos de las personas y generó tanta oposición que el parlamento australiano no lo aprobó”.
Carlos Figueroa, militante de Revolución Democrática e integrante de Chile Mejor sin TPP, indicó que “la pregunta ¿Y qué haremos ahora? No la podemos responder con el mantra “Más libre comercio”. El comercio del futuro es apuntar a distribuir más la riqueza, generar economías más sustentables y generar procesos más democráticos”.