Noviembre 16, 2024

“Es mejor un ateo sincero que católicos hipócritas” (Papa Francisco).

El Papa Francisco tiene adoptó un nombre de mucha significación en la historia del cristianismo: Francisco de Asís representó una verdadera revolución en la Edad Media, acercando el cristianismo al verdadero sentido evangélico, según las enseñanzas de Jesús, es decir, vivir la pobreza y con los pobres y ser uno de ellos. Los Franciscanos que siguieron a su fundador mantuvieron fieles a los principios del fundador; otros prefirieron acometer las luchas por el poder, que se daban en las distintas Órdenes religiosas – en el Santiago colonial se daban verdaderas guerras, por ejemplo, entre Dominicos, Agustinos y Franciscanos -. Si queremos conocer la verdad la historia de la Quintrala, que no era tan mala como la  retratan algunos historiadores, entre ellos Benjamín Vicuña Mackenna, habría que investigar las luchas entre las distintas Órdenes religiosas durante la colonia.

 

 

Un sector de los Franciscanos que se mantuvo fiel a su fundador y a la vida mendigante a imitación de Jesucristo, fue el de los Fratellis (Hermanos), – uno de los personajes de En nombre de la rosa,  de Umberto Eco, es un fratelli, refugiado en un monasterio -.

El Papa Francisco tiene una mezcla entre Franciscano, Jesuita y argentino: como Franciscano, se acerca mucho a la actitud evangélica de Jesús: no vive como sus demás predecesores en el pontificado y rodeado de servidores y boato, tampoco usa trajes dorados y dignos de pavo real, ni zapatos rojos, sólo un sencillo anillo; en sus discursos habla de que los pastores de la Iglesia deberían tener olor a oveja y no el pachulí de los poderosos, además, rechaza la adoración del dinero, al cual son aficionados muchos de los obispos, monseñores y curitas, en fin, rechaza el culto de “Mamón” que se empeña en que la Iglesia le eche agua bendita a tanto millonario que se ha apropiado del poder político y económico.

A su vez, es Jesuita de formación y convicción, por consiguiente, muy preparado intelectualmente y hábil para usar el poder. Para entender a Carlos Marx es bastante acertado leer a los grandes autores jesuitas: Muchos cristianos se acercaron al marxismo gracias al aporte de la Orden de San Ignacio de Loyola, pero no ocurre lo mismo con Maquiavelo, de quien no han logrado entender lo esencial de su aporte a la ciencia política que es, en este caso,  la separación entre la ética política y la ética religiosa; quien aspira a salvarse por medio de la política, seguramente se condenará, pues la ética y el poder, pienso, están siempre divorciados – sólo el neurasténico de San Pablo puede sostener que los  fieles deben someterse al poder -.Santo Tomas propicia el tiranicidio

A diferencia de muchos de mis compatriotas –  tienen envidia de los argentinos, tal vez atribuido al famoso complejo de inferioridad de país chico frente al grande – a mí me caen muy bien porque son  directos, dicen las cosas por su nombre y no andan con hipocresías; Volviendo al  Papa, cuando habla para el público no sabemos si lo hace en idioma italiano o porteño, si canta Enrico Caruso o Carlos Gardel. En el caso chileno, al menos, lo acompaña una jerarquía muy reaccionaria, liderada por Ricardo Ezzati, italiano de origen – amigo del cura Fernando Karadima – pronto a jubilar pero, por desgracia, los posibles postulantes son tan reaccionarios y conservadores como él. El Papa, sin tomar en cuenta la opinión y las quejas de los  fieles y sacerdotes de Osorno, no ha querido mover al obispo Juan Barros, un cómplice de Karadima.

A pesar de sus opiniones de avanzadas, el Papa Francisco depurar la curia romana: en el Banco Vaticano algunos cardenales y otros  altos funcionarios siguen robando a gusto, y han tratado de convertir a Jesucristo en un banquero: un purpurado fue descubierto con un maletín con millones de euros, en la frontera suiza. En vez de ayudar a Órdenes religiosas, que trabajan directamente con la gente, el Banco Vaticano es un verdadero paraíso fiscal donde los especuladores meten el dinero mal habido, pero la bendición de Jesús – cómo les hubiera gustado que Jesús hubiera dicho, en el Sermón de la Montaña, “bienaventurados los ricos, pues los haría más ricos “Los negros y los rotos al infierno por flojos

Aun cuando hay pocos ateos  sinceros, católicos hipócritas los hay por millones, y aquello de sepulcros blancos por fuera y podridos por dentro, les viene muy bien. Los reyes de la hipocresía son algunos de los católicos democratacristianos, liderados por Mariana Aylwin, la hija de Don Patricio, que desde el Congreso Nacional, siendo presidente de la Democracia Cristiana, redacto la declaración de ilegalidad del gobierno de Salvador Allende, engañando, incluso, a sus propios compañeros, fundadores de la Falange Nacional, entre ellos al diputado don Bernardo Leighton, a quien le aseguró que dicha declaración no tenía como fin el de derrocar al gobierno legítimo, sino el de buscar correcciones, (el Propio Leighton confiesa, en la revista Chile América, haber sido engañado por el entonces amigo)

El hipócrita democratacristiano, Patricio Aylwin, defendió el golpe de Estado sabiendo que los militares estaban asesinando a centenares de chilenos, lo cual significa que el mandamiento “no matarás”, no es respetado por muchos  democratacristianos, y cuando se dieron cuenta que Augusto Pinochet no tenía ninguna intención de compartir la torta con ellos, se pasaron a la oposición, tal no por amor al respecto de los derechos humanos, sino para seguir su propio mandamiento: “pituto o muerte”.

Aywin fue el primer presidente después de la dictadura de Pinochet, y con sus ministros Enrique Correa y Eduardo Boeninger afirmaron la política neoliberal de la dictadura – quizás la gente olvide que Boeninger hizo imposible renacionalizar las empresas privatizadas por Pinochet, que se mantuvieron en manos de sus secuaces para enriquecerse – y como no les falta audacia a los  “hipócritas cristianos”, el ex Presidente Aylwin se atrevió a calificar a Salvador Allende como el peor presidente de chile.

Los democratacristianos de derecha suelen ser beatos, por consiguiente, tienen algunos problemas de conciencia, El ex Presidente Aylwin habló sobre la “crueldad del neoliberalismo, cuando su gobierno siguió a pie juntillas esta doctrina.

Su hija, Mariana Aylwin, ahora encabeza la cruza de los “hipócritas cristianos” contra cualquier gobierno progresista. El famoso viaje a Cuba no es más que una maniobra, entre tantas, para colocar a dueños de empresas y millonarios en los gobiernos de América Latina. Ya lo han logrado en Brasil, con Temer, en Perú, con P.P. Kuczynski, Macri, en Argentina.

El objetivo del viaje de Mariana a Cuba no era otro que armar un conflicto dentro de la Democracia Cristiana para imponer, esta vez, una candidata que vaya directamente a la primera vuelta y, de esta manera, tomar el camino propio, es decir, ni de izquierda ni de derecha, pero al fin, derecha.

Los derechistas democratacristianos, que han destruido este partido llevándolos a perder más de un millón de votos, y saben muy bien que sólo pueden llegar al poder  si traicionan a la Nueva Mayoría – como lo han venido haciendo en el jueguito del “caballo de Troya”.

Los democratacristianos siempre se han aprovechado de la Iglesia y del catolicismo. Como  falangistas, eran más avanzados que  jerarquía católica  y – incluso, Monseñor Augusto Salinas los llamó enemigos de Cristo por negarse a apoyar la ley de defensa de la democracia -. En los años 60, estuvieron al unísono con la jerarquía eclesiástica, gracias al Concilio Vaticano II y al CELAM; posteriormente, quedaron a la zaga respecto de la teología de la liberación y, hoy, muchos de ellos, aun cuando se dicen cristianos y practicantes, son mucho más reaccionarios que el mismísimo Cardenal Ezzati.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

24/02/2017  

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