En medio de la tragedia que azota a Chile Ud., señor ex Presidente, impacta por su liviandad y su incontrolado afán de echar tallas para que otros rían. De mostrarse como sea. De no poder callarse.
Chile se ha estado quemando, señor ex Presidente. Y Ud. riéndose. Aun hay fuego en San Antonio, a cien km. de Santiago ¿lo ubica?-
Nuestra tragedia coincide además, en lo trágico, con la que viven los inmigrantes en los EEUU, los latinos en general allí, los negros, las mujeres, gatillada por el nuevo gobierno del Presidente Trump. Un gobierno que tiene toda la pinta de fascistoide. Y Ud. riéndose.
Me dirijo a Ud., que ha sido nada menos que Presidente de Chile y que ahora pretende volver a serlo.
En El Mercurio de 1 de febrero (C3) recién pasado se destaca uno de sus últimos chistes, justo en el momento en que el país no está para bromas, en que a Chile llega la ayuda internacional necesaria y decisiva porque es débil el Estado que Ud. gobernó, se movilizan los bomberos, los brigadistas, sectores de las FFAA y buena parte de lo mejor de Chile.
Chicharra o Chicharrita, señor ex Presidente, el más grande de nuestros payasos y tonys, que seguramente hizo reír a su papá en Las Águilas Humanas por allí por los años cincuenta, y que a ratos fue superior al Tony Caluga porque improvisaba, quedó chico al lado suyo, de su picardía, señor ex Presidente. Y ningún ex o actual jefe de Estado del mundo, se ha atrevido a hacer bromas superficiales o a tomar para la chacota, como Ud., la amenazante situación de los EEUU. Sólo Ud., señor ex Presidente. ¿No le llama la atención?
Dice Ud., señor ex Presidente, en su publicitado twitter de la tarde del 31 de enero recién pasado y publicado el 1 de febrero: “Donald Trump eligió a Mickey Pence como Vicepresidente. O sea, EEUU está gobernado por Donald y Mickey. ¿Lo habrá soñado Walt Disney?” Firmado SP. Son sus palabras. Su chiste. Allí está en su twitter. Su hija no alcanzó a borrarlo.
El Mercurio aclara que el Vicepresidente de los EEUU se llama Mike Pence. Mike o Michael de Miguel, y Mickey de Miguelito. La reconocida picardía suya, señor ex Presidente, consistió en reemplazar el nombre de Mike por el de Mickey. El ratón de Walt Disney. Un nuevo Chicharrita en medio del dolor nacional. Y del dolor de los perjudicados por las políticas de Trump. Un ex Presidente, candidato a ser de nuevo Presidente de Chile, con tal estatura internacional. Seguramente leyó su chiste el embajador de los EEUU. Le agrego, señor ex Presidente, por si le sirve, que Pence, traducido al español o castellano, es penique o centavo, de esos que Ud. ha ido acumulando poco a poco despertándose temprano y trabajando arduamente 24/7 toda su esforzada vida.
No está lejos el día ¿recuerda? en que, en medio de otra tragedia nacional, Ud. habló del “marepoto”. Y lo repitió, cuando lo encontró cómico.Recordamos perfectamente. Ya era Ud. un nuevo Chicharra. O que, en un 18 en el Parque, y luego de una cueca televisada bailada con su ex Secretaria General de Gobierno, hoy enjuiciada por fresca, soltó Ud. otro chiste, que estimó seguramente “picante” y de “doble sentido”: “Está bien buena la Enna” dijo usted. ¡Qué cómico! Sobre todo para el pobre marido de la señora Enna.
No cabe duda. Estamos frente al ex Presidente más chispeante y cómico de nuestra historia, debe haber pensado el feliz esposo. No cabe duda.
Lo que más impresiona eso sí en Ud., Sr. Presidente, es que, entre talla y talla, usted suele también reincidir en su conducta más chueca, la de la traición manifiesta, pensando siempre egoístamente más en su bolsillo que en el que lo envió a hacer un negocio o más en su bolsillo que en la nación, eso que necesariamente todos los nacidos aquí solemos llevar muy dentro.
El gran Dante Alighieri, en el siglo XIII, entendía la traición como el peor pecado del hombre. Ubicaba a los traidores en el centro del infierno, junto a Satanás, en el 9° y más quemante círculo. (“La Divina Comedia”).
¿Qué fue sino una traición al empresario Claro (QEPD), el haberse quedado con el negocio internacional de las tarjetas de crédito? ¿O el haber ganado dinero aprovechándose de información privilegiada, sancionado varias veces por tribunales internacionales?
Todos hemos visto cómo, en medio de las llamas de hoy, no sólo el chiste y la broma pública para que todos se enteren y algunos rían, sino la tendencia a desfigurar al Estado chileno y al gobierno y a todos los que obligadamente o voluntariamente apuntan hoy contra el fuego, para sacar pecho llamando a la minoría de los concejales que lo sigan, no a la autoridad, sino a Ud., ebrio de ambición por ganar aún más poder y sobre todo aún más billetes.
Esa actitud, evidentemente desleal, también la tuvo Ud., y con mayúscula, a inicios de su gobierno cuando se domicilió en Islas Vírgenes, para al menos no pagar impuestos a Chile, y desde allí apostó a ganar más billetes si Perú se imponía a Chile ante la Corte Internacional de Justicia, en el diferendo por los límites marítimos. Más mar para Chile, gano yo como Presidente. Más mar para Perú, gano yo como apostador internacional. Ganó este último. Como si Humala, el Presidente de Perú, se hubiera comprado, en esos días, por siaca, una pesquera chilena en Arica.
Recuerde, señor ex Presidente, que a pesar de las críticas y de los golpes de pecho de algunos de sus cercanos, Ud. mantiene su domicilio en Islas Vírgenes y, por cierto, su jugoso negocio en el Perú.
Bien seria y bien traidora la cuestión. Como la de Judas o, más terrenal, la de Brutus o Bruto, el romano que apuñaló, con otros, a su tutor o padre Julio César en el senado. ¿Tú, Judas? ¿Tú, de nuevo, Bruto?
Judas (y, si prefiere, Brutus) o Chicharrita… ¿Quién es verdaderamente Ud., Señor Piñera? ¿Un Judas o un Bruto Chicharra o un Chicharrita Bruto?
No sé aún lo que opina el lector, pero a mi entender, Ud., señor ex Presidente, es un Judas o un Bruto Chicharra. Bruto por sobre todo.