Estados Unidos, nación de inmigrantes: la consigna anti-Trump remite a un pilar fundacional del país, pero también oculta numerosos episodios en los que las fronteras estadounidenses se cerraron brutalmente para los extranjeros.
“Estados Unidos estuvo constantemente marcado por mensajes contradictorios sobre la inmigración”, dijo a la AFP Julie Green, experta sobre el tema en la Universidad de Maryland. “Por un lado, se enorgullecen de ser un país de inmigrantes, pero por otro tienen una larga y compleja historia de decidir quién podía entrar y quién debía ser excluido”, advirtió.
Esta “historia compleja” se inicia hace cerca de 150 años, mucho antes de que Donald Trump desatara las pasiones al cerrar las fronteras de Estados Unidos a los refugiados y a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.
Aprobada en el 1882, la Chinese Exclusion Act (ley de exclusión de los chinos) constituyó un giro en la historia de una joven nación que hasta entonces había recibido a los inmigrantes con los brazos abiertos. “No había realmente una política migratoria. Bastaba con venir”, explicó a la AFP Mae Ngai, especialista en inmigración en la Universidad de Columbia de Nueva York.
Alimentada por erupciones de racismo en la costa oeste, esa ley cambió la situación, prohibió el ingreso de trabajadores chinos y atribuyó por primera vez al Estado federal la potestad de definir la política migratoria. La prohibición estuvo en vigor hasta el 1943.
“Fue el producto de la filosofía del llamado ‘destino manifiesto’, según el cual el continente americano debía pertenecer a los anglosajones”, afirma Ngai.