Noviembre 15, 2024

Los socialistas franceses: al basurero de la historia

El socialismo francés contó con líderes de alta calidad moral e intelectual, entre ellos Jean Jaures y Léon Blum, entre otros preclaros líderes de ese movimiento político. Desgraciadamente, desde que los socialistas adoptaran la Tercera Vía y, posteriormente, el socialismo llamado liberal, desde que François Mitterrand abandonó la unión de la izquierda francesa, el socialismo se dirige aceleradamente al basurero de la historia.

 

 

El problema no es sólo francés, sino se ha extendido por todo el mundo occidental: los socialistas italianos murieron con los escándalos de corrupción de Bettino Craxi; los austriacos ni siquiera participaron en la segunda vuelta de las recientes elecciones parlamentarias; los laboristas están en decadencia; en Alemania existe alguna posibilidad en las próximas elecciones del parlamento, pero lo más posible es que continúen en el poder los democratacristianos; en América Latina, en Venezuela, Acción Democrática, (ADECO), llegó a su nivel más alto de corrupción durante el gobierno del extinto mandatario Carlos Andrés Pérez; en Chile, el socialismo también se encuentra en la cima de su desprestigio.

La socialdemocracia está condenada a muerte en el mundo – sólo será un recuerdo de un socialismo donde imperaban los ideales obreros del siglo XX -, tal como la locomotora a vapor o la máquina de hilar.

En mi época de exilio, tuvo varios contactos con el Partido Socialista francés en la búsqueda de la llamada Convergencia Socialista – hay que recordar que el modelo de la vía política de Allende se constituyó en el modelo del entonces candidato a la presidencia, François Mitterrand -, a fin de llevar a cabo la unión entre los Partidos Socialista y Comunista; (la democracia chilena actual y, sobre todo, el Partido Socialista chileno, tiene una deuda invaluable con su congénere francés).

Mientras el Presidente el actual Presidente francés, François Hollande, visita el desierto chileno para rendir homenaje al más honesto y decente de los líderes socialistas, Salvador Allende, y aprovecha para darle una mano al Presidente colombiano, Juan Manuel Santos en el proceso de la paz, los socialistas, en sus pobres y ridículas primarias, avanzaban un paso hacia la tumba. Hollande ha sido un mal Presidente y, además, sepulturero de su Partido, pero tuvo la inteligencia y la sensatez de no presentarse para la reelección, cuando apenas cuenta con escaso 10% de apoyo en las encuestas de opinión.

Esas primarias, además de contar con una notable baja de participación, sólo de un millón quinientos mil electores que, comparados con los cuatro millones que tuvo la derecha, el comité electoral del Partido está acusado de fraude, sumando 350.000 votos que, al parecer, “guardaban bajo la manga”, pero que no tuvo relevancia en el porcentaje final.

En la primera vuelta de las primarias resultó triunfador el candidato de la izquierda socialista Benoit Hamon, con el 35,8% de los sufragios, aventajando al ex Primer Ministro Manuel Valls, con 31,4% de los votos; en tercer lugar llegó el candidato Arnoult Montebourg,(Apoya a Hamon en la segunda vuelta ) con el 17, 19%; los demás candidatos obtuvieron porcentajes ínfimos en esa elección para determinar el candidato del Partido Socialista a las próximas elecciones presidenciales de abril 2017, cuya segunda vuelta tendrá lugar en el mes de mayo de este año.

La izquierda enfrentará la elección presidencial con tres candidatos principales sumados a dos candidatos de la ultraizquierda, representada por Emmanuel Macrón, que tiene un 24% en las encuestas; el otro candidato es Jean Luc Melanchon, con el 14%, que incluye el apoyo del Partido Comunista; el tercero será un  socialista que salga elegido en la segunda vuelta del domingo, 29 de enero del año en curso, entre Valls y Hamon que, seguramente, obtendrían entre un 8% y un 10%, según las encuestas.

Se prevé que el Partido Socialista va a ocupar el quinto lugar, luego de haber sido el segundo Partido en la historia de la V República y de haber contado con dos Presidentes de la República de sus filas.

Hasta el momento, se disputarían para pasar a segunda vuelta la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, con un 25% y 26%; el derechista Francois Fillon, que oscila entre un 23% y un 25%; Emmanuel Macron, un socialista liberal, entre un 17% y un 25%. Se especula sobre la posibilidad de una segunda vuelta entre Macron y Le Pen, o bien, el cuadro clásico entre Fillon y Le Pen, lo que repetiría la primera vuelta de 2002, que ocurrió entre Jacques Chirac, con el 19,88% y Jean Marie Le Pen, con 16,86%, y Leonel Jospin, con el 16,18%. En la segunda vuelta, todos los partidos apoyaron a Chirac contra el fascista Le Pen, y Chirac obtuvo el 82,2% de los sufragios, el 17,7% de Le Pen.

Ahora, la situación no es la misma: por un lado, Fillon representa la ultraderecha neoliberal – poco que ver con el gaullismo clásico, y más relacionado con las ideas neoliberales de Ronald Reagan -; por otro lado, Emmanuel  Macron representa la novedad, que siempre es muy atractiva para los electores – véase fenómeno Trump -, quien además, plantea en su programa la superación entre derechas e izquierdas, y la construcción de una Francia moderna y abierta al cambio. En la mayoría delas concentraciones, con motivo de su campaña presidencial, Macron ha tenido éxito que, sumado al resultado de las encuestas, le dan un 55% de apoyo a Macron versus Fillon, con 39%.

Jean Luc Melanchon, apoyado por los Partidos Comunista y Ecologista superaría, de lejos, a Valls o a Hamon, y ocuparía el primer lugar de la izquierda, tratando de comerse a los militantes socialistas de izquierda – tal como pretende el Partido Podemos con los seguidores del socialista Pedro Sánchez -.

El socialismo neoliberal ya no tiene cabida en ningún país del mundo – sería bueno que los socialistas chilenos pusieran su barba en remojo y, aparecer, no son tan suicidas como para llevar de candidato a Ricardo Lagos Escobar que, como las antiguas, nadie quiere repetir pues todos conocemos el final -.  En el caso francés, por ejemplo, el candidato  socialista va a llegar en quinto lugar: si Hamon, la derecha culparía la derrota por su viraje hacia la izquierda; si sale favorecido Valls, la izquierda socialista abandonaría el Partido. Por desgracia, en política los  cadáveres no se entierran, ni se incineran, por consiguiente, sobreviven, pero ya en estado de putrefacción, que es el caso de democratacristianos y socialistas a través del mundo, o bien, esperan la resurrección en cuerpo y alma, como está ocurriendo con el Partido Radical chileno, gracias al “gran arquitecto” Alejandro Guillier.

La izquierda Francesa, que tantos y gloriosos laureles aportó a la historia de ese país, está a punto de morir debido al nuevo paradigma, que viene a reemplazar al heredado de la  post Segunda Guerra Mundial. Por desgracia, la historia le puede dar más razones al decadentista Osvald Splengler  que  al iluso girondino Nicolas de Condorcet; a Maquiavelo, que a J. J. Rousseau. En la historia no hay progreso sino decadencia, y los hombres no son buenos, sino mezquinos y egoístas.

Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)

27/01/2017  

  

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