La construcción de la capilla Nuestra Señora de los Ángeles y el Centro Cultural Corporación Gaudí de Triana se iniciarán luego que se autorizara, al Ministerio de Obras Públicas, las obras por un monto de $5.300 millones de pesos
Para Gonzalo Díaz Soteras, Presidente de la Corporación, la construcción del Centro Cultural Gaudí y de la Capilla Nuestra Señora de las Ángeles “es un hecho que nos llena de alegría”.
“Agradecidos de todas las personas que han colaborado durante más de 20 años en forma anónima y desinteresada a través de la Corporación para la concreción de este sueño. Esta noticia nos llega en un momento de especial significado, en que confluye el término del año 2017, que fue el año de la Misericordia y en vísperas de la Navidad, por lo que lo recibimos como el mejor regalo para toda la comunidad rancagüina. Creemos que esta capilla, llamada también de la porciúncula o del perdón de Asís, contribuirá a que sea un lugar de peregrinación y de conversión para muchos”, añadió Díaz.
Por su parte, los directivos de la Corporación expresaron que “no nos queda más que agradecer especialmente del Gobierno Regional, de la Subsecretaría de Desarrollo Regional, del Ministerio de Obras Públicas, de la Dirección de Arquitectura, del Municipio de Rancagua, parlamentarios y a los miembros del Consejo Regional de O´Higgins, ya que sin el trabajo sostenido de estas instituciones y sus autoridades no hubiese sido posible concretar este proyecto”.
Se trata de un proyecto espiritual y cultural de gran valor arquitectónico y simbólico. Según la Corporación, es un gran desafío construir una “Porciúncula” -o lugar de Perdón- y contextualizarlo en el siglo XXI.
El sentido más profundo de esta construcción está en su propio origen, cuando el fraile franciscano Angélico Aranda solicitó en 1922 una “Porciúncula para Rancagua”, es decir, un lugar para vivir la experiencia del perdón a quienes lo buscan, dedicada, como la original en Asís, a Santa María de los Ángeles.
El estilo de Francisco de Asís, es pues el fundamento de este proyecto. En 1922, el sacerdote franciscano chileno Angélico Aranda escribió una carta al arquitecto catalán, Antonio Gaudí, quien en ese entonces estaba completamente dedicado a construir la Sagrada Familia, solicitándole unos planos “como sólo usted sabe hacer […] para hacer una obra original, bien original “, prometiendo pagar a cambio con oraciones. “Sería una prueba de la confraternidad espiritual entre España y América”, escribió en su carta de respuesta Antonio Gaudí, sellando así un propósito de hermanamiento.
A pesar de quedar enterrado durante años, se logró recuperar los documentos y se constituyó en 1996 la Corporación para actualizar su pertinencia.
La Municipalidad de Rancagua entregó en comodato por 99 años unos terrenos del Parque Cataluña, ubicado en la confluencia de la avenida Alameda y el Antiguo Camino Real. Dentro de este Parque, de 16.000 metros cuadrados, se proyectan varios espacios arquitectónicos.
Las obras incluyen un centro cultural y espiritual; una casa de soledad y silencio además, de una librería, tienda de souvenirs, cafetería, una oficina de turismo y una escuela de Artes y Oficios.
En primer lugar, está el Centro Cultural y Espiritual que incluye la capilla de Nuestra Señora de los Ángeles junto con salas de encuentro para reuniones, actividades artísticas, exposiciones, encuentros, estudio y promoción de la obra de Gaudí o de temas asociados a las actividades del Centro.
También estará una Casa de Soledad y Silencio, que tendrá la función de dar acogida a todas aquellas personas, sin distinción de credo, ni ninguna otra clase de situación personal, que requieran un lugar de contemplación, estudio, oración, creación, según los casos.
Por último, una librería y tienda de souvenirs, cafetería, oficina de turismo y una escuela de Artes y Oficios.
El diseño del proyecto fue dirigido por el arquitecto Christian Matzner Thomsen en el año 2010 y un equipo profesional conformado por Elena Corbalán, Álvaro Guerra y Eugenia Moreno.
Antonio Gaudí realizó solo tres proyectos para lugares fuera del territorio catalán, de los cuales el único que ha sido desarrollado, estudiado y ahora a punto de materializarse, es el de Chile.