Vegetariana, feminista, propugna una democracia partidaria identificada con una nueva generación con prácticas distintas y totalmente contraria a la influencia del dinero en la política, Sofía Barahona Mena, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica (Feuc), dice: “No estoy conforme con lo que actualmente ocurre en Chile” y agrega que los precandidatos a la Presidencia de la República están más ocupados de aparecer en las encuestas que de formular propuestas programáticas.
Sofía Barahona es militante de Nueva Acción Universitaria (NAU) -vinculada a Giorgio Jackson-, rancagüina de origen, y estudiante del College en Ciencias Sociales de la Universidad Católica de Santiago, que la habilita para estudiar de manera simultánea las disciplinas de derecho y comunicaciones.
¿Cómo aprecia el escenario presidencial?
“Los candidatos hasta ahora están muy enfocados en la farándula política, luchando por ser populares en las encuestas; pero lo importante es saber de qué manera van a representar lo que la ciudadanía está queriendo. Mi candidato o candidata presidencial debe romper con la lógica de las cuatro paredes; es decir, no solo debe escuchar a sus amigos, sino abrirse a las demandas de la sociedad para incorporarlas en su programa. Aunque algunos de nosotros nos podamos sentir más identificados con uno u otro candidato o candidata a la Presidencia, desde el movimiento estudiantil no debemos tomar partido por alguno en tanto no sepamos cuál será su posición sobre educación”.
¿Cree posible que alguien asuma los planteamientos del movimiento por la educación?
“Puede suceder, pero hasta ahora no he escuchado nuestras propuestas en la boca de ninguno de los postulantes. Espero, eso sí, que desde los movimientos políticos y sociales alternativos surja una candidatura que exprese las ideas de quienes no nos sentimos representados por lo que actualmente existe. La persona que lidere un movimiento transformador en Chile debe estar completamente alejada de los espacios de poder vinculados con la Nueva Mayoría y Chile Vamos. Mientras Alejandro Guillier siga en la Nueva Mayoría (NM), difícilmente va a ser creíble, porque el conglomerado del que forma parte no ha sido capaz de resolver nuestras demandas en los tres años que llevamos de gobierno”.
¿Bastará solo un buen programa para una candidatura presidencial atractiva?
“El programa de la NM pretendía ser transformador, pero su propuesta se vino al piso cuando quedó de manifiesto que la coalición de gobierno no tenía intención de cumplir su promesa de un gobierno ciudadano. Bachelet perdió una oportunidad gigante para transformar la educación. La derecha ganó la pasada elección municipal porque mucha gente de Izquierda no votó, descontenta con el gobierno: no se sintió escuchada.
Este año tenemos el gran desafío de plasmar nuestras propuestas en distintos programas de gobierno y para ello haremos planteamientos alternativos a los candidatos o candidatas sobre cosas muy concretas, en materia educativa u otros asuntos como el matrimonio igualitario, el aseguramiento de los derechos de género o el reconocimiento de los derechos básicos en educación, salud, previsión o vivienda”.
LA DESIGUALDAD EN CHILE
También hay gente que piensa que la desigualdad es algo natural en la sociedad.
“Los que piensan así, tienen un profundo desconocimiento del fenómeno de la desigualdad. Decir que aquellos que viven situaciones de vulnerabilidad y sufren una mayor explotación laboral están así porque son flojos, es completamente equivocado. Esa manera de pensar demuestra la ignorancia que tienen los sectores de derecha sobre todos los factores que están detrás la estructura social que genera esta realidad.
Para comenzar a resolver el problema de la desigualdad necesitamos un Estado que sea garante de derechos como la educación, la salud o la vivienda; porque solo en condiciones de mayor igualdad, las personas pueden desarrollarse en iguales condiciones”.
¿Qué significa para usted la recuperación de la Feuc por la NAU?
“Es importante para nosotros aprender de nuestros errores y haber recuperado la confianza de los estudiantes de la Universidad Católica. Esta vez transmitimos un mensaje que le llegó a una comunidad universitaria que mayoritariamente no se siente identificada con ideas conservadoras y quiere cambios en lo que se refiere a la reforma educativa, y a temas valóricos, como el matrimonio igualitario.
Las últimas federaciones dirigidas por la NAU (cercana en el ámbito universitario a Revolución Democrática) perdieron gran parte de su conexión con los estudiantes porque pusieron el énfasis en lo que estaba pasando afuera. La lección aprendida es que una federación de estudiantes debe proyectarse hacia la sociedad siempre desde su propia comunidad, incluyendo a estudiantes, trabajadores y autoridades. Seis años de conducción de la Feuc, con su consiguiente desgaste, y más dos años fuera de esa conducción, nos han abierto nuevas perspectivas sobre lo que significa ser un movimiento político universitario.
Nos faltó entender también que la universidad no es el único lugar para hacer transformaciones y que un movimiento político estudiantil tiene muchas áreas en las que puede aportar a la sociedad. Con esos aprendizajes, esperamos conducir bien este año de Feuc y ojalá proyectarnos hacia los periodos venideros”.
¿Percibe un cambio cultural en los estudiantes de la UC en su compromiso social?
“En la UC sigue habiendo una visión muy conservadora; porque muchas de las personas que ingresan, suelen venir de familias de un sector socioeconómico alto y con un pensamiento tradicionalista. Pero al mismo tiempo muchos de los que aquí se forman, se han dado cuenta de los privilegios que tenemos los estudiantes de la UC y de que no es justo que el dinero determine el curso de la vida de una persona. Este cambio de mentalidad coincide con un cambio de la manera de pensar de una mayoría de la sociedad chilena, que quiere transformaciones profundas”.
HACER OTRA POLITICA
¿Cómo se puede disminuir la brecha entre un movimiento estudiantil politizado y otro sector de la juventud al que la política le resulta indiferente?
“Los estudiantes -y en general las chilenas y chilenos- están interesados en la política, pero no ven en ella una herramienta de transformación social, porque hay una creciente deslegitimación de muchos representantes del pueblo, que se han visto involucrados en casos de corrupción o no cumplen sus compromisos con la ciudadanía. Uno ve a demasiados políticos más preocupados de sus propios intereses que del bien común.
Los estudiantes nos interesamos en lo que está pasando en el país, pero no estamos dispuestos a aceptar malas prácticas, como la corrupción. Como alternativa está surgiendo una nueva generación de políticos, que son capaces de reflejar los intereses de la ciudadanía, como ocurre por ejemplo con la ‘bancada estudiantil’. Por otra parte tienen que diversificarse las formas de participación efectiva, incluso más allá del espacio juvenil.
Muchas personas sienten que independientemente de como voten, todo se va a mantener igual y que los políticos no los van a escuchar. Si aumentaran los espacios de participación directa, también las personas confiarían más en la institucionalidad, porque tendrían espacios para ver sus ideas materializadas en políticas públicas.
Actualmente se permiten plebiscitos en el ámbito local, pero este mecanismo de decisión ciudadana se utiliza rara vez y si llegan a realizarse consultas, éstas no son vinculantes”.
Es decir, ¿su generación ve la política de otra forma?
“Hubo una generación que vivió en dictadura, con pocas posibilidades de decir libremente lo que pensaba; pero la nuestra tiene la libertad de hacerlo y en ese sentido hay un cambio de conducta generacional.
El cuestionamiento generalizado al actual sistema social y cultural está permitiendo que los jóvenes superen el individualismo que se inculcó en el país durante los últimos cuarenta años, y ese interés de la juventud por lo que le sucede a otras personas marca una diferencia con la generación anterior”.
TEMAS JUVENILES
¿Qué otros temas preocupan a los jóvenes?
“Soy vegetariana y pienso que los seres humanos asumimos una actitud de superioridad ante los otros seres vivos. Esa actitud reprochable se manifiesta en el maltrato animal, que vemos a diario, o en la industria alimentaria. También me siento profundamente feminista y, de hecho, comencé a participar en política universitaria trabajando en la comisión de género de la Feuc. Fue ahí donde descubrir el mundo de la política, siempre teniendo en cuenta el abuso que existe contra la mujer en Latinoamérica y el mundo. A través de mi actuar en la Federación espero abrir espacios a las demandas relacionadas con la igualdad de género.
Las mujeres hemos avanzado en relación con los niveles vergonzosos de discriminación de hace sesenta años, cuando ni siquiera podíamos votar. Muchas veces la lucha feminista se ridiculiza y se niega que la discriminación contra la mujer sea real. Sectores conservadores dicen estar de acuerdo con la igualdad de género, pero no están dispuestos a aceptar un trato laboral igualitario. El machismo está enraizado en nuestra cultura y solo a través de la educación vamos a cambiar las conductas discriminatorias contra la mujer en lo macro y micro social.
El acoso a una mujer en la calle me parece intolerable y deben existir políticas que enseñen a los niños a no diferenciar en el trato entre hombres y mujeres. La lucha feminista no es solo de las mujeres; los hombres también tienen que ceder ciertos privilegios, porque el machismo no solo nos afecta a nosotras, ya que los roles rígidos impuestos a ambos sexos también perjudican a los hombres.
Existen ciertas prácticas machistas que están muy arraigadas en la sociedad y sería miope si no me doy cuenta de que esta realidad afecta mucho más a las mujeres que viven en una población popular; además están en una situación económica y social desmedrada como trabajadoras o dueñas de casa y muchas veces son víctimas de violencia doméstica. El movimiento feminista debe enfocar también su acción hacia aquellas mujeres que son socialmente más vulnerables y carentes de privilegios, procurando para ellas soluciones tan básicas como que el Estado abra más jardines infantiles, para que las madres dejen a sus hijos mientras trabajan.
Aspectos como la educación sexual o la prevención del embarazo adolescente debieran estar presentes también en los colegios, para prevenir situaciones que vulneran los derechos básicos de las mujeres”.
LA CONFECH
¿Feuc está pidiendo una vocería en la Confech?
“La Confech es un espacio importante para debatir propuestas sobre educación e influir en el desenlace de las situaciones que están ocurriendo en Chile. Creemos que los estudiantes de la UC podemos aportar en muchos aspectos, como mejorar la capacidad de diálogo del movimiento estudiantil con los distintos actores políticos y con otras visiones sobre educación.
Aunque aspiramos a recuperar esta vocería, también sabemos que ése no es el único espacio de incidencia y estamos dispuestos a ejercer toda nuestra influencia para conversar con distintos actores, con el propósito de impulsar transformaciones. Dialogaremos con todos los que crean que es importante tener puntos en común para avanzar. Hablo de estrechar lazos con los rectores que estén por hacer cambios sustantivos en materia educacional, y de dialogar con el gobierno siempre cuando esté dispuesto a escuchar nuestras propuestas, para avanzar hacia una reforma de la educación que realmente esté orientada a cambiar el actual estado de cosas”.
¿Qué análisis hace de la victoria de fuerzas alternativas en el Colegio de Profesores?
“El resultado es parte del desgaste de la Nueva Mayoría y coherente con la baja aprobación que tienen en la ciudadanía las políticas y la gestión del gobierno. Creo que la NM no ha sabido escuchar las demandas sociales y resulta en ese sentido comprensible el recambio; es la búsqueda de dirigentes que puedan transmitir mejor los sentimientos de los profesores.
Los estudiantes nos sentimos mayoritariamente más identificados con un Colegio de Profesores que no esté dirigido por la NM. Lo más importante es que desde el movimiento estudiantil y otros actores sociales, como los trabajadores, podamos ser capaces de actuar unidos respecto a la política educacional.
Que le quede apenas un año y unos meses al actual gobierno crea incertidumbre sobre el futuro y sobre nuestras expectativas de largo plazo; porque no sabemos lo que va a pasar si es electo en La Moneda un candidato o candidata que no camine por la vereda de una reforma sustantiva del modelo educacional”.
¿Cuál es su diagnóstico de la reforma educacional en su actual estado?
“Considero la reforma altamente insuficiente, porque no responde a lo que quería la ciudadanía. Opino que el gobierno no quiso transformar la educación, porque la sigue viendo como un bien de mercado. Promueve la competencia entre los centros educacionales y en última instancia, no responde a las demandas de la ciudadanía sobre el derecho a recibir educación gratuita y de calidad. La educación seguirá siendo tema en la campaña presidencial del próximo año y para animar ese debate, los estudiantes continuaremos generando propuestas sobre todos los temas que se relacionan con ella.
Es importante que distintos actores sociales dejemos nuestra trinchera y estemos también dispuestos a conversar con otros, para entender los puntos de vista de ellos y representar en conjunto lo que la ciudadanía necesita y espera de los dirigentes estudiantiles y de los políticos profesionales”.
RUBEN ANDINO MALDONADO
Publicado en “Punto Final”, edición Nº 867, 23 de diciembre 2016.