Guadalajara.- En entrevista con Clarín.clJorge F. Hernández (1962), presenta El dibujo de la escritura: “Dibujo en libretas desde que soy niño, hay personajes que los tenía dibujados, los tenía muy claros en mi cabeza y de pronto –pasado un tiempo- regresan en sueños y me dicen: ‘¿qué pasó cabrón?, ya me iba a ligar a una muchacha en París, estábamos bajo la lluvia, ya habías dicho que nos besamos y no escribiste qué sigue y aquí estoy hecho un pendejo’, me reclaman cuando se esfuman sus enamoradas”. La edición facsimilar de El dibujo de la escritura (Alfaguara, 2016) incluye un prólogo de Helene Joy Laville (pintora y escultora inglesa, viuda de Jorge Ibargüengoitia), las libretas de Jorge F. Hernández circularán en España el próximo año.
Autor de los libros: En las nubes (1997), La emperatriz de Lavapiés (1997), Escenarios del sueño (2005), Réquiem para un Ángel (2009), El álgebra del misterio (2011), Un montón de piedras (2013), Solsticio de infarto (2015) y Llegar al mar (2016), entre otros títulos. El escritor Jorge F. Hernández adelanta -en exclusiva para los lectores de Clarín.cl– el proyecto editorial que trae entre manos: “El próximo libro que entregaré a Alfaguara será: Personajes pendientes, porque hay personajes de otros escritores que se han quedado en el limbo, me gustaría hacerles un homenaje. Ahora bien, no me he planteado la posibilidad, pero espero que en el futuro pueda torear al alimón con los moneros que son mis amigos y los adoro”.
MC.- Jorge, la editorial Almadía quería publicar tu nuevo libro “Llegar al mar” con una portada azul, pero no aceptaste la propuesta, te quedaste con el color morado, igual que tu anterior libro “Solsticio de infarto”, lo mismo pasa con “El dibujo de la escritura”, ¿por qué te eliges el color morado para las portadas de tus libros?
JH.- En casi todos mis libros aparece algo morado, creo que llevo 20 libros publicados. Desde niño quise inventarme un personaje invisible que era “la vaca morada” -la culpaba porque rompía cosas en mi casa-, posteriormente cuando logré adelgazar y quise ser novillero, de las 17 novilleadas que toreé, en 9 me vestí de obispo y oro, mi condena es que ahora peso lo que pesaban los toros que maté en el ruedo y parezco obispo de Papantla, me encanta el morado, es mi color favorito y escribo con tinta morada.
MC.- ¿Los dibujos de tus libretas son autorretratos?
JH.- Se salió del huacal lo que era una actividad privada, en muchas ocasiones me dibujaba a mí mismo en situaciones de superhéroe –volando, con los calzones encima del pantalón-, de los dibujos salen muchos cuentos, la enfermedad que tengo es que dibujo algunos personajes y después les invento una trama, en ocasiones me dibujo a mí mismo para ver si puedo corregir mi propio cuento, porque a veces están del carajo.
MC.- Algunos personajes dibujados te reclaman porque no pasaron del cuento a la novela, ¿ocurre lo mismo al escribir una ficción?
JH.- Dibujo en libretas desde que soy niño, hay personajes que los tenía dibujados, los tenía muy claros en mi cabeza y de pronto –pasado un tiempo- regresan en sueños y me dicen: “¿qué pasó cabrón?, ya me iba a ligar a una muchacha en París, estábamos bajo la lluvia, ya habías dicho que nos besamos y no escribiste qué sigue y aquí estoy hecho un pendejo”, me reclaman cuando se esfuman sus enamoradas, los dibujo porque me divierte pensar en eso.
MC.- ¿Desde el principio pensaron en una edición facsimilar de tus libretas con tapa dura?
JH.- Sí, estoy muy agradecido con la editorial porque hicieron un libro hermoso.
MC.- En Oaxaca te he visto compartir tus libretas con PowerPaola, Liniers y Magallanes, estás abierto para que tus amigos te rayen los cuadernos, ¿continuarás publicando tus libretas a dos manos, mono a mono?
JH.- Ojalá. En Almadía, todas las antologías de mi columna llevarán dibujos, porque los dibujos se publican en el periódico –El País y Milenio-, pero el próximo libro que entregaré a Alfaguara será: Personajes pendientes, porque hay personajes de otros escritores que se han quedado en el limbo, me gustaría hacerles un homenaje. Ahora bien, no me he planteado la posibilidad, pero espero que en el futuro pueda torear al alimón con los moneros que son mis amigos y los adoro.
MC.- A veces leo una influencia de los “Literatos” del chileno José Palomo, ¿qué influencias reconoces a nivel gráfico y en los chistes del mundo editorial?
JH.- Para empezar, las filas de los personajes “encuerados” (piluchos) que están esperando entrar a un cuento, son micro-dibujitos, los hago con lupa, esos monitos son un homenaje a Sergio Aragonés –hacía los dibujos en los márgenes de la revista MAD-, yo lo conocí en la FIL Guadalajara y le dediqué un cuento que se llama: La vida al margen, le dije: “yo hago esto” y le enseñé mi libreta, pero me dijo: “yo no los hacía chiquitos, yo dibujaba a los personajes en tamaño normal y los reducían”. Hay otra influencia muy notable, mi ídolo Gary Larson se jubiló, dejó de dibujar sus historietas y por supuesto, reconozco la influencia de todos los moneros que me hacen reír.
MC.- En una cena de la FIL Oaxaca, nos adelantaste la posibilidad de escribir cuentos sobre tus familiares, ¿por qué no aparecen todos tus primos y tíos en las libretas de dibujos?
JH.- Están algunos, hay una gorda peinada con tubos que se parece a mi tía Martha, pero no es exactamente ella. Tengo una libreta donde sí están dibujados mis primos, no todos porque son 54 primos, algún día publicaré un libro con las historias de la familia como cuentínimos con sus propias imágenes porque son muy chistosos.
MC.- En la actualidad vives en Madrid, ¿tu libro ilustrado llegará a España y Latinoamérica?
JH.- Hasta donde yo sé, este libro llegará a España el próximo año, así como desde España enviarán la edición conmemorativa de La emperatriz de Lavapiés, mi primera novela quedó finalista del Premio Alfaguara en 1997.
MC.- En su momento te invitaron a Chile y Argentina para presentar “La emperatriz de Lavapiés”, ¿cómo apretar las tuercas para retomar una gira sudamericana?
JH.- Afortunadamente parece que el planeta se encoje, es más fácil que ya sepan de nosotros en Argentina, Chile o Colombia, porque en estricto sentido es la misma casa editorial. Estaría muy bien cumplir el reto de enterarnos de inmediato de los nuevos libros que salen en las filiales, lo que he podido confirmar es que a través de las redes sociales se ha cuadriculado el planeta, por ejemplo: un fenómeno como Benito Taibo es capaz de llenar un salón en San Luis Potosí, o en la gran vía de Madrid; entre más se ventilen los dibujos y anden en la boca de todos más voy a viajar.
MC.- Tú también eres un fenómeno, ¿en cuántas presentaciones participaste durante la FIL?
JH.- 17, pero en años anteriores participé en más de 20 actividades durante 5 días. Este año fui a las secundarias y preparatorias, también presenté libros ajenos, y de los míos sólo presenté: Llegar al mar –con Almadía– y El dibujo de la escritura –con Alfaguara-, por supuesto ando de moderador en mesas redondas y en lo que se deje.
MC.- Compartes la mayoría de tus dibujos en un blog de El País, ¿cómo fue la recepción del periódico madrileño ante tus notas ilustradas?
JH.- Yo le veo mucho mérito al periódico El País porque me abrió el blog Café de Madrid, a su vez mis dos columnas se pueden leer online y en la edición impresa, mucha gente compra la versión en papel cada sábado para ver los dibujos que hago en El País.
MC.- Finalmente, ¿dónde pueden escribirte los lectores?
JH.- Mi página es: www.jorgefhernandez.comtambién acostumbro responder los comentarios en el blog Café de Madrid.