Se ha puesto de moda buscar comparaciones con el electo Presidente de Estados Unidos, Donald Trump: para algunos representantes del partido del orden, en Chile, todo lo que no huela a neoliberalismo y duopolio es, simplemente, populismo, que se encarna en los principios de Donald Trump.
No es de extrañar que uno de los columnistas de El Mercurio, Carlos Peña (Rector de la UDP) nos advierta, en su última entre del domingo 13 de noviembre, del peligro que candidatura de Alejandro Guillier se deslice por la vía del populismo, sinónimo de las posiciones de Trump.
Álvaro Vargas Llosa, por su parte, ha dedicado gran parte de su obra intelectual a propagar que el clivaje central de América Latina, y ahora, de Estados Unidos, es la elección entre el populismo y el neoliberalismo. Antes, el peligro “residía” en la izquierda del socialismo del siglo XXI – los Morales, los Correa, los Chávez, los Lula da Silva, los Fernández -, hoy, en Trump, Le Pen y sus seguidores latinoamericanos, es decir, un populismo nacionalista de extrema derecha, racista, xenófobo, arrogante, soberbio e integrista.
El populismo es un término tan vago como una caja de pandora: cabe todo aquello que no sea la democracia de castas, que no sea el establishment, que no sea las vetustas y anquilosadas clases oligárquicas, que no sea la exclusión de las grandes masas en favor de una política limitada, a quienes ostentan el poder intelectual y económico que les permite dedicarse a tan importante labor en el manejo de la polis.
José Ortega Gasset, en la Rebelión de las masas, Revista de Occidente, advirtió en forma casi cinematográfica, los daños que traería en el acontecer cotidiano el aparecimiento de un hombre vulgar e ignorante, en espacios que antes le fueran vedados. Antes, Platón, siendo testigo de su maestro Sócrates, peroraba contra la democracia, que permitía que los jueces fueran sorteados, con el resultado de que los cultivadores de habas, es decir, los comerciantes, terminaran dirigiendo la polis. Mosca Pareto y Michels, en el siglo XX, nos hicieron ver la burocratización de los partidos de masas y el cementerio de las élites.
No es difícil encontrar paralelos de Donald Trump en la historia: la comparación es atractiva, pero hay que ser cuidadosos en visualizar los contextos y abstenerse de analogías que carecen de validez historiográfica. Durante estos han proliferado los artículos, ensayos, libros…sobre la relación entre Hitler y Trump, capaz que a alguien se ocurra relacionar el odio del dictador alemán contra los judíos con el de Trump respecto a los mexicanos, los latinos en general, los afroamericanos y las mujeres.
La raigambre popular de Trump también puede tener, para algunos comentaristas, elementos de similitud con Mussolini y Hitler, en el sentido de motivar y encantar a su pueblo sobre la base de promesas – no es difícil comparar el resurgimiento económico alemán, en los primeros tiempos del reinado de Hitler dado, principalmente, por la construcción de autorrutas y el armado de vehículos para uso del pueblo, como el Volkswagen – y las promesas nacionalistas de prosperidad y “sueño americano” de Trump.
En 1933, se trataba de apaciguar el miedo que provocaba en el resto delo mundo el triunfo de “la bestia alemana”, creyendo que la derecha alemana podría dominar a Hitler, una vez elegido Canciller; más tarde, convencida de que la expansión alemana en Austria y, posteriormente, la conquista de Checoslovaquia, serían las últimas aventuras del líder nazi. Nadie creía que este fanático iba a sembrar el terror y a conquistar gran parte de Europa, en los años 40. Todos sabían que asesinaba judíos, pero callaban por conveniencia o por miedo. El 90% de los franceses estuvieron con los ocupantes y admiraban al mariscal Philippe Petain.
No falta que quienes creen que Donald Trump candidato es muy distinto al Trump Presidente, es decir, que el lobo se convertirá en oveja, pues han bastado sólo dos discursos conciliadores para hacer creer a los ingenuos que Trump no va a llevar a cabo sus promesas. Es ingenuo creer que los republicanos dominarán a la “bestia” y, además, que los contrapesos democráticos constituirán una barrera para las pretensiones de Trump. Apenas ha transcurrido una semana para que ya anuncie la deportación de tres millones de inmigrantes ilegales. En cuanto a la c0onstrucción del muro en la frontera con México sigue firme, y el único personaje que cree poder detener la furia de Trump es el payaso Presidente Enrique Peña Nieto.
Donald Trump también tiene mucho que ver con el populismo reaccionario y xenófobo de la fascista Marine Le Pen quien, a diferencia de su Padre, Jean Marie Le Pen, ha mostrado habilidad para ganar a sectores sociales que antes adherían al Partido Comunista – en el cinturón rojo de París se puede encontrar con calles Salvador Allende, teatros Pablo Neruda, auditorios de Louis Aragon – pero actualmente esos habitantes de la banlieue votan por los candidatos del Frente Nacional, de Marine Le Pen.
En todos lops fascismos siempre hay algo de popular, que termina sirviendo a los más ricos y poderosos. (Nunca, pienso, hay que bajar la guardia en la lucha contra los fachos pobres, ni contra la enajenación que significa la penetración de un fanatismo religioso, que impide todo progreso promovido, especialmente en el mundo popular, por iglesias integristas.
En América Latina, Álvaro Uribe Vélez lleva la delantera de este nacionalismo con base popular, que ha logrado calar especialmente en las clases medias, favoreciendo el paramilitarismo, el narcotráfico, y por supuesto, obstaculizando cualquier intento de acuerdo de paz, pues para él, la única salida es loa rendición incondicional de los guerrilleros.
En Chile, el alma hermana de Trump es Sebastián Piñera, pero en menor escala: al igual que el líder norteamericano, todo su éxito se basa en haberse enriquecido sin tener en cuenta los medios para lograrlo. Los fachos pobres y la clase media emergente está convencida de que los ricos nunca roban y, para engañar a los tontos, seguramente Piñera imitará a Donald Trump al renunciar a su sueldo de primer mandatario – claro que es tan avaro que, a lo mejor, no lo va a hacer -. Algunos mal intencionados se atreven a decir que le pagó el sueldo a su amigo Jaime de Aguirre, de CHV, con boletas ideológicamente falsas.
La característica central de Donald Trump y sus amigos y la ultraderecha fascistoide es que todos han utilizado la vía electoral para acceder al poder: Hitler, en un sistema semipresidencial; Mussolini, en el parlamentarismo; Trump, en el sui generis presidencialismo a la americana y un sistema electoral indirecta – vale más el voto de los electores que el voto popular – y Uribe y Piñera, a través de la monarquía presidencial.
Uno de los ejes del triunfo del fascismo, del nazismo y de las ultraderechas actuales, tanto en América como en Europa, es la utilización de los sistemas electorales como vía para la conquista del poder.
Sistema electoral USA
Electores
Trump |
306 |
Clinton |
232 |
Total |
538 |
Sufragios
Inscritos |
231.556.622 |
Votan |
131.741.500 |
Votan |
56 % |
Estados con más electores
California |
55 |
Clinton |
NY |
29 |
Clinton |
Florida |
29 |
Trump |
Afroamericano
2012 13 % Obama |
2013 12 % Clinton |
Jóvenes Clinton
55 %
Viejos
|
2008 |
|
Obama |
69 millones de votantes |
2011 |
|
Obama |
65 Millones de Votantes |
2016 |
|
Clinton |
60 millones de votantes |
2008 -2016 |
9 millones de votantes |
Colegio electoral
Alabama |
9 |
Minnesota |
10 |
Alaska |
3 |
Misuri |
10 |
Arkansas |
6 |
Montana |
3 |
California |
55 |
Nebraska |
5 |
Carolina del Sur |
9 |
New Hampshire |
4 |
Nueva Jersey |
14 |
Connecticut |
7 |
Nuevo Méjico |
5 |
Delaware |
3 |
Nueva York |
29 |
Dakota del sur |
3 |
Oklahoma |
7 |
La Florida |
29 |
Georgia |
16 |
Pensilvania |
20 |
Idaho |
4 |
Hawái |
4 |
Tennessee |
11 |
Illinois |
20 |
Texas |
38 |
Indiana |
11 |
Vermont |
3 |
Virginia |
13 |
Kentucky |
8 |
Virginia Occidental |
5 |
Luisiana |
8 |
Washington |
12 |
Maine |
4 |
Wisconsin |
3 |
Massachusetts |
11 |
Washington DC |
3 |
Michigan |
16 |
Total |
538 |
Cámara de representantes
Republicanos |
239 |
Demócratas |
193 |
|
|
Senado
Republicanos |
51 |
Demócratas |
47 |
Gobernadores
Republicanos |
32 |
Total |
50 |
Estados Para Trump
Indiana |
11 |
|
Kentucky |
8 |
|
Florida |
26 |
|
Georgia |
16 |
|
Ohio |
9 |
|
Carolina del norte |
15 |
|
Virginia de west |
5 |
|
Pensilvania |
20 |
Ganada a los demócratas |
Michigan |
16 |
Ganada a los Demócratas |
Oklahoma |
7 |
|
Arkansas |
6 |
|
Texas |
38 |
|
Luisiana |
8 |
|
Nebraska |
5 |
|
Wisconsin |
10 |
Ganada a los Demócratas |
Arizona |
11 |
|
Iowa |
6 |
|
Utan |
6 |
|
Idaho |
4 |
|
Dakota Norte |
3 |
|
Alaska |
3 |
|
|
|
|
Clinton
Virginia |
13 |
Vermont |
3 |
Illinois |
20 |
New jersey |
14 |
Maryland |
10 |
Alabama |
9 |
Connecticut |
7 |
Maine |
4 |
New Hampshire |
4 |
Rhode Island |
4 |
Delaware |
3 |
Columbia |
3 |
Colorado |
9 |
Nevada |
6 |
California |
55 |
NY |
26 |
Oregón |
7 |
Hawái |
4 |
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
14/11/2016