El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela que preside Nicolás Maduro es objeto de estos momentos de una ofensiva política continental digitada por el gobierno de los Estados Unidos, cargada de mentiras, tergiversaciones y falsedades, a la que en el Perú se han sumado el presidente y empresario estadounidense, Pedro Pablo Kuczynski; el Apra (partido esquirol de las luchas sociales), los partidos de derecha tradicionales acreditados en el Congreso, algunos personajes de la izquierda, como Marisa Glave y los núcleos dirigentes de los gremios de periodistas (CPP, FPP y ANP), con pronunciamientos que no representan el pensamiento de sus bases.
Todas las declaraciones contra el gobierno bolivariano coinciden en enrostrarle una supuesta conducta antidemocrática, de no querer llamar a elecciones adelantadas, llenar las cárceles de supuestos perseguidos políticos y actuar contra la libertad de expresión, a propósito de la decisión del gobierno de Maduro de cerrar el ingreso al país a cuatro reporteros de América TV, empresa afiliada a Televisa de México, medida dirigida –lo que no se dice- no a los periodistas, sino a la empresa televisiva mexicana constituida en uno de los arietes de la campaña internacional contra Venezuela.
LO QUE OCULTAN
Véase la malicia de estos pronunciamientos, pues ninguno de ellos ha tenido en cuenta, lo que debe hacerse en cualquier análisis, el contexto político interno, en que se dan los hechos que denuncian, como la existencia de la más amplia libertad de prensa, lindante con el libertinaje, donde los medios sin freno alguno, demonizan a diario, sin limitaciones, al gobierno; o la existencia de un desabastecimiento artificial de alimentos, léase su ocultamiento, como se hizo en los días de la conspiración contra Salvador Allende, para generar naturales descontentos, o los atentados armados casi diarios contra comisarias y políticos del partido de gobierno.
Saben, pero pretenden comportarse como si lo ignorasen, de la existencia de un plan del Departamento de Estado y Pentágono Norteamericano, de traerse abajo al gobierno bolivariano, que contempla la posibilidad de una invasión militar, luego de que le tuerzan el cuello a la OEA, mediante la aplicación de la llamada Carta Democrática y se haya concretado la solución pacífica del conflicto interno colombiano, proyecto para el cual tienen ejércitos listos en las siete bases norteamericanos instaladas en Colombia.
Saben, pero prefieren fingir de idiotas políticos, que los más conspicuos dirigentes de la oposición política venezolana, son personajes lombrosianos, con trayectorias lindante con el hamponaje. Nos estamos refiriendo a los más recalcitrantes, convertidos en verdaderos íconos de la “lucha democrática” venezolana, como el ex alcalde de Caracas, Antonio Ledezma; y el jefe, mejor diríamos cabecilla, del partido Voluntad Popular, Leopoldo López, actualmente preso y acusado de autor intelectual de 43 asesinatos.
Una vez más debemos poner al descubierto quienes son los personajes por los cuáles sacan la cara los llamados demócratas peruanos. Ledezma fue el cerebro de la abortada Operación Jericó, que pretendió consumar un magnicidio, mediante un plan que buscaba bombardear el Palacio presidencial para asesinar masivamente a la plana mayor del gobierno venezolano, cuando era presidente el comandante Hugo Chávez. Pero, se mellaron los dientes, porque la inteligencia bolivariana y el gobierno desbarataron el plan
LÓPEZ
López se convirtió seguidamente en el artífice de un siniestro plan denominado “La Salida”, que como su nombre lo indica buscaba el derrocamiento del presidente Nicolás Maduro, que consistió en el levantamiento de “guarimbas” o barricadas callejeras en las principales arterias de Caracas y de las diferentes capitales provinciales, con la finalidad de obstruir el tránsito y provocar acciones de enfrentamiento armado contra el gobierno bolivariano.
El plan se inició el 12 de febrero del 2014, a menos de un año del fallecimiento del presidente Hugo Chávez, con un ataque vandálico contra la sede del Ministerio Público, donde dieron muerte a dos personas y continuó con el brote y multiplicación de “guarimbas” en todo el país, para lo cual reclutaron “lumpenes” o antisociales, a sueldo.
PLAN GOLPISTA
El plan golpista, estrenado por López y Ledesma, incluía el empleo de francotiradores emplazados en los techos de los edificios colindantes con las “guarimbas”, para disparar y eliminar a balazos a manifestantes contrarios y dispuestos a desarmar las barricadas y restituir la normalidad del tránsito. Hasta junio del 2014, esos francotiradores alquilados por los demócratas López y Ledezma, dieron muerte a 43 personas y causaron heridas de bala a más de 830.
Entre los fallecidos se contaron: Acner López, sargento de la Guardia Nacional Bolivariana, baleado por la espalda en el municipio Sucre del Estado Miranda; el capitán de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) José Araque, muerto por un disparo en el rostro que recibió en Maracay, Estado Aragua; Julio González, fiscal de Ministerio Público, tras colisionar con un árbol cuando su auto se despisto a causa de las “guarimbas”.
También José Méndez (17), atropellado por un vehículo durante una protesta opositora en Cumaná, Estado Sucre; Wilfredo Rey, chofer de autobús, por impacto de bala en la cabeza cuando un grupo de facciosos disparó varias veces en las inmediaciones del barrio Sucre de San Cristóbal, Estado Táchira; José Darma, funcionario de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), en Barquisimeto, Estado Lara, por un disparo mientras ejercía sus funciones de mantener el orden público.
Imposible omitir el asesinato, en el Estado de Mérida, de la ciudadana chilena, Giselle Rubilar (47), de un balazo en la cara, por el solo hecho de intentar reabrir el tránsito en la Avenida Los Próceres, bloqueada por una “guarimba”. Rubilar había llegado a Venezuela en 2006, era militante del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y dejó en la orfandad a cuatro hijos. Su muerte ha sido asumida por los venezolanos como otro sacrificio internacionalista de los revolucionarios chilenos.
En algunas ocasiones a los “guarimberos” les salió el tiro por la culata, como ocurrió con Roberto Annese, un antisocial despedazado, por el estallido en su pecho de un mortero casero, en Maracaibo, Estado Zulia, en momentos que pretendía lanzarlo contra policías bolivarianos de los cuerpos de seguridad.
PRONTUARIO ATERRORIZANTE
López, en relación a Ledezma, en verdad es un niño de pecho, porque este tiene un prontuario violentista aterrorizante, con un pasivo de cientos de ciudadanos muertos en represiones ejecutadas, en las ocasiones que le correspondió ejercer como autoridad política.
En 1992, cuando Ledezma era gobernador del Distrito Federal de Caracas, y militante del partido Acción Democrática, versión del Apra en Venezuela, designado por el entonces presidente Carlos Andrés Pérez, ordenó la represión, a sangre y fuego, de un motín de presos en el ex reten de Catia, con el saldo de 200 reclusos asesinados a balazos por los gendarmes.
Increíblemente, Ledezma justificó las muertes diciendo que el motín formaba parte de una insurrección golpista contra el presidente Carlos Andrés Pérez, que pretendía crear el caos en Caracas.
Este mismo año, el jueves 19 de marzo, Ledezma lanzó a la Policía Metropolitana a reprimir una protesta estudiantil que exigía la restitución de garantías constitucionales, en la que descargó una furiosa golpiza contra los periodistas que informaban sobre la violencia aplicada contra los estudiantes.
PERIODISTA ASESINADA
Entre los 144 heridos se contaron decenas de periodistas, entre ellos María Verónica Tessari, con conmoción cerebral grave por el impacto de una bomba lacrimógena en la cabeza, que le causó la muerte luego de cinco meses de agonía. ¿Han pensado en este episodio los núcleos dirigentes peruanos del Colegio de Periodistas, Federación de Periodistas y Asociación Nacional de Periodistas, al suscribir el pronunciamiento condenatorio del gobierno bolivariano?
Más aún, Ledezma en noviembre de 1996, cuando ejerció como alcalde del Municipio Libertador, ordenó reprimir violentamente una protesta de trabajadores informales invidentes y personas de la tercera edad, en la que fue asesinada la trabajadora Leonarda Reyes, cuyo cadáver fue sepultado a escondidas e ilegalmente. El crimen quedó impune.
FALLIDO GOLPE
Para que se conozca la fisonomía lombrosiana de Ledezma, este fue el gestor del fallido golpe de estado del 2002 contra el presidente Hugo Chávez, que dejó un saldo de 23 muertos, la mayoría de ellos soldados y oficiales leales a Chávez. En el año siguiente, fue igualmente gestor de un paro petrolero orientado a estrangular la economía y sacar a Chávez del poder, que no lo logró, pero ocasionó pérdidas al país por 23 mil millones de dólares.
En el año 2008, apenas fue elegido alcalde metropolitano de Caracas, despidió a 2,252 trabajadores ediles por el supuesto hecho de ser simpatizantes de Hugo Chávez. Faltaría hacer un listado aparte de licitaciones de obras direccionadas que le permitieron apropiarse de miles de millones de bolívares.
SE HACE JUSTICIA
Hasta que se les acabó la impunidad, Ledezma y López fueron a dar con sus huesos a la cárcel por acción de la justicia bolivariana. Ledezma ahora cumple arresto domiciliario a causa de aparentes quebrantos de su salud y López permanece preso en espera de una condena de por los menos 30 años de cárcel en castigo por las 43 personas asesinadas en las “guarimbas” de su manufactura. Pero, sus gonfaloneros, digitados por la planilla de la CIA, insisten en calificarlos de “presos políticos”.
La mayoría de dirigentes de la oposición son de la misma ralea de Ledezma y López, con la solitaria excepción de algunos como Henrique Capriles Radonski, actualmente al frente de las manifestaciones antigubernamentales, gracias a que Ledezma y López están fuera de circulación, pues en caso contrario no lo hubieran permitido por la aversión que le guardan, pues no le perdonan su supuesta “estrategia pacifista y dialogante” con el régimen y su presunto homosexualismo.
Pero, como era de esperarse, usan a Capriles como mascarón de proa de una acción violentista en las calles, digitada por Ledezma y López, desde sus reclusiones, que incluye la alternativa de una invasión militar para derrocar al presidente Maduro, y que como es público el pueblo venezolano no apoya, como ha quedado graficado en la última fracasada huelga general.
EL EMPRESARIO ESTADOUNIDENSE PPK
Conviene aclarar como acotación final, que la calificación de “empresario estadounidense” hecha a Kuczynski por la canciller venezolana, Delcy Rodríguez en la reciente XXV Cumbre de Presidentes y Jefes de Estado realizada en Colombia, no es gratuita, corresponde a su condición de titular de varias empresas, con sede en EEUU y otras capitales y a su indesmentible ciudadanía estadounidense, que adoptó en 1968 para evitar ser reclamado por la justicia peruana, a pedido del gobierno del general Juan Velasco Alvarado, que lo denunció por el delito de “traición a la Patria”.