Tal como se preveía, Mariano Rajoy ganó la investidura por mayoría, es decir, 170 votos a favor, 111 en contra y 68 abstenciones. Quince diputados socialistas catalanes desobedecieron la orden de partido y decidieron su voto por el NO – en un régimen parlamentario, la disciplina del voto es fundamental-.
Está comprobado que Rajoy recibió dineros de parte del tesorero Luis Bárcenas y, además, le envió mensajes vía correo electrónico aconsejándole de mantenerse fuerte y mantener silencio sobre el tema. Rajoy es tan corrupto como Berlusconi en Italia y Temer, en Brasil.
Entre los más afectados figura el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) que, con la abstención, quedó aliado a la derecha, una de las más reaccionarias y corruptas de Europa y, pocos menos que cómplice del antiguo franquismo. No falta quienes acusen a Felipe González de haber sido un agente del dictador Francisco Franco, de todas maneras, su influencia fue un instrumento muy útil para el ingreso de España a la OTAN. Lo he demostrado en varios artículos que tanto las Democracias Cristianas como la Socialdemocracia, Internacionales fundamentales en la política norteamericana en Europa de la pos guerra, hoy están muertas, pero sus cadáveres exhalan putrefacción. Por otra parte, del socialismo, a nivel mundial, sólo se puede esperar un “social-liberalismo”.
Pedro Sánchez, el ex líder del PSOE, derrocado en forma vil por los llamados “barones”, tuvo el gesto valiente y emotivo – casi hasta las lágrimas – de renunciar a su cargo de diputado antes que aceptar el dilema que le planteaba la gestora del Partido: optar por el No o abstenerse. Pedro Sánchez anuncia una lucha para recuperar el Partido para la izquierda, recurriendo a los militantes que deberán votar por el liderazgo del conglomerado en un Congreso, a efectuarse próximamente.
El PSOE, que antes tenía alguna dignidad y respetabilidad cuando el parlamento era bipartidista y representaba a la centro-izquierda contra la derecha franquista, hoy no es ni la sombra de aquel partido que pretendía ser izquierdista y, aun cuando había renunciado al marxismo, mantenía algunos principios del estado de bienestar. Su líder histórico, Felipe González, no se diferencia en el servicio a los millonarios españoles y latinoamericanos de sus congéneres socialdemócratas europeos – dicho sea de paso, González ostenta, además de la española, la nacionalidad colombiana -. Mitterrand, Tony Blair y González irán al basurero de la historia.
En el debate de investidura de Rajoy hubo notables intervenciones, destacándose la del diputado de la Izquierda Catalana, Gabriel Riffián – debiera demandar a sus padres andaluces por tal apellido -; este líder se ha hecho famoso en el parlamento por su discurso franco, decidido, claro, directo e incisivo. Su discurso del día sábado 29 de octubre, no se sobraron apelativos:
“Los fundadores del PSOEW se revuelven en sus tumbas. Nunca más vuelvan a decirse socialistas. Nunca más vuelvan a decirse obreros. Traidores es el único nombre que merecen…
Señores de PSOE, Sociedad Anónima:
¿No les da vergüenza que sólo les queda de izquierdas el sitio en el que se sientan en los consejos de administración de las eléctricas?
¿No les da vergüenza doblegarse a los designios de una cacique – Susana Díaz – que gobierna la comunidad autónoma con una de las tasas de paro – cesantía – y fracaso más altas de Europa?…
¿No les da vergüenza ser republicanos pero monárquicos, socialistas pero neoliberales, obreros pero en consejos de administración y de izquierda dando el poder a la derecha?…
¿No les da vergüenza dar la gobernabilidad de su país a los amigos y enemigos de un narco que comparara una urna con ETA?
¿No les da vergüenza vender la memoria de un partido centenario?
Si le hacen esto a su secretario general y a su militancia, imaginen qué no le harán a la gente. Por cierto, Sr. Sánchez la España que le niega a usted votar en su partido es la misma que nos niega a nosotros votar en nuestro partido.
Acabo dirigiéndome una vez más a los compañeros Iglesias y Doménech. Compañeros, tenéis razón, el bipartidismo ha muerto. Ahora es sólo un partido, PSOE y el Frente Nacional Naranja. Más fuerte. Más reaccionario. Más hegemónico. ¿Cuánto más necesitáis? Os ayudaremos siempre. Pero nosotros sí que podemos. Si queréis ganar a un partido, no nos escuchéis. Ni queréis ganar un país, ayudadnos”.
Las palabras del diputado Ruffián fueron interrumpidas en varias ocasiones por los diputados del PSOE y sus aliados, el PP y Ciudadanos, que se encontraban molestas por las verdades que estaban escuchando de boca de Ruffián. El representante del PSOE, Antonio Hernando intentó, sin éxito, que la presidenta de las Cortes le permitiera responder a tan directas “injurias” del líder catalán, sin embargo, el diputado Hernando recibió un nutrido aplauso de parte de los diputados, salvo de parte de los autonomistas, de Podemos, de Izquierda Unida y de los 15 disidentes del PSOE – estos últimos votaron por el NO -.
A duración de la presente legislatura, con un gobierno minoritario y corrompido, es difícil de prever, pues depende de la obsecuencia de los traidores socialistas, como también del apoyo del Partido Ciudadanos, que se ha revelado como una réplica del Partido Popular, pero más honesta y centrista.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
31 de octubre de 2016