Primero fue el Houston Chronicle. Después el Dallas Morning News, el Cincinnati Enquirer´s y el Arizona Republic. Todos ellos periódicos conservadores o de larga tradición republicana tomando una decisión suicida en tiempos de crisis en los medios impresos: elegir a una candidata demócrata como Hillary Clinton por encima de Donald Trump, un candidato republicano que, desde su punto de vista, “no merece ser presidente de Estados Unidos” y representa “un peligro para la nación”.
A las pocas horas de este anuncio, los cuatro diarios se vieron golpeados por una oleada de cancelaciones en su, de por sí, maltrecha lista de suscriptores, mientras varios simpatizantes del partido republicano y Donald Trump se manifestaban a las puertas de sus oficinas:
“Estamos pagando el peso de nuestra propia historia”, aseguró Phil Boas, responsable de la página editorial del Arizona Republic a The New York Times, en alusión al dilatado historial de un periódico que nunca había apoyado a un candidato demócrata.
Hasta que llegó esa amenaza llamada Donald Trump.
“Este candidato no es republicano, ni conservador, ni esta preparado para ser presidente. Por ello, apoyaremos a una demócrata (como Hillary Clinton) para la presidencia”, añadió Boas.
Pocos días después, los diarios de mayor influencia en el amplio espectro liberal o demócrata como The Washington Post y The New York Times, decidieron alzar su voz para advertir contra el peligro de elegir a Donald Trump:
“No está preparado para ocupar la oficina oval de la Casa Blanca”, resumieron tras una larga exposición de motivos.
En el curso de las últimas horas, dos de los más importantes medios de alcance nacional e internacional, USA Today y The Wall Street Journal, decidieron sumar su voz a un cierre de filas sin precedentes en la historia de EU para tratar de evitar la elección de Donald Trump el próximo mes de noviembre:
“La elección de Hillary Clinton es lo único que se interpone entre la seguridad de la nación y el reinado de los inestables, de los orgullosamente desinformados y de los psicológicamente ineptos para entrar jamás a la Casa Blanca”, aseguró Dorothy Rabinowitz, miembro del consejo editorial de The Wall Street Journal.
“En los 34 años de historia de USA Today, su consejo editorial nunca ha tomado partido en una contienda presidencial. Sin embargo, este año, la elección no es entre dos candidatos capaces que tienen diferencias ideológicas importantes. Este año, uno de los dos candidatos —el candidato republicano Donald Trump—, no está preparado para asumir el cargo de presidente, según el consenso unánime”.
Que una larga lista de periódicos, ubicados en las antípodas del espectro ideológico, hayan decidido unir sus fuerzas para tratar de frenar la candidatura presidencial de Donald Trump, debería ser considerado como una señal de alarma advirtiendo sobre un riesgo que concierne no sólo los ciudadanos de EU, sino de todo el mundo.
Sin embargo, habría que hacerse la siguiente pregunta:
¿Hasta qué punto puede influir este desesperado llamado de la prensa escrita contra la candidatura presidencial de Donald Trump?
En tiempos en que las redes sociales se han hecho con las riendas de la información, de la publicidad y, sobre todo, de la inmediatez y la banalización de los asuntos que más nos conciernen.
En tiempos en que los más jóvenes se dejan influenciar más por el comentario de un conocido o una estrella de rock en las páginas de twitter o Facebook, que por un editorial de un periódico, por más respetable que éste sea.
En momentos que la prensa escrita de Estados Unidos vive la peor crisis desde el colapso financiero del 2008 —con sus ingresos cayendo a un promedio del 8% anual y con sólo un 5% de los adultos siguiendo las noticias del proceso electoral en el papel—, la gran pregunta es si, acaso, el pronunciamiento de estos diarios influirá realmente en el ánimo de los electores cuando sólo faltan unas semanas para la cita con las urnas.
“Francamente creo que el impacto de estos periódicos, en tiempos en que las redes sociales lo dominan todo, será de carácter muy limitado”, dijo a la cadena CNN Rebecca Berg, analista de la página RealClearPolitics.
Sin embargo, el hecho de que los miembros del consejo editorial de periódicos de tradición conservadora o republicana, hayan decidido tomar partido en contra de Donald Trump, a sabiendas del elevado precio que han tenido que pagar, parece indicar que el arriesgado paso ha sido fruto de una cuidadosa reflexión.
A pesar de que, efectivamente, el impacto que puede tener el respaldo de un periódico hacia un candidato es más bien de carácter limitado, las cosas cambian cuando éste apoyo es “tan sorprendente como inesperado”.
En pocas palabras, la sorpresa por un cambio de lealtades o de corazón, es un poderoso factor de revulsión o convencimiento.
“Los apoyos que producen una sorpresa, por ir contra la historia de respaldos del periódico, suelen tener un gran efecto y pueden ser decisivos en elecciones muy cerradas”, aseguró el economista de la Universidad de Northwestern, Agustin Casas, en un trabajo publicado en la revista Pacific Standard.
En conclusión:¿ servirá de algo este desesperado llamado de la prensa escrita en EU para evitar que Donald Trump se declare ganador el próximo 8 de noviembre?
Thomas Jefferson solía decir que, puestos a elegir entre una clase gobernante sin periódicos o unos periódicos sin gobernantes, prefería la existencia de la prensa escrita porque, sin ella, no habría control del poder.
¿Hasta qué punto ha cambiado Estados Unidos desde que Jefferson pronunció estas palabras en 1787?.
El próximo mes de noviembre, sabremos la respuesta.