La apertura económica de Cuba, pese a que es todavía limitada y encierra “vacíos jurídicos”, debe ser aprovechada por la inversión estadounidense, especialmente en los sectores agroalimentario, hotelero y de infraestructura, dijo hoy a Efe una experta en inversión empresarial en la isla.
“El Gobierno cubano tienen gran interés en atraer inversión extranjera en dos sectores como la agricultura y la hotelería y en la zona franca del Mariel”, aseguró a Efe Alliette DelPozo Rodríguez, abogada de la firma Shutts&Bowen y experta en inversión extranjera en Cuba.
Para DelPozo, la cercanía geográfica de EEUU con Cuba supone, frente a otros países, una “ventaja” a la hora de hacer negocios, por el menor coste económico que entraña el envío de mercancías desde puntos como Miami, Tampa o Fort Lauderdale (Florida).
Unas oportunidades que, desde que comenzó a finales del 2014 el deshielo en las relaciones entre Washington y La Habana, no deben dejar pasar las empresas privadas estadounidenses, eso sí, previo estudio de los riesgos, las regulaciones de ambos países y la adquisición de licencias, agregó la abogada y presidenta del Grupo de Trabajo de Cuba de la citada firma.
Y es que en un momento en que muchas iniciativas internacionales tienen como destino la isla caribeña, los sectores productivos estadounidenses cuentan con grandes ventajas potenciales, a medida que se suaviza el embargo comercial contra Cuba.
Especialmente, teniendo en cuenta que, según “perspectivas económicas”, agregó DelPozo, se van a “poder negociar acuerdos más favorables que crearán buena competencia con compañías foráneas ya instaladas en la isla”.
“Hay negocio en Cuba”, y este es el momento, por el nuevo panorama que se abre ante la isla, para que las compañías estadounidenses saquen rédito a su capacidad exportadora y a la “cartera de oportunidades”, sostuvo DelPozo.
En ese contexto avanzó una recomendación: que las compañías estadounidenses interesadas “vayan ahora a Cuba, evalúen, vean el interés y, si lo hay, procedan con las licencias requeridas por EEUU y la legislación y las regulaciones cubanas”.
“Este es el momento para empezar a hacerlo; dará gran ventaja a los que primero empiecen a hacerlo, ya que toma tiempo (el proceso)”, apuntó.
Recordó que el sector turístico en la isla creció en el año 2014 un 50%, un aumento que se mantuvo en el 2015 y que reflejó también la llegada de turismo estadounidense.
Las inversiones estadounidenses no se han hecho esperar en este sector, y en julio pasado la empresa hotelera Starwood Hotels abrió el primer hotel operado por capital estadounidense en 60 años.
El Four Points de La Habana, propiedad de los militares cubanos, y ahora administrado por Starwood, es el pionero en abrir unas inversiones que han atraído un gran interés en Estados Unidos, pero que han levantado algunas críticas por no estar a la altura de la calidad y comodidad esperadas.
En cuanto a la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM), el proyecto estrella del Gobierno cubano para atraer las inversiones de capital extranjero, DelPozo apuntó que ofrece condiciones ventajosas para la instalación de empresas foráneas, pero que “vulnera principios, normas internacionales en materia laboral”.
La letrada señaló, en ese sentido, la imposibilidad de pagar los salarios de forma directa a los trabajadores o contratar personal extranjero. “Tienes que emplear a través del Gobierno cubano” y pagarle a éste el salario de los trabajadores, algo que, subrayó, viola varios artículos de la legislación laboral internacional.
No obstante, DelPozo se mostró entusiasmada con la “perspectiva de invertir en Cuba, ayudar a los cubanos y tener sinergia entre ambos países”.
Pero las empresas estadounidenses deben tener en cuenta que “los resultados de las inversiones en la isla son, en general, a largo plazo”, advirtió.
Sin duda, un factor “positivo” que anima a la inversión es que, actualmente, las empresas que invierten en Cuba “pueden usar un banco de un tercer país, que no sea Estados Unidos, para recibir los fondos” de las operaciones inversoras.
“Creo que hay tanto que hacer y todo es tan virgen en Cuba para crear negocio”, que el panorama es “positivo” para las compañías estadounidenses, si bien resulta prioritario “afinar mejor las políticas sociales y jurídicas” en la isla, apostilló DelPozo, quien participó esta semana en una conferencia en Miami sobre inversión extranjera en Cuba.