Noviembre 16, 2024

Solidaridad con el diario Clarín, “firme junto al pueblo chileno”…

“Chile no pagará indemnización alguna al Clarín”.  Agustín Dunny Edwards celebró la resolución de la “Justicia en la medida de lo posible” con champagne francés. Igual celebración realizó el 11 de Septiembre de 1973, para celebrar “el asesinato del Presidente de Chile”, Salvador Allende Gossens: Los dos grandes odios del dueño del Mercurio, el Presidente de Chile Dr. Allende Gossens y el Diario El Clarín de Chile.

 

 

La Justicia Plena es el equilibrio entre la moral y el Derecho. La persona justa, honesta, rehúye toda complicidad con la injusticia. Los intereses creados de la oligarquía empresarial farisea sofofa obstruyen la justicia. La solidaridad crece en razón directa de la Justicia Plena.

En el marco de la mentalidad cuartelera, fascista, frívola, corrupta, inmoral, fatalista, etc. y la política bajuna impuestas por la dictadura cívico militar, a partir del infausto 11 de Septiembre de 1973, hemos acentuado que cuando en la consciencia social no vibra un fuerte anhelo de justicia, nadie templa su personalidad ni esmalta su carácter. Donde más medran los corruptos que más se arrastran, las piernas no se usan para caminar erguido, todo privilegio injusto implica una inmoral subversión de los valores sociales. El parasitismo deja de inspirar repulsión a quiénes lo usufructúan y encenega a las víctimas en la domesticación y rastrerismo.

Ante la crisis del modelo perverso de la sociedad capitalista salvaje globalizada/ globalización del capital, profundamente traumatizada, sumida en una esquizofrenia social, tiene, como colofón la crisis del Estado de Derecho por su incapacidad de entregar una justicia para todos. A nivel nacional e internacional, una de sus víctimas con la cual más se ha ensañado ha sido el diario El Clarín de Chile. Desde luego por su defensa del Pueblo Chileno y su apoyo al Gobierno Popular del derrocado y asesinado Presidente Dr. Salvador Allende Gossens,  y por su permanente denuncia contra el pasquín El Mercurio de propiedad del tartufo delincuente Agustín Dunny Edwards E., cómplice principal en el asesinato del Presidente Allende Gossens, ejecutado por las fuerzas Armadas, por orden del régimen de los Estados Unidos.

¿En qué quedó la palabrería hueca: Verdad, Justicia y Reparación seleccionada con las víctimas del terrorismo de Estado? Se impuso la venganza mercurial del Dunny Edwards. No nos podemos sorprender que los jueces  defiendan a ultranza el principio de “La continuidad del ordenamiento jurídico”, incluso el poder de la dictadura  cívico militar, en causas de crímenes de lesa humanidad, como la sentencia prevaricadora, con un sobreseimiento definitivo en el magnicidio del Presidente Dr. Salvador Allende Gosses, existiendo diligencias pendientes…

Con la sentencia contra el Diario el Clarín de Chile, “firme junto al Pueblo”, se refutó otra falacia de la oligarquía empresarial farisea sofofa y su testaferra clase politicastra, “la independencia del Poder Judicial”. Como ya lo hemos reiterado no basta con declarar la independencia de los Tribunales de Justicia, sino concurren determinados supuestos previos. Es falsa, mitificadora y enajenante toda apelación a la independencia del Poder Judicial que se pretende cimentar al margen de un verdadero Estado de Derecho. Afirmamos que no existe ni la más remota posiibilidad de proteger al Poder Judicial de los presiones, las intromisiones de la clase oligárquica farisea sofofa y la clase politicastra, sino es por el control de un parlamento libre de corruptos y drogadictos, y una prensa verdaderamente libre.

La sentencia en función creadora del Derecho

La concepción clásica concibe el acto de dictar sentencia como la operación de seleccionar la norma aplicable al caso controvertido y deducir las consecuencias jurídicas en el fallo. Nos es esta la concepción que predomina en el Poder Judicial a nivel nacional e internacional. Ningún juez se escapa de la presión de la clase oligarca y la clase politicastra. Por esto está justificado el desprecio que las gentes sienten por la precaria formación humanística vocacional y la independencia moral de la mayoría de los jueces. Un ejemplo, la sentencia prevaricadora en contra el diario el Clarín del Pueblo Chileno.

Justicia, libertad e igualdad.

Más que una suma de derechos, es una sustracción, una restricción de las libertades de cada uno. Aunque esa restricción es liberadora porque cierra el paso a las tendencias antisociales, y aquí interviene la justicia, en una zona en que las estructuras no se imponen, no deben imponerse, ni siquiera la estructura judicial qué, a su vez, es libre, no sólo porque esté garantizada por la Constitución sancionada soberanamente por el Pueblo, ni por el aspecto épico, vindicativo, con el que ha solido ser  representada, sino porque goce de la verdadera autoridad, la autoridad que le da la certeza de no ser una máquina, la capacidad de dudar y de inquietarse, de manifestarse haciéndose transparentar, renunciando a la comodidad del misterio. Informando, investigando, comunicándose.

Como ha sucedido en Chile durante largo tiempo las libertades políticas han sido negadas, conculcadas, su conquista se nos presenta como un objetivo prioritario, y así debe ser porque las llamadas por algunos, despectivamente, “libertades formales”, forman parte sustancial de la democracia. Han sido históricamente resultado de una larga lucha de la Clase Trabajadora y de la Juventud, y aunque no aseguren por sí solas la plenitud democrática, son irrenunciables para profundizar desde ellas, en la búsqueda de la democracia económica, en la eliminación de los controles antidemocráticos, impuestos por la ideología dominante y han de ser defendidas a fin de evitar otras estructuras totalitarias.

Justicia e igualdad

Si el principio de la libertad favorece el predominio de quiénes están en condiciones económicas  de hacer prevalecer su voluntad, el principio de igualdad no corrige este desface, sino que lo acentúa, cuando se traduce en un trato igualitario, ante los Tribunales de quiénes comparecen en condiciones reales de inferioridad, respecto a las consecuencias de una aplicación indiscriminada de la norma.

Como colofón, la injusticia cometida contra el diario El clarín de Chile, una víctima de la dictadura fascista cívico militar, nos vuelve a recordar que la sociedad y el individuo, se condicionan recíprocamente, por el respeto a la Justicia, medimos la civilización de la primera, por la austeridad en el deber, valoramos la moralidad del segundo. La fórmula de la Justicia Social, es garantizar a la persona sus derechos, la fórmula de la dignidad individual es cumplir todos los deberes correspondientes. Quién siempre habla de nuestros derechos, sin recordar nuestros deberes, traiciona a la Justicia, pero mancilla nuestra dignidad, quién predica deberes que no son la consecuencia natural de los Derechos efectivamente ejercitados.

“Si no rechaza la Justicia, la violencia de la injusticia que se comete en su nombre, ésta no desvanece la razón real de que es exceso”, Maestro Libertador José Martí Pérez.

Todo está dicho, pero como nadie hace caso, hay que volver a repetirlo.

Con esperanza y memoria.

·        Secretario Ejecutivo ADDHEE.ONG

 

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