Con un lenguaje directo y expresiones propias de los mineros, el Presidente Ejecutivo de CODELCO, Nelson Pizarro, se refirió al estado catastrófico que, según él, se encuentra la principal empresa minera del cobre chileno.
Nelson Pizarro es bastante cazurro como para lanzar una frase digna de la campaña del terror, justo en el momento en que se discutía el reajuste y los bonos, demandados por las centrales sindicales del cobre. Se trata de que se abstengan de presentar pliegos de peticiones en razón del patriotismo.
Los sueldos de los ejecutivos del cobre alcanzan a los 11 millones de pesos mensuales, y los del directorio, que lo integran “apernados” políticos – el caso de la abogada democratacristiana, Laura Albornoz, que poco o nada sabe de cobre – que también ganan suculentos sueldos.
CODELCO, en el reparto de las empresas del Estado, equivale a sacarse el premio mayor en los juegos de azar que, en este caso, durante los sucesivos gobiernos de la Concertación – ahora de la Nueva Mayoría – los cargos son exigidos por los voraces democratacristianos.
Se podía esperar de los economistas y demás tecnócratas que, en su ignorancia y jactancia insoportable supieran, el menos, que los precios del cobre y de las demás materias primas son cíclicos: tienen períodos de alta montaña – como los que están terminando, y otros de valle, donde baja fuertemente el precio del metal -. Durante mucho tiempo, el cobre se cotizaba en centavos de dólar la libra precio promedio calculado, a largo plazo, de dos dólares -.
En el ciclo del salitre, aunque la oligarquía entregó las oficinas a especuladores británicos – Thomas North y Josiah Gibbs -, el gobierno siempre cobró un royalty poderoso – superaba el 40% – el gobierno y la oligarquía pudieron darse el lujo de no cobrar impuestos a los ciudadanos – en ese tiempo “la gente como uno”, pues eran los únicos, según Eduardo Matte, “los dueños de Chile somos nosotros, los dueños del capital y del suelo; lo demás es masa influenciable y vendible: ella no pesa ni como opinión ni como prestigio”.
La oligarquía actual apenas sí le cobra a las empresas extranjeras del cobre – obtenidas bajo la dictadura del tirano Augusto Pinochet – un exiguo 8% y, además, durante los gobiernos de Ricardo lagos y de Sebastián Piñera se les concedió una invariabilidad tributaria por varios años, sin que el Estado pueda subir los impuestos a estas empresas -. La venta del país ha sido peor en el caso del cobre que del salitre: ambas clases herodianas – para usar los términos de un jesuita famoso y muy cercano a Eduardo Frei Montalva – los períodos parlamentarios de 1925 y la actual, pienso que el primero fue menos corrupto que el de hoy.
Del total de los minerales del cobre nacionalizados por el Presidente Salvador Allende, sólo queda el 33% en manos del Estado, (CODELCO), el resto es explotado por empresas extranjeras, que se han beneficiado de la venta del cobre al precio de 4 dólares la libra, y que nos dejarán el hoyo una vez que el precio del cobre sea más alto que el de producción, o bien, que algún sustituto sea más barato que el cobre – como ocurrió con el salitre – y lo peor es cuando se termine la veta.
El “paco” Ibáñez, (Carlos Ibáñez del Campo), en su segundo período presidencial, impuso la “ley reservada del cobre”, por la cual el 10% de las ventas van a dar a las Fuerzas Armadas, supuestamente para la adquisición de armamento. Esta ley fue radicalizada por Pinochet y mantenida por los gobiernos de la Concertación. A pesar de los intentos de algunos personeros no ha habido hasta ahora una manifiesta voluntad para poner fin a este abominable abuso, que tanto daño le ha hecho a CODELCO. Es sabido que el negocio de las armas, el más lucrativo de la historia, como también una fuente inagotable para hacer nuevos ricos. El caso del “milicogate” prueba el poder corruptor de este negocio. Al parecer, a los traidores de la Concertación – hoy Nueva Mayoría – y del derechista Partido Chile Vamos les da miedo tocar los privilegios de esta casta militar – ellos mismos la denominan “la familia”.
Con la baja del 40% del precio del cobre, los que salen perjudicados directamente son el Estado de Chile y la empresa CODELCO, y no así el 10% que se llevan las Fuerzas Armadas, que sufre poco pérdida por la baja del valor de la libra de cobre, pues lo que importa aquí es el volumen de las ventas.
Los directivos de CODELCO tienen mucha responsabilidad al no haber previsto los ciclos del cobre, farreándose “las gallinas de los huevos de cobre”. A su vez, el Estado no invirtió en modernización y trabajo que mejoraran la producción y así poder contar con un margen mayor de maniobra. Actualmente, la producción cuesta 2,10 dólares la libra y el precio de venta está a 2,13 en el mercado de Londres. Si se lograra bajar a 1,6 dólares – como lo hacen los peruanos – tendríamos un buen margen, incluso, si bajara a 1,8 de dólar la libra, lo que podría ocurrir a mediano plazo.
El endeudamiento hoy de CODELCO es muy abultado y, para más remate, los bonos fueron emitidos en la época en que el precio del cobre era de cuatro dólares la libra. El bono CODELCO actual está clasificado A+ grado de inversión y paga un interés del 5% anual, pero hay un peligro de baje de grado y, como consecuencia, quede fuera de muchos fondos de inversión, y así el endeudamiento sea más caro.
Reconozco no ser un especialista en el tema del cobre, pero hay un eximio conocedor y gran defensor del cobre chileno, Jorge Lavandero, uno de los pocos patriotas que van quedando en este país, de cuya amistad me precio.
La famosa frase “no hay ni un puto peso”, de Nelson Pizarro – tan aplaudida por el ministro de hacienda, Rodrigo Valdés, sólo sirve de escudo para que los ricos sigan atesorando riqueza y los pobres profundicen su miseria. “Que los ricos coman pan y los pobres mierda, mierda”.
Rafael Luis Gumucio Rivas (El Viejo)
30/08/2016