La clase obrera en Argentina anunció la unificación de las tres centrales sindicales más grandes de ese país en defensa de las conquistas sociales amenazadas por los altos costos de los servicios públicos y la desregularización de garantías laborales por parte del presidente Mauricio Macri, un empresario electo presidente en diciembre del 2015.
Se trata de la fusión de las tres grandes centrales, la “CGT Azopardo, de Hugo Moyano, la CGT Alsina, de Antonio Caló, y la CGT Azul y Blanco”, reseña el diario argentinoPágina 12.
La unión se hizo en un congreso para hacerle frente a las recetas neoliberales de Macri. “Estamos frente a un viraje hacia la derecha, y sabemos por dónde viene la derecha. Viene en búsqueda de nuestras conquistas y tenemos que prepararnos para que las viejas recetas económicas no se conviertan en una fogata social”, dijo citado por Página 12 Juan Carlos Schmid, dirigente de la Federación Marítima Portuaria.
Desde que Macri llegó a la presidencia, el 10 de diciembre del 2015, más de 100 mil trabajadores han sido despedidos. A los despidos del sector público se le suman a diario los del área privada en ramas como la construcción, metalúrgica, laboratorios farmacéuticos, comercio, frigoríficos, gastronómicos, editoriales, minería, textiles, indumentaria y servicios.
Además de los despidos, el gobierno de Macri aumentó el costo de los servicios y eliminó los subsidios, entre ellos los de la energía eléctrica. En febrero de este año, el ministro de Energía, Juan José Aranguren, anunció la entrada en vigencia del aumento de 500% en la tarifa del servicio eléctrico.
El precio del gas también fue aumentado desde abril pasado en promedio en un 300 y 500% para los usuarios residenciales y alrededor de 1 700% para las pequeñas y medianas empresas. Sin embargo, la Corte Suprema de Justicia suspendió el “tarifazo” (como se le conoce en Argentina el aumento de los servicios).