Noviembre 17, 2024

La importancia de la Izquierda hoy

A partir del hecho real que los dos grandes partidos históricos de la Izquierda chilena han capitulado frente al capitalismo se difunde que lo  mismo da ser de izquierda o derecha, o mejor aún que esta contradicción no existe ya. Esto se promueve con pretensiones teóricas desde grupúsculos teledirigidos por senadores de moralidad dudosa  y de manera más eficaz y agresiva por cultores del fascismo nativo.

 

 

En Chile se ha constituido una casta política, la cual en su conjunto defiende los intereses de la oligarquía económica, independiente de lo que digan o como se autodenominen. Esto es evidente y ha sido percibido por la inmensa mayoría de los chilenos.

 

Eso crea una molestia justificada en contra de los que históricamente se conoció en Chile como izquierda. Pero aclaremos desde ya que “los cansados” no son propietarios de la izquierda, esta no es una marca a registrar.

 

Cabe preguntarse, ¿es posible una sociedad sin izquierda ? ¿es útil la izquierda al desarrollo histórico de las sociedades y la condición humana ?

 

La lucha de clases no la inventó ni descubrió Marx, está en todos los grandes historiadores romanos, plasmada en su institucionalidad política; los tribunos de la plebe. Maquiavelo fundador de la ciencia política construye toda su teoría con el supuesto de la lucha de clases. El Príncipe es la dialéctica en movimiento.

 

Los de abajo, los que proponían que otra sociedad y otros seres humanos eran posibles, con  la revolución francesa pasaron a llamarse genéricamente “izquierda” a partir de la ubicación de jacobinos y girondinos en la Asamblea Nacional.

 

La izquierda representa históricamente a los oprimidos, tiene el optimismo histórico como estandarte  (la convicción que la historia y los seres humanos evolucionan siempre de un modo ascendente: Condorcet/Hegel), que este desarrollo se produce a partir de la oposición y lucha de intereses sociales contradictorios.

 

Esta izquierda no puede dejar de existir en una sociedad, fluye naturalmente. Otra cosa, muy otra cosa, es que quienes en algún momento tomaron  esa ubicación social hayan dejado de hacerlo. Eso crea una situación política coyuntural de desprestigio, pero que la historia resuelve con la aparición de otras fuerzas políticas ocupan ese lugar.

 

Podemos en España trató de tomar distancia de la izquierda histórica, tácticamente fue inteligente, pero al final Pablo Iglesias tuvo que terminar su discurso citando a Allende y haciéndose heredero, muy legítimo, de la tradición de la izquierda española, incluidos todos, José Hernández, Andreu Nin y Durrutí.

 

Hay otros que han pretendido “superar” la contradicción, algunos ignorantes la llaman dicotomía, de izquierdas y derechas. Benito Mussolini desde su balcón romano (queriendo sepultar su pasado socialista y congraciarse con el Papa y los industriales) pretendió ponerse por sobre la izquierda y la derecha, tuvo seguidores;  José Antonio en España, Oliveira Salazar en Portugal, Hitler en Alemania, aquí en Chile se nuclearon en Patria y libertad, el nacionalismo le llaman.

 

Ese nacionalismo, el bonapartismo de Marx, no es ingenuo ni inocente, tarde o temprano cede ante los poderos.  La “comunidad” organizada de Perón del 55 desembocó en la triple AAA de Lopéz Rega el 74.

 

Fukuyama en los 90 nos propuso el fin de la historia, como demostré en mi tesis doctoral, ese pensamiento entronca perfectamente con las categoría posmoderna de la disolución de los metarrelatos. El resultado era el mismo; el capitalismo era eterno.

 

En Chile las nuevas ideas llegan con cierto atraso y un viejo pillín, sembró un arbolito del conocimiento. La realidad de la lucha de clases fue conscientemente olvidado por la Concertación para dedicarse a las realidades emergentes, embolar la perdiz le llamaría mi abuela. Más de la mitad de los trabajadores chilenos ganan menos de 300 mil pesos mensuales y a la sra Bachelet le desvela el aborto entres causales y el matrimonio igualitario.

 

La lucha de clases está ahí, como un dato de la causa, los que lo olvidan pierden el rumbo o quien vendernos gatos por liebres.

 

Mientras más injusta la realidad, mayor necesidad de la izquierda, independiente de que algunos, muchos o pocos, hayan desertado.

 

El pueblo avanza sin partido dicen los pinochetistas encubiertos y lo corean algunos ingenuos y mercenaritos.

 

La izquierda chilena no debe avergonzarse de su pasado, todo lo bueno, lo humano, lo democrático de esta sociedad se ha construido con su esfuerzo. Los que de manera insolente pretenden que guarde sus banderas olvidan u ocultan que la seguridad social en Chile la trajo la izquierda partiendo por las autogestionadas mutuales y mancomunales. Para instalar este sistema, incluidas las AFP, fue necesario reprimir a la izquierda con las características de un genocidio.   

 

Como vamos a cambiar las leyes sin un auténtico partido de izquierda?

 

ROBERTO AVILA TOLEDO

 

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