La DC ha estado históricamente marcada por contradicciones casi absolutas.
Su fundador y líder histórico fue de crítico radical del capitalismo en los años treinta a golpista procapitalista en los setenta. Frei Montalva escribió en los inicios “El régimen del salariado y su posible abolición” (algo así como: poner fin a la empresa capitalista y buscar una comunitaria). Jackson y Boric son reformistas blandos comparados con él. En los 70 ya sabemos lo que escribió en su carta a Rumor.
En los sesenta la DC pasó a ser el partido con más votos en toda la historia de Chile. Tuvo más del 40 por ciento, cuando votaban casi todos. Esa característica única y una dirección generalmente bien preparada la marcó para siempre: esté donde esté, su obsesión es La Moneda.
Actualmente no es el 40 sino el 7 por ciento del electorado ciudadano (el 15% en una elección en que votó menos de la mitad de los chilenos) pero la obsesión es mayor.
¿Puede concretarse hoy?
La Presidenta marca el 20 por ciento. La NM menos. Dentro de ella, la DC es más o menos un tercio. En las últimas elecciones municipales, que ganó, la NM marcó el 25 del electorado ciudadano (el 49% entre los que votaron) y va para abajo. A ello se agrega que es casi imposible volver a los tiempos políticos de Aylwin y Frei Ruiz Tagle presidentes. El “peso” de la coalición está, aunque tironeado, en el PS-PPD y por tanto no habrá candidato DC a la Presidencia de la República por la NM.
¡Ah, y hay que defender a dueños de colegios y universidades (Reforma Educacional), a empresarios (Reforma Tributaria y Reforma Laboral) y a la esquiva Iglesia Católica (Proyecto de aborto)!
En ese cuadro aparecen sus destempladas críticas a su compañero de alianza, el PC de Teiller, a la NM y al gobierno: Burgos es el destapador actual; Ignacio Walker, Pérez Yoma, Mariana Aylwin y el inefable Aninat (en cuyo ministerio en el gobierno de Frei Ruiz Tagle el país creció mucho menos que hoy) están en lo mismo. Gutenberg está detrás pero más frío. ¿Saltará la liebre? ¿Se quebrarán ahora el PS y el PPD, los “socialdemócratas” medios neoliberales a los que añoran, dicen, en la DC para “encabezarlos”? ¿O, si no es así, habrá que intentar nuevamente encabezar de frentón a la derecha, como en 1964 y en la CODE de 1970?
Para esto último no habrá otro camino que levantar candidato propio a fin de año o comienzos de 2017. Los coqueteos con Lagos se esfumarán luego, a fines de octubre, si el ex Presidente acepta la candidatura propuesta por el PPD y la mayoría del PS abandona a la “muy militante” Isabel Allende.
De cumplirse el deseo de “camino propio” (Ignacio Walker y Jorge Burgos están que cortan las huinchas por sacrificarse) la DC estaría en la primera vuelta de 2017 pero no estaría en la segunda vuelta y sólo podría negociar su hipotético 7 ó 10 por ciento con el candidato de la derecha, con el de la centro-izquierda o con otro.
Puede ser un resonante tiro por la culata, y un nuevo fin, como después del golpe, a sus ambiciones que matan. La miopía suele afectar a los que ambicionan en demasía.
Despejemos finalmente tres cuestiones de fondo.
1. Una: la DC no siempre ha sido profundamente crítica del comunismo y alternativa a él. A principios de los años 40, dirigentes conservadores religiosos pidieron excomulgar a los máximos dirigentes de la Falange Nacional por sus acercamientos con la URSS (entre ellos el mismísimo Cardenal Caro).
A principios del segundo gobierno del Frente Popular (Juan Antonio Ríos) la Falange pasó a integrar gabinete siendo partidos de gobierno los radicales, socialistas y comunistas. Frei Montalva fue Ministro de Obras Públicas.
A fines de ese gobierno radical Frei renunció al Ministerio después que el gobierno radical del Vicepresidente Duhalde disparó contra la multitud en la Plaza Bulnes.
Y para todos está claro que el candidato DC a la Presidencia de la República en 1970, Radomiro Tomic, propuso “la unidad política y social del pueblo”, de la DC y las fuerzas que apoyaron la candidatura de Salvador Allende, por cierto los comunistas.
Antes, en 1948, la Falange Nacional había sido el único partido que unánimemente se opuso a la Ley Anticomunista de González Videla.
2. Dos; la DC no siempre se ha opuesto al aborto de cualquier tipo y al control de la natalidad por el Estado. Siendo gobierno con Frei Montalva llevó adelante un estricto control de la natalidad chilena y no penalizó el aborto por peligro de vida de la madre y la inviabilidad del feto. La “ética” que hoy reclama es muy distinta de la que proclamó hace 55 años.
3. Tres: está claro asimismo que sus “principios democráticos” y “políticas democráticas” se han descarrilado nacional e internacionalmente en momentos decisivos: su dirección empujó y apoyó el Golpe Cívico Militar de 1973, y en el terreno internacional apoyó el gobierno de Napoléon Duarte, que atropelló gravemente los derechos humanos en El Salvador, y nunca ha presentado crítica alguna a los EEUU, que ha aplicado “legalmente” la tortura y duras políticas racistas, hasta hoy.
Antes, en el gobierno del Presidente Frei Montalva, la autoridad estatal y gubernamental mandó matar a trabajadores en El Salvador y pobladores en Puerto Montt. Los gobiernos en que participó el PC (Pedro Aguirre Cerda, Juan Antonio Ríos, Salvador Allende) no pecaron así y el de Michelle Bachelet no ha tenido aún esa dureza “contra los derechos humanos”.