Noviembre 17, 2024

La plutocracia del duopolio y la táctica de la desinformación

El día 24 de Julio de 2016 fuimos testigos de una de las movilizaciones más grandes que se hayan realizado en los últimos años. Pero esta movilización no era parte del movimiento estudiantil, sino más bien una demanda ciudadana que afecta a la gran mayoría de los chilenos, que fue decir NO + AFP. Sin embrago, pese a la multitudinaria presencia de ciudadanos, sindicatos, federaciones estudiantiles y obreras, organizaciones sociales, culturales, partidos políticos alternativos al duopolio, etc. la prensa masiva del país, de los periódicos de circulación masiva, el día lunes 25 de julio imprime en sus portadas notas faranduleras o anecdotarios. Por su parte la televisión algo cubrió la movilización, ocultando la existencia de organizaciones sociales, sindicales, culturales y políticas que llevan años luchando contra las AFP y el tiempo dedicado fue mínimo, tal vez porque no hubo encapuchados ni desmanes que desviaran la atención de la manifestación.

 

 

Los únicos medios que cubrieron en mayor medida la manifestación fueron los que siempre toman en consideración las distintas marchas, es decir los medios alternativos de internet que se viralizan por Facebook, twitter, youtube, etc. y en alguna medida ciertas emisoras radiales.

 

            Este diagnóstico no es una casualidad. Todas las grandes imprentas y canales de televisión están en manos del gran capital relacionado y coludido con los dos grandes bloques políticos que gobiernan el país y que cada vez representan a  la minoría y no a las mayorías de Chile. Esto demuestra que bajo la cáscara de la democracia, lo que realmente existe en Chile es otro tipo de gobierno, una autentica plutocracia, que aún no hemos sido capaces de caracterizar, pero que ya es tiempo de dejarla en evidencia.

 

            Por definición la democracia significa el gobierno de los pueblos, ya que en la antigua Grecia la palabra demos era un concepto que representaba a una unidad territorial dentro de la antigua polis (Ciudad-Estado) de Atenas, donde cada una de ellas tenía sus representantes. Si bien la democracia ateniense era muy diferente a nuestra idealizada democracia moderna, ya que era esclavista, el concepto recalca que la soberanía del poder estaba en manos de los pueblos, es decir los ciudadanos atenienses (dejaba afuera a los metecos, mujeres, niños, esclavos). Esa forma de gobierno, que según Aristóteles era la mejor porque evitaba el surgimiento de tiranías, también fue la respuesta ateniense contra la monarquía, oligarquía y plutocracia.

 

Si bien hoy la democracia moderna apunta hacia la mayor participación de la sociedad en la toma de decisiones hay un elemento que en Chile busca el desarrollo de una plutocracia más que de la democracia, que es la concentración del poder político manejado por los dueños del capital. De hecho la plutocracia, en una definición muy somera, pero efectiva, se puede resumir en “una forma de oligarquía en la que una sociedad está gobernada o controlada por la minoría formada por los miembros más ricos de la misma” (Wikipedia).

 

Hoy en Chile los principales partidos políticos gobernantes y algunos satélites de ellos están absolutamente controlados por el gran capital, tanto nacional como extranjero, prueba de ello han sido los escandalosos casos de corrupción que han afectado a los partidos políticos de la Nueva Mayoría y Chile Vamos, como también a personeros de partidos aparentemente díscolos como el Partido Progresista y personajes ligados al pacto Alternativa Democrática.

 

Los casos PENTA, SQM, CORPESCA, Aguas Andinas, el avión de MEO, etc., y quizás cuantos más aún no se descubren, nos dan cuenta de un financiamiento ilegal a las campañas y partidos políticos que demuestran el grado de colusión y a quienes sirven estos personajes. Claramente no gobiernan para quienes los eligieron, sino para quienes los financian. Eso es propio de la plutocracia.

 

Pero hay otro elemento de la plutocracia que es esencial para que funcione y es hacer creer a la población que vive en un sistema igualitario o lo que es peor, generar un discurso muy nefasto para la democracia y que lo expreso el diputado Iván Fuentes al descubrirse el financiamiento de pesqueras a su campaña a diputado, al decir que “las campañas las financian los ricos” y que de “alguna forma había que llegar al parlamento”. El punto es, ¿Si estamos en democracia, no sería una condición primaria tener igualdad de condiciones a la hora de competir? ¿Por qué es el dinero el que lleva a alguien a ganar las elecciones?

 

Aquí es donde vuelve a aparecer la prensa en este asunto. Los medios de comunicación masivos no informan todo lo que deben informar, trasformando parte de su trabajo en desinformación política y ciudadana, el objetivo de esta táctica es mantener a la población sin una alternativa real de transformación de la sociedad o que simplemente personas honestas y libres de todos tipo de extorción política, producto de dinero, lleguen a algún puesto de poder. Por eso en Chile hay plutocracia, porque los dueños de los medios son los dueños del capital y ellos son los que financian a los partidos políticos de los principales bloques gobernantes, que por supuesto no tienen respaldo ciudadano. Esto es algo que se repite constantemente y lo vamos a ejemplificar con la inscripción de candidaturas el lunes 25 de julio.

 

Si bien es cierto que los medios de comunicación estuvieron todo el día afuera del Servicio Electoral SERVEL, para cubrir la inscripción de los partidos políticos, toda la atención se la llevó Joaquín Lavín, el pacto Chile Vamos y la Nueva Mayoría. Cuando el pacto Justicia y Transparencia llego al SERVEL no se encontraban todos los medios de comunicación, solo algunos periodistas (buenos profesionales de 3 o 4 medios). Estamos seguros que ocurrió lo mismo con los otros pactos alternativos. En los noticiarios no salió nada, apenas un nombramiento y un imagen escuálida en un canal de televisión, prácticamente nada de lo que realmente había ocurrido.

 

La prensa masiva ha ocultado sistemáticamente lo que Unión Patriótica UPA ha logrado al legalizarse con más de 10.000 firmas en las regiones de Valparaíso y Metropolitana llevando 103 candidatos a las próximas elecciones municipales, de los cuales 13 son candidatos a Alcalde entre los que se encuentra quien escribe esta nota.

 

¿Por qué no aparece UPA y los nuevos partidos políticos en la prensa? La respuesta es muy simple nuestro discurso, del pacto Justicia y Transparencia, es demasiado peligroso para los dueños del capital monopólico nacional e internacional, y no porque nos creamos dueños de la verdad o cosa por el estilo, simplemente porque tanto UPA como las nuevas organizaciones podemos representar a la ciudadanía descontenta y agrupar el voto de castigo.

 

Veámoslo así, si la ciudadanía en Santiago no conoce las alternativas al duopolio la votación será muy baja y mayormente votarán los militantes de la UDI, RN, EVOPOLI, AMPLITUD, PPD, DC, PC, PS, IC, es decir los militantes del duopolio, y será reelegida la actual alcaldesa. A ellos no les importa que la gente no vote, total el sistema se valida así mismo igual, solo por darles un ejemplo, en las elecciones municipales del 2012, Carolina Tohá obtuvo 40.950 votos (wikipedia), pero el universo electoral, de ciudadanos que debían votar, según el padrón inscrito y publicado en la página del Servicio electoral y que corresponde al año 2012, era cercano a los 266.000 ciudadanos (SERVEL), o sea que la actual alcaldesa representa en estricto rigor solo al 15,% del electorado de Santiago, muy cercano a la aprobación del gobierno y la nueva mayoría. Si hacemos el mismo ejercicio con Pablo Zalaquet, ex candidato de la vieja derecha, obtendremos cifras similares a la aprobación ciudadana de su pacto en Santiago y que son aún menores a las de Tohá. Sin embargo quien va hoy por el pacto Chile Vamos en Santiago se lleva la atención de los medios y ni una mención a los otros candidatos a alcalde.

 

Con esto no queremos decir que mi candidatura u otras candidaturas alternativas al duopolio vayan a capturar o tengan asegurado los votos de los más de 150.000 ciudadanos que no votaron aquella vez en Santiago, pero sí que sería lo ideal. Entre las personas que no votaron, muchos estaban descontentos con el duopolio y no veían una alternativa atractiva al sistema, pero la prensa hizo creer que Tohá tenía el apoyo de más del 50% de la ciudadanía de Santiago, y en realidad solo obtuvo un poco más de la mitad de los que votaron (un total aproximado de 80.000 personas). Aquí es donde aparece la desinformación con el objetivo de blindar a la plutocracia.

 

En un auténtico sistema democrático la personas deben tener el acceso democrático a la información de quienes serán candidatos a las distintas elecciones, ya es difícil competir contra personas que son financiadas por una maquinaria propagandística impresionante, pero muchas más piedras se ponen en el camino cuando la prensa masiva oculta la existencia de estos partidos y pactos electorales alternativos.

 

¿Qué objetivo hay detrás de todo esto? La respuesta es simple, evitar perder el poder.

 

La abstención, voto nulo o blanco no tiene impacto real en la política chilena, no produce cambios, a lo sumo demuestra el desprecio de la gente con el duopolio, pero no logra más que eso, el desprecio. Lo que necesitamos es quitarles el poder, y en ese sentido la desinformación de los grandes medios de comunicación apunta a que se produzca lo mismo que ocurrió en la elección pasada, o sea que nuevamente haya alcaldes y alcaldesas validadas por una cascara democrática pero que no representan a las mayorías reales de la población.

 

Pero también la ciudadanía tiene una cuota de responsabilidad en esto, y es hora de cambiar las cosas, como muchos he participado en marchas, fui dirigente sindical y además soy parte de los movimientos sociales, pero eso no es suficiente, considero que es un error mantener al movimiento social separado de lo político, pues eso le sirve al duopolio, porque nos aísla del poder.

 

Los movimientos sociales y ciudadanos deben empoderarse no solo en las calles sino que también en el ejercicio del poder político para sacar a los coludidos de él. Pueden existir diversas formas, pero cada una de ellas dependerá del momento histórico que se vive, y en estas elecciones municipales podemos dar el primer gran salto, el gran batatazo, pues ahora si hay alternativas al duopolio, y en el caso nuestro, en el caso del pacto Justicia y Transparencia confluyen movimientos sociales, políticos y ciudadanos sin distinción ideológica, raza ni religión que hemos comprendido que es necesario unir la lucha social y reivindicativa con la política para convertirnos no solo en una alternativa al poder, sino para quitarle el poder a la plutocracia que gobierna con cáscara de democracia.

 

Por eso hay que romper el cerco mediático de los grandes medios de comunicación y por sobre todas las cosas encantar al pueblo que no voto en la últimas elecciones, porque ahora si hay alternativa, opción y por sobre todas las cosas, desde nuestra parte ganas de refundar Chile con Justicia y Transparencia.

 

 

 

Fabián Vásquez Silva, candidato a Alcalde por Santiago.

Pacto Justicia y Transparencia, Unión Patriótica e Independientes.

(Profesor de Historia y Geografía. Magíster en Historia)

 

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