Michael Moore, hombre lúcido que por fortuna a veces se equivoca, ha explicado cinco razones por las que ganará Donald Trump el 8 de noviembre en Estados Unidos. La primera razón es que Hillary Clinton no podrá evitar la percepción de que los tratados comerciales con los países de América del norte y con los de la cuenca del Pacífico, apoyados por ella, han perjudicado a la población blanca de Michigan, Ohio, Pensilvania y Wisconsin, además de los otros estados que tradicionalmente han votado por los republicanos. La segunda explicación tiene que ver con el machismo resentido de una gran cantidad de blancos semi analfabetos que aceptaron de mal modo ser gobernados por un negro.
En su lógica si luego gobierna una mujer no podrá evitarse que ésta sea sucedida por un gay, y no lo aceptarán. La tercera tiene que ver con el hecho de que la señora Clinton está asociada con la vieja política que, para el mismo Moore, está a la derecha de Obama. La cuarta es porque si bien los votantes de Bernie Sanders votarán por Hillary no lo harán con pasión ni llevarán a sus amigos a votar (voto deprimido
le llamó), por lo que muchos no acudirán a las urnas. Y la quinta razón está en torno a los que Moore llama anarquistas de closet
, es decir aquellos que con tal de votar contra el sistema lo harán por Trump aunque no estén de acuerdo con él.
Cuando Moore escribió sus razones
todavía no aparecía Tim Kaine como el compañero de fórmula de Clinton, para la vicepresidencia. Kaine es católico, habla español y está en contra del aborto (es miembro de la organización provida Democrats For Life of America), lo cual lo ubicaría, bajo la óptica de la gente progresista, como un hombre muy conservador. Sin embargo, es bien visto por millones de latinos en Estados Unidos (muchos de ellos también católicos) que han sido atacados frontalmente por Trump. El voto de los llamados latinos o hispanos en ese país no es despreciable para ningún candidato. Más todavía, en la Convención Demócrata, que inició en Filadelfia el lunes pasado y termina hoy 28 de julio, se dispusieron micrófonos y mesas de trabajo para hispanos, negros, madres solteras, personas con capacidades diferentes, jubilados y veteranos de guerra, gays y sobrevivientes de tiroteos recientes que han enlutado a ese país y que apoyarían leyes que favorecieran un cierto control de armas. Kaine, conviene recordarlo, ya tuvo la experiencia de contar con la poderosa Asociación Nacional del Rifle para reducir la violencia en la capital de Virginia de la que fue alcalde para después ser gobernador del estado.
La propuesta de Trump contra los migrantes, no sólo latinos o hispanos, se ha visto confrontada en la Convención Demócrata por los apoyos ofrecidos a los denominados dreamers, es decir a los que llegaron a Estados Unidos siendo niños y que han logrado un cierto nivel educativo a pesar de las circunstancias adversas que los han rodeado. Clinton-Kaine, hasta donde se sabe, serían partidarios de mantener y ampliar los programas para que dichos dreamers puedan hacer realidad sus sueños de ser estadunidenses con iguales derechos que los blancos anglosajones y cristianos.
Moore escribió en su blog lo siguiente, en referencia a Trump: Este miserable, ignorante, payaso a tiempo parcial y sociópata a tiempo completo será nuestro próximo presidente
. No tengo forma de rebatir su conclusión, que no sea con mis más sinceros deseos en contra, pero sí de agregar que la ola de ultraderecha xenófoba que ha crecido en Europa se extendería a Estados Unidos con el candidato republicano, de triunfar. Una cosa es que millones de estadunidenses sean racistas e intolerantes con religiones distintas al cristianismo y otra que estén representados, en un país presidencialista, en Washington. Es de temerse y más cuando hasta los Bush han negado su apoyo público al candidato de su mismo partido. Estremece la idea de que alguien más a la derecha que los Bush gobierne el poderoso país del norte. Espero que Moore esté equivocado.
Aclaro que no pienso que los demócratas gringos sean sustancialmente mejores que los republicanos. Las diferencias entre ambos partidos son mínimas por lo que se refiere al respeto a la soberanía de otros países. Pero, como en todo, hay tonos de grises que hacen la diferencia y es claro para todo mundo que Trump, incluso para convencer en su controvertida precampaña, ya declaró la guerra de ofensas a los latinos o hispanos que viven en su país y al sur del río Bravo así como a los musulmanes por el solo hecho de profesar la religión de Mahoma. Nada bueno cabe esperar de él, ni siquiera por omisión. Ojalá los seguidores de Sanders y los anarquistas de closet
lo entiendan.