Ningún opinólogo del dispositivo mediático vio venir las multitudinarias manifestaciones que remecieron la jaula de acero neoliberal. Era cosa de leer la prensa del duopolio el sábado 23 de julio. La ceguera de la casta neoliberal es completa con respecto a los intereses del pueblo y a sus demandas insatisfechas.
Los medios conservadores tampoco informaron acerca de la marcha programada para el 24 de julio que quedará en la historia de la iniciativa popular que retoma el hilo de las grandes manifestaciones del 2011 y que abre nuevas perspectivas en la actividad social. El poder de informar les da el enorme poder de discriminar lo que es información.
Y sin embargo …
La coordinadora sindical de trabajadores No+AFP, organizaciones estudiantiles y de pobladores con el concurso de las redes sociales convocaron las manifestaciones por fuera del sistema de información oficial influenciado por el grupo dominante que controla las AFP y de la tecnocracia de Estado que las ampara. Una clara demostración de unidad en la acción para desarrollar movilizaciones dio sus frutos y creó un hecho político-social imposible de ignorar. Políticos parlamentarios de profesión abstenerse de participar fue también el mensaje.
El domingo 24 hubo un punto de inflexión y el camino escogido, el de la movilización, exitoso para lograr un sistema de reparto solidario y contra la captura del salario de los trabajadores (la capitalización individual es eso; es trabajo apropiado por los poderosos bajo la forma capital-dinero) por las empresas AFP creadas por el economista neoliberal José Piñera para actuar como extractor de dinero fruto del trabajo con el fin de poder financiar y suministrar dinero fresco a los otros sectores económicos vía sistema bancario que con intereses usureros se lo prestará al consumidor. Un pilar clave, junto con las leyes laborales impuestas por este mismo tecnócrata hermano de Sebastián Piñera. Situación que ha sido mantenida durante toda la época postdictdura y que se sigue manteniendo con una ley laboral que es incluso un retroceso con respecto a derechos y demandas.
En la práctica los trabajadores han identificado y atacado el centro neurálgico del poder neoliberal de la sociedad chilena ante el inmovilismo de los partidos del sistema representativo que se revela inoperante para cambiar estas realidades en pos de dignificar la vida de los trabajadores.
Este es sólo el comienzo de un gran movimiento nacional afirmaban dirigentes de los trabajadores bancarios como Luis Messina y de CONFUSAM (Confederación de funcionarios de salud municipal). Otras movilizaciones y paros vendrán para cambiar una situación aberrante que enriquece a una minoría social explotadora.
Los nombres de la casta se repiten en la empresa privada, AFP y en el Estado
Así es, los mismos nombres de la poderosa casta neoliberal que gobierna Chile se repiten en las poderes del Estado, los directorios de los bancos, las AFP, de las empresas pesqueras, las bancarias, del retail, las farmacias y los grandes medios impresos y audiovisuales. En efecto, son más una casta, por el carácter indiferenciado y endógeno (que se reproduce ella misma y vive separada de la sociedad), que una elite.
Hagamos un gran paréntesis y demos ejemplos para ilustrar lo anterior: Nicolás Eyzaguirre PPD fue funcionario del FMI, administrador de Luksic propietario del canal 13, ministro de Educación conservador de Bachelet y ahora operador gubernamental. Otro: Ciper explicaba que Felipe Sandoval (DC) Presidente de Salmón Chile, fue subsecretario de Pesca del Gobierno de Ricardo Lagos que benefició a Aysén Consultores (Aycón) de un tal Azócar que fue uno de los financistas de Iván Fuentes, el diputado DC que siendo dirigente sindical de los pescadores artesanales obtuvo una cláusula en la Ley de Pesca de tipo neoliberal al permitir que los pescadores artesanales vendieran —individualmente, “libres” y calculando su “interés propio”, reza la ideología del neoliberalismo— sus cuotas a las grandes pesqueras vinculadas a la DC, los Zaldívar y Walker.
Como bien sabemos, el capitalismo es desposesión de medios de subsistencia del trabajador hasta dejar solo la “libertad” de “vender su fuerza de trabajo o morirse de hambre” decía Marx. La misma lógica se aplica a las AFP cuyo mensaje reza: o Ud. capitaliza individualmente o se muere de hambre. Ahora ha quedado claro que de todas maneras las pensiones que dan las AFP son de hambre. Y para terminar, el caso de Rodrigo Pérez Mackenna (UDI), actual presidente de la Asociación de AFP (AAFP) y ex ministro de Vivienda de Sebastián Piñera quien expresó: “La jubilación de las mujeres a los 60 años es un acto de galantería que nos está costando caro” en una entrevista a La Tercera en la primera semana de junio pasado.
Y ante el silencio del dispositivo mediático, las redes sociales frenéticas hablaron del “despertar del pueblo y de “golpe a los saquedores”.
Cabe resaltar que en su columna sabatina en El Mercurio, “Cándido” Vidal (Francisco de nombre de pila y político-propagandista clave en la Concertación+PC), Director de Banco Estado, ignoraba el descontento e ira que se aloja en los corazones de millones de chilenos y se esmeraba por dibujar un escenario eleccionario feliz para Chile en los próximos meses. Todo sucedía en “el mejor de los mundos posibles”. Por cierto, no era el Chile de los escándalos que protagoniza la casta como los “jubilazos” de la esposa del diputado socialista Osvaldo Andrade. En La Tercera del sábado 23/07, Sebastián Edwards seguía dando consejos de gradualismo conservador a la tecnocracia concertacionista, los mismos que repetía el ultraliberal Héctor Soto: mejor no cambiar nada porque nada resulta. Conservarlo todo como está. Es el pensamiento de una casta que se opone a todo cambio institucional serio. Cambios que sólo vendrán del empuje de la multitud popular que se mueve por afectos comunes de solidaridad y de ira e indignación contra los poderosos que les arrebatan el futuro.
El pueblo movilizado habló claro y fuerte
Ante tanta aberración, el pueblo prefirió salir a marchar a las calles de cuarenta ciudades contra los abusos de las AFP y por pensiones dignas en lugar de asistir a los cabildos programados por el gobierno y pese a la implicación de la misma Presidenta en ellos. Fueron 750.000 ciudadanos, pensionados y trabajadores que marcharon en las calles de Chile para exigir un sistema de pensiones justo y digno y el rechazo a la política neoliberal y a las consecuencias para los chilenos que se empobrecen mientras la casta se enriquece.
De lo que se desprende que el pueblo habló claro y fuerte: que en la Nueva Constitución debe garantizarse el derecho a pensiones dignas para cada connacional y quedar claramente explicitado la manera de ejercer realmente este derecho para que no sea letra muerta.