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La policía de Múnich confirmó este viernes que nueve personas murieron y 21 quedaron gravemente heridas durante un tiroteo ocurrido por la tarde en el centro comercial Olympia de la capital bávara. Al cierre de esta edición, el comandante policial de Múnich, Hubertus Andrae, dijo en conferencia de prensa que el atacante, un joven alemán-iraní de 18 años, actuó solo y se suicidó a una cuadra del lugar. Agregó que los motivos se desconocen por completo y sería prematuro especular.
Andrae agregó que el individuo no era conocido por la policía y que el cadáver fue encontrado a una cuadra del centro comercial donde ocurrieron los hechos. No se encontraron explosivos en la mochila del hombre.
El jefe policial aclaró que el atacante utilizó una pistola y no un fusil como se había dicho anteriormente, y comentó que entre los fallecidos y heridos hay adolescentes.
A las 17:52 hora local el individuo abrió fuego en la entrada de un restaurante de comida rápida, en el centro comercial Olympia, uno de los más grandes de la ciudad.
Inicialmente las autoridades hablaron de hasta tres tiradores que se dieron a la fuga, lo que provocó una intensa búsqueda en todo Múnich.
En un primer momento la policía de la capital bávara explicó a la agencia Afp que podría tratarse de un posible acto de terrorismo, mientras las autoridades locales, citadas por la agencia Dpa, advirtieron de una situación terrorista en curso.
Según informaciones recabadas por la Afp, varios testigos señalaron a un hombre con rasgos árabes. El portavoz de la policía no confirmó esa versión e indicó que no disponía de ningún indicio que vinculara el tiroteo con un atentado islamita.
Las autoridades declararon que Múnich se encontraba en estado agudo de terror. La policía comenzó la búsqueda por toda la ciudad con apoyo de fuerzas de elite llegadas de otros puntos del país.
La población fue llamada a permanecer en sus casas y a mantenerse informada mediante la radio y la televisión, a través de un sistema de alerta ciudadana conectado a los teléfonos celulares.
El transporte urbano fue suspendido, al igual que el servicio ferroviario.
Médicos y enfermeras fueron llamados a asumir turnos adicionales en los hospitales de la ciudad.
Varios hoteles se ofrecieron a albergar gratuitamente a gente que quedó varada en esta localidad, mientras los ferrocarriles pusieron trenes a disposición para pasar la noche. También se creó un hasthag en Twitter para ofrecer o buscar refugio en casas particulares.
A una cuadra del tiroteo se encontró el cadáver de un hombre vestido de negro que la policía confirmó más tarde que era el agresor.
El gobierno regional de Baviera creó un gabinete de crisis y este sábado se reunirá en Berlín el federal de seguridad, al que pertenecen los titulares de los principales ministerios alemanes, bajo la presidencia de la canciller federal alemana, Angela Merkel, ya que este es el segundo ataque en el país esta semana.
El lunes anterior un afgano de 17 años, quien entró a Alemania como refugiado, atacó a pasajeros en un tren en el sur del país e hirió a cuatro de gravedad. El joven fue ultimado a tiros por los guardias de una estación.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expresó su apoyo a Alemania y se comprometió a ofrecer toda la ayuda que se necesite en estas circunstancias.