Hay que poner ojo alerta a lo que el sector pro empresarial predador está alentando y proponiendo en estos momentos a través de su mejor representante en la Nueva Mayoría, el señor Lagos Escobar
No se requiere ser ingeniero ni arquitecto para entender que resulta altamente riesgoso edificar una casa sobre el lodazal de un terreno blando. Lamentablemente, esa lógica reflexión parece no ser aplicable en materia política, pues así lo señalan los hechos concretos.
No es broma ni tiene graciosidad observar que el mentado “milagro chileno” camina con una cuelga importante de hilachas, cuál de ellas más grande y grosera. “A patá pelá y con leva”, decía mi abuela. Si no conoce ese antiguo dicho criollo, se lo traduzco: “a pie descalzo y con esmoquin”. Así camina Chile hoy día… y dizque al desarrollo. ¿Será posible?
Ricardo Lagos, el ex presidente (no el barboncito senador), ha vuelto al redil de la riña electoral, aunque lo niegue en público, pero lo afirma en cada uno de sus actos y declaraciones. Cree ser estadista el hombre. No por nada es socio de andanzas en charlas internacionales de ese grupito de alta peligrosidad conformado por el inefable español Felipe González y el errático brasileño Fernando Henrique Cardoso. Los tres son verdaderos “cantamañanas” (como llaman en España a los chamullentos) que declaman loas al sistema neoliberal salvaje que el FMI aplica en Chile, en calidad de experimento piloto desde el año 1978 aproximadamente.
En estos últimos días, Lagos Escobar ha vuelto a la arena de las discusiones y proposiciones políticas con algunos temas que él, pomposamente, llama “de futuro”, dejando en claro que los problemas actuales, esos que asfixian a millones de chilenos, son “asunto menor”. Arremete con fuerza nuestro “mejor presidente de Chile de los últimos 100 años”, como lo calificara aquel engendro bolichero-político que se reúne en Casa Piedra fingiendo ser empresarios más que empreSAURIOS. Y tal arremetida la realiza aprovechando la inexistencia de candidatos con programas atendibles, creativos, con capacidad de solucionar problemas contingentes.
Impulsados por el “mejor presidente de los últimas décadas”, el empresariado apuesta a la continuidad de un programa que se viene arrastrando desde 1990, y que se esfuerza en mantener una brecha económica vergonzosa, aunque para los dueños del poder significa lisa y llanamente algo así como un daño colateral que debe pagarse para sostener el crecimiento macroeconómico… el único que interesa al gran capital a fin de cuentas. Y a ello acuden Lagos Escobar, el PPD, la DC y toda la derecha, con bombos, quenas y zampoñas, dispuestos a seguir bailando este carnavalito del clasismo y la desigualdad.
Para esos actores del acontecer nacional, seguir avanzando hacia el futuro es lo que interesa e importa. Quieren que todos olvidemos el presente… que ninguno de nosotros –los de a pie- muestre interés ni preocupación por los avatares de la actualidad. “El futuro es mañana, no es el hoy”, parecen decir esos caballeretes. ¿Por qué dedicar tiempo y esfuerzos a luchar por un sistema previsional solidario? ¿Para qué desgastar piel, sangre y aliento defendiendo recursos naturales, medioambiente y bordemar que, a la postre, nunca les pertenecerá como pueblo? En esas ideas colocan sus fichas los poderosos de las élites, y esas mismas ideas son las que los dueños del poder exigen sean representadas en el Legislativo por sus sirvientes y cipayos parlamentarios del duopolio.
Reconozcámosle al señor Lagos Escobar al menos una cualidad. Él entendió perfectamente lo que deseaban sus patrones, y ha actuado a las mil maravillas en consecuencia. ¿O don Ricardo va a discutir este punto, argumentando que no es sirviente de ningún poderoso capitalista? Si se esmera en hacerlo, en discutirlo, ¿habrá que recordarle el antiguo artículo del suscrito (nunca desmentido ni negado por don Richy Lake), publicado por varios medios de prensa electrónica el año 2014, entre ellos el prestigioso diario “Clarín”, de Chile.
Hoy, la derecha económica-empresarial (con Lagos Escobar en la avanzada política concertacionista), hace ingentes esfuerzos comunicacionales a través de los “mass-media” que posee y controla, para encaminar a la opinión pública hacia tareas de futuro que, en buen castellano, tienen como objetivo inmediato mantener el statu-quo tejiendo un manto de olvido respecto de los verdaderos problemas que ahogan a la sociedad chilena, como es el caso de la previsión, la brecha económica, el deterioro ambiental, la entrega casi gratuita de nuestros recursos naturales y otras yerbas tanto o más delicadas que las ya descritas.
Hay que poner ojo alerta a lo que el sector pro empresarial predador -que forma parte de la Nueva Mayoría- está alentando y proponiendo en estos momentos. Vea usted. El columnista del diario La Tercera –Eugenio Rivera- lo describió perfectamente al explicitar que don Ricardo muestra especial preocupación no por los problemas que asfixian a los chilenos hoy día, sino por “la relevancia que adquiere la distribución del ingreso una vez que se superan los 20 mil dólares per cápita y la importancia de la producción limpia del cobre. Destaca la importancia de las nuevas tecnologías de información en salud y en educación. Propone (Lagos, obvio) reponer el voto obligatorio y llama a superar el debate político como una discusión de eslóganes”.
¿Qué tal? Producción limpia de cobre…pero cero palabras respecto de la propiedad estatal-nacional de ese metal y de todos los minerales existentes en nuestros suelos. De ello, ni una sola mención. Tampoco entrega el “líder” de la Nueva Mayoría comentario alguno respecto a los problemas en educación, en medio ambiente, sindicalización, negociación colectiva, previsión social… ¿para qué? Eso es el presente y hay que olvidarlo, sólo resulta imprescindible ocuparse del futuro. Se debe vestir de esmoquin, aunque se esté “ a pata pelá”.
Es el nuevo programa de la desgastada coalición oficialista que cohabita en el gobierno, desde 1990, con la derecha dura y la empresarial. ¿Usted le entregaría su sufragio nuevamente?