La presidenta suspendida de Brasil, Dilma Rousseff, anunció que de no proceder el juicio político en su contra convocará a un referendo para adelantar las elecciones y sean los ciudadanos quienes decidan si su gobierno debe continuar o no.
En una entrevista para la televisión brasileña transmitida el jueves por la noche, la mandataria argumentó que el país no puede salir de la crisis con un gobierno provisional.
Si vuelvo, el pacto que se firmó en la Constitución de 1988 no será rehecho por el gabinete, sino por el pueblo
, expresó en una entrevista divulgada el jueves por la televisión brasileña.
Un plebiscito es el camino
, aseveró la presidenta, apartada del poder por un máximo de 180 días desde la apertura del juicio político, el pasado 12 de mayo.
Rousseff sostuvo que la población no tiene confianza en el mandatario interino, Michel Temer, debido a que no pasó por la aprobación de las urnas.
¿Cómo cree que alguien vaya a confiar en que se mantengan los contratos si el mayor contrato del país, que son las elecciones, se rompió?
, cuestionó la mandataria.
No creo posible ningún pacto mientras esté en ejercicio el gobierno de Temer
, concluyó.
Rousseff parecía haber quedado apartada del poder definitivamente con la apertura del juicio político hace apenas un mes, pero ahora algunos senadores que votaron en favor de abrir el impeachment indicaron que podrían rechazar su destitución definitiva.
La apertura del proceso del juicio político recibió en mayo pasado 55 sufragios en favor y 22 en contra, apenas uno más de los 54 necesarios para que Rousseff sea apartada definitivamente del poder, en un juicio actualmente en marcha y que deberá terminar antes de septiembre.
Si dos o más senadores cambian de opinión y rechazan en la votación definitiva la deposición de Rousseff, la mandataria volvería a la presidencia de Brasil a finales de 2018, pero los analistas indican que sería prácticamente imposible que pudiera recibir el apoyo del legislativo para aprobar leyes.
Rousseff asegura que su suspensión del cargo se debe a un golpe
urdido por la oposición brasileña y comandado por su vicepresidente y Temer, actual gobernante interino, así como por el presidente de la cámara baja, Eduardo Cunha, retirado del cargo por corrupción.
En tanto, protestas en todos los estados brasileños y el Distrito Federal fueron convocadas este viernes por centrales sindicales y movimientos sociales en el Día Nacional de Movilización contra el gobierno interino de Temer y en defensa de los puestos de trabajo y los derechos amenazados.
En la jornada participaron las centrales Única de Trabajadores (CUT), de Trabajadores Brasileños y la Intersindical, así como los movimientos de los Trabajadores Rurales sin Tierra y de Trabajadores sin Techo. De igual forma, agrupaciones de mujeres, jóvenes y personas con descendencia africana.
El presidente nacional de la CUT, Vagner Freitas, llamó a los trabajadores a participar en la manifestaciones, al tiempo que para el acto central en Sao Paulo llegó el ex presidente brasileño Luiz Inacio Lula da Silva, quien señaló: Dieron un golpe a Dilma. Quien tiene derecho a sacarla es quien votó por ella
.
Las medidas anunciadas por el equipo de Temer muestran que quieren tomar derechos sociales y laborales, como la Consolidación de Leyes del Trabajo, la contratación formal, vacaciones y aguinaldos
, dijo Freitas.
Los principales sindicatos de petroleros realizaron una huelga por 24 horas, dentro de una serie de protestas contra el gobierno interino de Temer, por desacuerdo con sus políticas para la industria y como presión para que Rousseff vuelva al poder.