¿Estados Unidos está por elegir presidente a un fascista? Las encuestas nacionales más recientes registran un virtual empate entre los presuntos candidatos presidenciales Hillary Clinton y Donald Trump, lo que alarma aún más a los que se negaban a imaginar siquiera en el último año que el multimillonario republicano podría llegar a la Casa Blanca.
El promedio de las principales encuestas nacionales registran por primera vez que Trump ha logrado empatar, y el algunas de las individuales, incluso superar a Clinton en las preferencias del electorado a nivel nacional, según cálculos de RealClearPolitics, que borra el margen de ventaja que mantenía la demócrata durante los últimas meses.
Eso detona cada vez más preocupación no sólo entre demócratas y liberales e incluso algunos republicanos tradicionales, sino entre observadores que ven algo muy ominoso.
“La república americana está amenazada por el primer líder de uno de los grandes partidos abiertamente antidemocrático en su historia moderna”, advierte el comentarista Adam Gopnick, de The New Yorker. Agrega que “hay una fórmula simple para las descripciones de Donald Trump: un calificativo, un guión y la palabra ‘fascista’”.
Sigue creciendo el coro diverso de figuras reconocidas que afirman que Trump es nada menos que una amenaza fascista
para Estados Unidos, entre ellos el ex secretario del Trabajo Robert Reich, el legendario periodista Bill Moyers, el intelectual Noam Chomsky, el analista liberal Robert Kagan, de la Institución Brookings, e incluso algunos conservadores.
Entre mal y peor
A la vez, Trump y Clinton son vistos negativamente por la mayoría del electorado, y las encuestas más recientes marcan un nivel de repudio tal vez inédito. En la encuesta del Washington Post-ABC News de este fin de semana, Clinton era vista de manera favorable sólo por 41 por ciento de los empadronados, mientras 57 por ciento la percibían de manera desfavorable. En el caso de Trump, 40 por ciento lo ven de manera favorable, pero un mismo 57 por ciento lo ven de manera negativa.
Ambos son percibidos como no sinceros y no confiables por casi dos tercios de los votantes, según una encuesta del New York Times/CBS News.
Por ahora, la competencia electoral es un concurso para ver quién es el menos peor.
Para los que ven con ansiedad el avance de Trump, las encuestas ofrecen un poco de alivio, ya que importantes sectores del electorado siguen férreamente opuestos a él: en la encuesta más reciente de CBS News, sólo 21 por ciento de mujeres lo ven de manera favorable, y 14 por ciento de los jóvenes también, pero 65 por ciento de ellos lo ven negativamente, y sólo 12 por ciento de los votantes no blancos lo ven de manera positiva.
El problema para los demócratas es que Clinton no puede gozar de esta oposición porque enfrenta sectores, incluidos los votantes blancos y los hombres, que la repudian.
Mientras tanto, como ha sido el caso durante varias semanas y otra vez confirmado por las encuestas más recientes, el socialista democrático Bernie Sanders goza de ser el único visto más positiva que negativamente por los ciudadanos. En la encuesta del Post, 49 por ciento lo ven favorablemente, contra 41 por ciento que no, y eso va mejorando al avanzar esta pugna.
Más aún, mientras Clinton derrotaría a Trump sólo por dos puntos si la elección fuera hoy, Sanders le ganaría a Trump por 10 puntos, según los promedios calculados por HuffPost Politics, algo que por supuesto es resaltado por la campaña del senador por Vermont.
Mientras tanto, aunque ha concluido la contienda primaria de los republicanos con Trump como virtual candidato, la batalla continúa entre los demócratas.
Clinton y la cúpula demócrata insisten en que que ella tiene una ventaja inalcanzable de delegados, y ha capturado 3 millones más votos que él. Sanders rehúsa ceder, y deplora lo que llamó la designación de Clinton como la candidata. Ha intensificado sus críticas contra su contrincante y el liderazgo del partido, sobre todo la presidenta del Comité Nacional Demócrata, a quien acusa de favorecer a Clinton, y ha reiterado que se mantendrá en la batalla hasta la convención en julio.
Sanders es el candidato progresista más exitoso de la era moderna, quien ha logrado obtener hasta la fecha aproximadamente 45 por ciento de los delegados en las elecciones primarias, y la ola de apoyo que ha desatado no muestra interés en que esta campaña insurgente concluya.
Voluntad popular y elecciones
Frente a las encuestas que registran las tendencias entre el electorado nacional, vale recordar que estos medidores no necesariamente son guías confiables de lo que ocurrirá en la elección. Por un lado, el voto para presidente no es directo en este país ni la elección es un proceso federal. En los hechos, la elección presidencial consta de 50 elecciones estatales simultáneas, cada una con sus propias reglas y autoridades, donde los ciudadanos eligen delegados fieles a cada candidato que conformarán el colegio electoral donde se determina el ganador.
Por lo tanto, la elección depende más de cuántos delegados gana cada quien y mucho de eso depende de la composición de los estados que se ganen. Vale recordar casos donde un candidato ha ganado la mayoría del voto popular sólo para perder la elección en el colegio electoral (el caso más reciente fue el de Al Gore contra George W. Bush, en 2000).