A partir de 2014, México es considerado a nivel internacional, como el país más peligroso para ejercer el periodismo, y Veracruz es el estado donde ha ocurrido el mayor número de desapariciones y asesinatos de periodistas.
En el libro Ejecuciones de Periodistas: Los expedientes, de Ricardo Ravelo, se hace un estudio minucioso en la investigación de nueve casos de periodistas desaparecidos o asesinados, y estudiando los expedientes se han descubierto ineficacias, sesgos y contradicciones en las investigaciones, así como evidencias de complicidad entre el crimen organizado y el poder político, con nueve casos que aún permanecen en la impunidad.
La impunidad es la característica principal de los crímenes contra periodistas y ante lo cual existe la necesidad de despertar la conciencia social.
En México es constante la violencia para apagar la voz de los periodistas, además de la impunidad que envuelve estos actos que cada día se convierten en cifras y que nos recuerda que la impunidad mata.
El ejercicio de la prensa se encuentra entre la violencia y la impunidad; en permanente atentado contra la libertad de expresión y el libre ejercicio del periodismo, las agresiones contra los comunicadores van en aumento y las agresiones contra ellos van desde la difamación, las detenciones ilegales arbitrarias, el desplazamiento, los asesinatos, las desapariciones forzadas, la censura y la autocensura como una realidad constante.
Los editores han tomado como medida de seguridad en algunos casos, eliminar la firma de los reporteros para protegerlos de posibles venganzas, igual ha sucedido con el trabajo fotográfico que implica violencia extrema o la participación del crimen organizado, por lo cual se ha reservado la identidad de los fotógrafos para mantenerlos en el anonimato y fuera del alcance de cualquier agresión.
El ejercer la actividad periodística con honestidad, valor, pasión, determinación y entrega, tiene alto riesgo incluso que han sido pagados con la vida de los comunicadores, por lo tanto, se hace necesario abrir espacios de análisis, reflexión, discusión y denuncia para frenar a los depredadores de la libertad de expresión.
La violencia extrema contra el gremio periodístico se ha convertido en una amenaza velada que acrecienta la cultura del miedo y la muerte, a la que al parecer la sociedad se ha acostumbrado; ya que se está perdiendo toda capacidad de asombro y de respuesta.
El periodista y escritor Ricardo Ravelo ha realizado una investigación periodística a fondo en el texto que hoy analizamos y que es el último de sus trabajos, cuando anteriormente ha publicado ya varios libros que tuvieron impacto periodístico, más allá de las fronteras de México: Los Capos. Las narcorutas de México; Crónicas de sangre. Cinco Historias de Los Zetas; Ossiel. Vida y tragedia de un capo, y Narcomex: Historia e historias de una guerra.
Su trabajo han sentado las bases para comprender mejor el fenómeno de la delincuencia organizada afincada en México, en el último texto aborda los asesinatos y desapariciones forzadas de sus colegas periodistas veracruzanos, víctimas de un conflicto armado, en la cual profesionales de la información han realizado su trabajo cubriendo noticias vinculadas con redes criminales y grupos de poder.
Este libro tiene una profundidad indagatoria memorable ya que analiza las investigaciones ministeriales y los procesos judiciales y auxiliándose de testimonios inéditos relativos a los expedientes de los casos, el autor encuentra como un común denominador de las desapariciones forzadas y ejecuciones de los periodistas no han sido debidamente investigadas por las autoridades responsables.
Se abunda en los casos de asesinatos mafiosos o de desapariciones forzadas de los siguientes periodistas y reporteros: Gregorio Jiménez de la Cruz, Sergio Landa Rosado, Gabriel Manuel Fonseca Hernández, Víctor Manuel Báez Chino, Evaristo Ortega Zárate, Miguel Ángel López Velasco (Milovela), Yolanda Ordaz de la Cruz, Gabriel Huge Córdova (cuya ejecución incluye las de Esteban Rodríguez Rodríguez, El Furcio; Guillermo Luna Varela y Ana Irasema Becerra Jiménez) y Regina Martínez Pérez. Cada caso, evidentemente, encierra sus particularidades. Sin embargo, las investigaciones de Ricardo Ravelo llegan a la conclusión de que en la mayoría de estos los periodistas fueron “eliminados” por la valentía y por el profesionalismo con que realizaban sus trabajos de investigación de campo.
Hoy el ejercicio periodístico se encuentra en riesgo, en medio de una violencia desatada por el crimen organizado, así como la corrupción policiaca e impunidad, por lo cual, aclarar los asesinatos de los periodistas es una urgencia real, la invitación es leer la obra que está escrita sin juicios de valor, pues como lo dice en la parte introductoria el autor, Ricardo Ravelo, la información dura es la que habla, donde la realidad puso las imágenes y el reportero las palabras.