El gobierno boliviano perfila los ejes de una eventual demanda internacional que presentaría contra Chile en defensa de las aguas del manantial Silala, reivindicado como recurso nacional y que el vecino país utiliza sin mediar retribución. El citado manantial nace en territorio de Bolivia, pero sus aguas hace más de 100 años son utilizadas por varias ciudades del norte de Chile, y el presidente Evo Morales anticipó seis razones que justifican una eventual demanda internacional.
Como primera razón el mandatario recordó un contrato de concesión firmado en 1908 entre la empresa chilena Antofagasta Rail Company Limited y la prefectura del departamento boliviano de Potosí, donde Chile vecino pedía permiso para el uso de esas aguas.
Las concesiones tienen tiempos limitados. Esas aguas son de los bolivianos, de los potosinos, precisó Morales tras aclarar que, según estudios especializados, las aguas subterráneas inmovilizadas del Silala están en territorio boliviano y datan del período glacial.
En la región desértica de Quetena (Potosí) no escurren aguas del Silala, porque no existe mucha precipitación fluvial y tampoco hay aguas de deshielo de las montañas y ni aguas de excedencias de lagunas que pueden infiltrarse en el subsuelo.
Por lo tanto, recalcó, no se puede hablar de un río internacional, como Chile falsamente afirma, manifestó Morales.
Como tercera razón, precisa el gobierno boliviano, las aguas fueron desviadas artificialmente a Chile porque no hay un flujo natural en esa dirección y el único flujo existente es producido por canales construidos por Chile a principios del siglo XIX.
Una cuarta razón para la demanda está dada por la naturaleza de las aguas subterráneas, completamente bolivianas, el uso y explotación es exclusivamente de este país andino porque no forman parte de un sistema hidrológico compartido.
La Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia señala en su artículo 373 que las aguas fósiles, glaciales, humedales subterráneos, minerales, medicinales y otros, son prioritarios para el país y es su obligación defender y cuidar esos recursos naturales.
La quinta razón expuesta por el gobierno de La Paz es que Chile explotó de forma gratuita los recursos hídricos por más de 100 años y debe reconocer su deuda por el uso de las aguas del Silala ascendente a miles de millones de dólares.
Y como sexta, expone el gobierno boliviano, que Chile vulnera el principio de soberanía de este país que tiene el derecho exclusivo sobre el uso de sus recursos naturales, apoyado por la Carta de Derechos y Deberes Económicos de los Estados de las Naciones Unidas.