Cientos de miles de argentinos comenzaron a movilizarse en esta capital para una marcha hacia Plaza de Mayo con el objetivo común de reafirmar el sentimiento de “Nunca Más” a la última dictadura cívico-militar. En un día especial, recuerdan el aniversario 40 del zarpazo castrense que sumió a este país en 1976 en siete años de terrorismo de Estado en el que desaparecieron 30 mil personas, afirman los organismos de derechos humanos.
El 24 de marzo de 1976, la Junta de Comandantes, liderada por el general Jorge Rafael Videla, depuso a Estela Martínez de Perón, instalando la dictadura más brutal del siglo 20 en Argentina. Además de Buenos Aires, se realizarán diferentes actos en todo el país.
Madres, Abuelas y Familiares se concentrarán a las 14:00 hora local en la céntrica intersección de 9 de Julio y Avenida de Mayo.
En la manifestación habrá una fuerte presencia sindical, en el marco de la ola de despidos desatada por la política de ajuste económico y político del gobierno de la Alianza Cambiemos.
Los partidos de izquierda convocan desde el Congreso, mientras que organizaciones sociales y populares desde Rivadavia y 9 de Julio. Los sindicatos acordaron otros puntos de concentración, mientras mucha gente sin afiliación a una u otra agrupación se sumarán también a la gran marcha por el “Nunca Más”.
Este aniversario del más violento golpe de Estado de la historia argentina no es uno más, es el cuadragésimo desde su irrupción terrorífica, pero el primero después de que el kirchnerismo dejó el gobierno nacional.
Y como añadidura tiene el condimento de la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que puso fin a su estancia en Buenos Aires.
El mandatario rindió homenaje en la mañana a las víctimas de ese terrorismo de Estado en el Parque de la Memoria antes de partir a Bariloche y allí formalizó la desclasificación de nuevos archivos del gobierno norteamericano incluyendo documentos militares y de inteligencia.
Los organismos de derechos humanos reconocieron el gesto pero quedaron inconformes porque Obama no expresó el desagravio que esperaban por la complicidad de los gobiernos de Estados Unidos de esos años en ese sangriento golpe militar y en otros de la región.