La definitiva separación del proceso eleccionario peruano de los candidatos Julio Guzmán (Todos por el Perú-TPP) y César Acuña Peralta (Alianza para el Progreso), el primero por haberse declarado fundada una tacha en su contra referida a que su inscripción no cumplió los requisitos de la ley electoral y el segundo por probarse que repartió dinero en plena campaña electoral, dispuesta de manera inapelable por el Jurado Nacional de Elecciones- JNE, ha recompuesto el panorama eleccionario.
Según la última encuesta de la encuestadora Ipsos, los votos de los candidatos descartados habrían sido absorbidos por dos candidatos chicos: Alfredo Barnechea (Acción Popular) y Verónika Mendoza (del izquierdista Frente Amplio), quienes comparten ahora el tercer lugar empatados con el 6% luego de haber emergido del fondo de la tabla, donde estaban con 1% y 2 %, situándose detrás de los punteros: Keiko Fujimori: 32% y Pedro Pablo Kuczynski- PPK: 14%.
Falso remedio
Si fuera cierto como insisten la mayoría de analistas locales, críticos del régimen de Ollanta Humala, que la decisión del JNE, aparentemente controlado por el Apra y el fujimorismo, habría sido decidida ilegalmente para cerrarle el paso a Guzmán, por las múltiples evidencias de que sería el verdadero candidato oficialista del régimen, el remedio habría salido peor que la enfermedad.
Como lo han destacado algunos de los analistas, entre ellos Rosa María Palacios, en las cuatro elecciones presidenciales precedentes, los electores peruanos eligieron en la segunda vuelta al que demostró encarnar un programa de centro, aunque luego llegado al gobierno se pasaron con petacas y todo a la derecha, y no eligieron a los que inicialmente se perfilaban como favoritos, como lo son ahora Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski.
Antecedentes
Eso hicieron en su momento, Alberto Fujimori, al prometer –falsamente- que no aplicaría el neoliberalismo de Vargas Llosa; también Alejandro Toledo, al asegurar que corregiría el neoliberalismo legado por Fujimori; Alan García (segundo gobierno), que repitió la misma cantaleta y el actual presidente Ollanta Humala, surgido inicialmente con un programa izquierdista y una vez en el gobierno transó con los gremios empresariales y ejecutó un programa pro fujimorista en materias política y económica.
Planteada así la situación, entre los seis candidatos actuales con más posibilidades electorales (Keiko Fujimori 32%, PPK 14%, Barnechea 9%, Mendoza 9%, Alan García 6% y Toledo 2%), los que expresan verdaderamente un programa de centro son Barnechea y Mendoza y un síntoma de este aserto sería el vertiginoso ascenso de ambos desde el fondo de la tabla hasta el tercer lugar, ambos empatados.
Por eso decimos, que el remedio urdido por el JNE resultaría peor que la enfermedad y podría darse el caso que Keiko Fujimori tenga que dirimir la presidencia con Alfredo Barnechea o con Verónika Mendoza, en caso de que uno de estos pase a la segunda vuelta.
Barnechea
Barnechea ha encandilado a los electores con la promesa de ejecutar la renegociación de los entreguistas contratos de gas suscritos en el pasado por el expresidente Toledo y su ex ministro, ex premier y ahora candidato Pedro Pablo Kuzcynski, a causa del cual el Perú siendo productor de gas tiene el balón de gas más caro de Suramérica.
Según reputadas opiniones técnicas, entre ellos Luis Montenegro Gómez, PPK y Toledo favorecieron deliberadamente al consorcio extractor al no considerar, entre otros compromisos, que la medición del gas fuera a boca de pozo para que no se vendiera el etano como si fuera metano, y que las regalías que corresponden al Perú fueran sobre el precio de venta real. Si esto hubiera sucedido, el Perú no habría recibido en el 2015 regalías por US$ 35 millones, sino más de US$ 350 millones”.
El candidato PPK, gestor de esos entreguistas y leoninos contratos, enteramente favorables al consorcio Camisea, conformado por 5 empresas, entre las que destacan Repsol y Hunt, se toca de nervios cuando es preguntado por este tema. La primera vez reaccionó en forma iracunda y dijo que los contratos del gas de Camisea no se podían renegociar. Barnechea asegura que sí. La experiencia internacional también lo confirma.
Verónika
Por su parte, Verónika Mendoza, como en su momento, lo hizo el “izquierdista” Humala, promete toda clase de reformas, entre ellas la de oponerse a la minería depredadora de la agricultura y medio ambiente.
Si bien el electorado comulga con los anuncios de estos dos “outsiders”, como la prueba las luchas populares victoriosas contra los proyectos Conga, en Cajamarca; y Tía María (Arequipa), que costaron más de 10 muertos, nada garantiza que en una vez en el poder defeccionen y claudiquen ante los cantos de sirena y chantajes de la derecha oligárquica y el imperialismo transnacional.