Noviembre 17, 2024

Un burro hablando de orejas

Para ser un Savonarola y juzgar a los demás enviándolos a la hoguera del desprestigio hay que tener una moral intachable. Por lo demás, aquellos que siguen al monje florentino, que hizo tanto daño a su Ciudad-Estado, terminan en la hoguera, igual que su líder, en la Plaza de la  Signoría.

 

 

                El moralista intachable Jorge Pizarro, presidente actual del partido democratacristiano, que dejó la estacada a las víctimas del terremoto, en su circunscripción de Coquimbo para escaparse a Londres y asistir a un mundial de su deporte preferido en sus años mozos, se da el lujo de pedir explicaciones al ex candidato presidencial, Marco Enríquez-Ominami. (Para más remate, sus hijos están directamente imputados en el caso SQM).

                El olvido, sabemos por experiencia, es muy útil para engañar a los electores: la Democracia Cristiana – que pide explicaciones a Marco Enriquez-Ominami – ha recibido, como aportes extranjeros, millones de dólares, liras, marcos alemanes y euros, enviados directamente por sus partidos hermanos, para asegurar el triunfo de Eduardo Frei Montalva sobre el candidato Salvador Allende (1964) y, posteriormente, el gobierno norteamericano, (1973), para su cruento derrocamiento. ¡Cuánta sangre acompaña estos recursos mal habidos! – Por lo demás, estos aportes llegaban directamente a los amigos de Frei Montalva y no a las directivas del partido, en ese tiempo rebelde y tercerista -.

                ¿Qué clase de moral pueden dar los antiguos partidos integrantes de la Concertación si durante sus años de “reinado” ostentan un récord de corrupción y de asalto a los dineros del Estado – es decir, al de todos los chilenos – sólo superado durante la tiranía de Pinochet. (Me permito remitir al lector a las obras de Patricio Orellana Vargas y, más recientemente, a las de María Olivia Monckeberg y de Daniel Matamala).

                Los gobiernos de Ricardo Lagos, de Michelle Bachelet y de Sebastián Piñera ostentan un récord probado de corrupción sólo superado por lo acaecido durante la dictadura de Pinochet.

                ¿Puede dar clases de moral el ex Presidente Sebastián Piñera, que confunde con enorme facilidad los negocios privados con los públicos y que, además, a pesar del fideicomiso ciego, multiplica su capital durante su mandato, por el solo paso del tiempo? ¿Cómo puede responder ante la opinión pública que uno de sus subsecretarios de Estado esté formalizado por un presunto soborno, y que  un ministro  esté siendo investigado por eventual cohecho, y que además, su jefe de campaña  también esté formalizado?

                ¿Con qué autoridad moral el senador Juan Antonio Coloma s y José Manuel Edwards critican con saña a Marco Enríquez-Ominami cuando uno de los fundadores de la UDI, Jovino Novoa, está condenado, y otro investigado por cohecho,  y muchos dirigentes y parlamentarios de ese partido quienes, endeudados por los  gastos de sus campañas, recurrieron a la “caja pagadora del banco Penta” – según palabras del fiscal Carlos Gajardo, “una máquina para defraudar al fisco? -. Según una empresa norteamericana, el partido que más se benefició con   los aportes de SQM fue la UDI, seguida por Renovación Nacional – los dos partidos de la derecha -.

                ¿Puede hacer clase de moral el vocero del gobierno actual, Marcelo Díaz, si ya se ha comprobado que, “eventualmente” existió una pre-campaña por la cual está pagando las consecuencias solamente el geógrafo Giorgio Martelli? ¿Con qué autoridad algunos miembros de la Nueva Mayoría, critican el uso del Jet privado de Marco Enríquez-Ominami cuando el actual canciller Heraldo Muñoz fue acusado de organizar un yate-crucero, en Miami para recaudar fondos extranjeros violando la ley, en la campaña de Michelle Bachelet?

                En el triunfo siempre un millón de amigos sale al paso. ¿Acaso no recuerdan que Luiz Inácio Lula Da Silva era el modelo de  la socialdemocracia a nivel mundial, y latinoamericana en particular? El niñito mimado del socialismo moderado – para diferenciarlo del de Chávez – hoy los mismos socialistas chilenos, que antes caían a sus pies, lo abandonan para adherir a la campaña de la derecha para desestabilizar los gobiernos progresistas.

                La política siempre debe hacerse sin llorar: no hay razón para victimizarse, sin embargo, es evidente que desde la UDI hasta miembros del gobierno actual han elegido a Marco Enríquez-Ominami como el “chivo expiatorio”, es decir, buscar a un supuesto culpable para que asuma la podredumbre en que se halla nuestra casa política que está llevando, incluso, a la pérdida de legitimidad institucional.

                ¿Cómo no va a ser sospechoso que los ex Presidentes Eduardo Frei Ruiz-Tagle y Sebastián Piñera Echeñique  nunca  hayan sido llamados a declarar cuando la tesorera de Frei y el jefe de campaña de Piñera aparece, implicados en SQM?  – Piñera también en el caso Penta -. Cualquier persona que sea capaz de comprender la lectura de un artículo de prensa o una información en televisión, podrá probar el ensañamiento de que hacen gala para tratar de destruir la figura de Marco Enríquez-Ominami, y sólo conceden un pequeño espacio, casi ridículo, para consignar las declaraciones de Patricia Morales, presidenta del Partido PRO?

                Cabe preguntarse por qué Enríquez-Ominami incomoda de tal manera a los tenores huecos de las castas en el poder. Las respuestas caen por sí solas: en 2009 puso en cuestión el duopolio Alianza-Concertación y obtuvo una votación inesperada para un joven que apenas incursionaba en la política. Han pasado los años y Enríquez-Ominami sigue poniendo nervioso al chauvinista Jorge Tarud – respira veneno por su rostro y sus ojos y se prueba por lo desencajado de su figura cuando hace alusión a Enríquez-Ominami –  y al “Rogelio” UDI, Edwards. Si quieren encontrar la clave y la matriz de tanta intriga y hasta temor, nada más fácil que irse a la página  de la Fundación PROGRESA y leer el programa presidencial de Marco Enríquez-Ominami, entre tanto yo les resumiría que tiene ideas tan peligrosas como proponer una Asamblea Constituyente para refundar la República que dejo de existir el 11 de septiembre  de 1973 , además, terminar con la invariabilidad tributaria y cobrar un royalty real que supere, de lejos, el porcentaje que hoy cobra el Estado a las empresas mineras  extranjeras. En su reforma tributaria plantea recaudar el doble de la actual – cocinada en la mansión de Fontaine, por el sector conservador de los senadores democratacristianos. Es lógico que ponga nerviosos a los dueños del país, a los vitalicios senadores de esa institución inútil, plutocrática, y reemplazarla por una Cámara única. Terminar con los monarcas absolutos  irresponsables  ante la ley  y la ciudadanía  solo  en caso de Ibañez una acusación constitucional prospero en toda la historia de Chile. Varios Presidentes que masacraron a sus electores tienen estatuas y calles  en los pueblos

Porque estos catones  de a peso   no quitan la concesión de Corfo  a  SQM, declaran  caduca la ley de pesca. En  vez de reformar el espurio art redactado por  el gerente de SQM proponer un royalty del 30% para las empresas extranjeras que nos roban las riquezas. Si son tan valientes Por que no incluir en la constitución que dejar a los ancianos en largas listas de esperas es un asesinato  perpetrado por el estado.(cuentos de ellos han muerto esperando)

 

                Mientras atacan a Marco, más lo levantan. Es la ley de la dialéctica política.

Rafael Luis Gumucio Rivas (EL Viejo)

15/03/2016        

 

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