Al presidente Evo Morales, que lleva las riendas de Bolivia desde hace ya una década, sólo le quedan cuatro años de gobierno. Poco tiempo para finalizar todos sus grandes proyectos. Uno de ellos recibirá su primer impulso este domingo (6.3.2016), cuando los últimos contratos sean firmados – representantes del Gobierno ruso, socio de Bolivia para este programa, estarán presentes para la ocasión– y la primera piedra de la construcción sea colocada: el primer centro nuclear de Bolivia. “Será el centro nuclear más grande de toda Sudamérica”, asegura la encargada de este proyecto, Wilma Alacona, quien con 28 años es la concejal más joven de la cámara legislativa de El Alto.
Crónica de un largo viaje
A bordo de un vehículo rústico comienza el largo viaje hacia El Alto, Distrito 8, para presenciar la génesis del primer centro atómico de este país andino, que será construido en un terreno de 15 hectáreas, a 4.000 metros de altura. Un modelo gráfico muestra tres modernos edificios rodeados de jardines, dos canchas de tenis, una piscina, un centro de congresos y hasta un hotel. Después de habernos perdido un par de veces entre lodo y asfalto, Alacona anuncia que hemos llegado, abre un portón de aluminio detrás del cual se encuentran las ruinas de una antigua fábrica de clavos. El terreno pertenece al Tesoro General de la Nación y fue entregado para acoger al centro nuclear.
300 millones de dólares costará la erección de este centro atómico, uno de los tres proyectos tecnológicos que Evo Morales ha puesto en marcha para el que fuera su bastión, El Alto, descrito ahora por Alacona como “la capital boliviana de la ciencia y la tecnología”. Los otros dos programas ya han sido concluidos, gracias a los ingresos generados por las ventas de gas cuando el precio de ese recurso natural estaba por las nubes: uno es la fábrica Quipus, que ensambla computadoras y celulares hechos en Bolivia, y el otro es el satélite Tukap Katari, que en 2013 fue comprado a los chinos por 257 millones de dólares.
La cooperación rusa ha hecho posible el desarrollo de este plan para dotar a Bolivia con su primer centro nuclear. Los expertos de la empresa rusa Rosatom se encuentran desde hace días en La Paz, haciendo preparativos desde el Viceministerio de Energía boliviano. Fue ahí donde nos recibió el Dr. Silverio Chávez, quien, tras estudiar en Francia, fue el único físico nuclear de Bolivia durante mucho tiempo. Chávez es un pionero en esta área. Desde hace un cuarto de siglo es director del Instituto Boliviano de Ciencia y Energía Nuclear (IBTEN), que cuenta con una plantilla de 33 empleados. “El centro nuclear es un éxito total. Me alegra que los amigos del presidente Morales en Irak e Irán le dieran esta idea”, comentó Chávez.
“Es un centro de investigación, no una planta”
“¡Ojo!, se trata de un centro de investigación, no de una planta para generar energía nuclear”, aclara Chávez. La institución por nacer tiene tres objetivos principales: el primero es la irradiación gama de alimentos naturales, como frutas y verduras. Mediante esta intervención los alimentos naturales se conservan durante más tiempo y pueden ser exportados. La segunda meta es el tratamiento de tumores cancerígenos mediante radiofármacos de ciclotrón. Y el tercer fin
es la investigación sobre energía nuclear en Bolivia. “Necesitamos mayor soberanía científica”, sostiene Chávez.