La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) hizo hoy un llamado para exigir justicia ante el asesinato de la dirigente popular e indígena hondureña Berta Cáceres, ocurrido este jueves 3 de marzo en el país centroamericano.
En una declaración pública, la Secretaria Ejecutiva del organismo de las Naciones Unidas, Alicia Bárcena, condenó el hecho y pidió respeto y protección para todos aquellos que como Berta, dedican su vida a construir derechos para todas y todos.
A continuación el texto íntegro de la declaración de la alta funcionaria internacional:
Declaración de Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, ante la muerte de Berta Cáceres
CEPAL, Santiago, Chile, 4 de marzo de 2016
Con sorpresa y dolor hemos conocido del asesinato, hace pocas horas, de una latinoamericana excepcional, Berta Cáceres, presidenta del Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras, defensora incansable del medioambiente y líder orgullosa del pueblo Lenca.
El trayecto de su vida fecunda fue testimonio de compromiso y coherencia. Su lucha por resguardar el entorno que ha sido siempre la casa de los suyos, el río Gualcarque, es un ejemplo de dignidad heroica.
En la CEPAL hemos tenido la oportunidad de colaborar permanentemente con el quehacer de las organizaciones que representan a nuestros pueblos indígenas y con la vasta red de organismos de la sociedad civil que trabajan a lo largo de América Latina y el Caribe por la protección medioambiental. Fue así como conocimos y aprendimos a valorar el legado de Berta.
Hace pocos meses, al recibir el Premio Goldman, Berta nos enseñaba una lección perdurable: “En nuestras cosmovisiones somos seres surgidos de la tierra, el agua y el maíz. De los ríos somos custodios ancestrales, el pueblo Lenca, resguardados además por los espíritus de las niñas que nos enseñan que dar la vida de múltiples formas por la defensa de los ríos es dar la vida para el bien de la humanidad y de este planeta”.
Su muerte nos golpea como un agravio que sentimos propio. La CEPAL eleva su voz para exigir justicia, para demandar el respeto y la protección de todos aquellos que como Berta, a lo largo de América Latina, empeñan su vida en construir derechos para todas y todos.
Decimos hoy, como Berta: “Nuestras conciencias serán sacudidas por el hecho de solo estar contemplando la autodestrucción basada en la depredación capitalista, racista y patriarcal (…). Construyamos entonces sociedades capaces de coexistir de manera justa, digna y por la vida. Juntémonos y sigamos con esperanza defendiendo y cuidando la sangre de la tierra y los espíritus”.