El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, advirtió ayer que sus fuerzas armadas mantendrán los bombardeos contra las milicias kurdas en el norte de Siria y pidió a Estados Unidos decidir si apoya a Ankara o a los insurgentes.
“Nos dicen que dejemos de bombardear las posiciones Unidades de Protección Popular (YPG), brazo armado del Partido de la Unión Democrática (PYD). Lo sentimos, pero no pensamos hacerlo”, dijo Erdogan en un discurso transmitido en directo en televisión.
“Que nadie piense que nos retiramos. Cada disparo hacia Turquía desde el otro lado (de la frontera) será respondido, recibirá una respuesta muy superior”, aseguró el mandatario, citado por el diario turco Hürriyet.
Turquía, que ve a las YPG como una organización terrorista vinculada al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), le preocupa el rápido avance de los combatientes kurdos sirios, apoyados por Estados Unidos, para hacerse con territorios cerca de la frontera turca.
Desde el pasado 13 de febrero, las fuerzas turcas comenzaron a bombardear posiciones kurdas sirias en la zona de Azaz, en la provincia siria de Alepo, a unos seis kilómetros de la frontera con Turquía, alegando que se trata de ataques de respuesta.
Erdogan subrayó que ignorar la relación entre el partido kurdo sirio PYD y el PKK, que lucha desde hace tres décadas por instaurar una autonomía kurda en el sureste de Turquía, es un “acto hostil”.
Pese a las amenazas de Turquía, las fuerzas de autodefensa kurdas continúan este miércoles su ofensiva contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en el norte de Siria, aseguró el portavoz de la alianza de grupos armados Fuerzas Democráticas de Siria, Talal Salu.
“Dijeron que detendrán nuestro avance, pero hemos avanzado y seguiremos atacando las posiciones del EI porque es nuestra tierra”, dijo.
Aseguró que las fuerzas de la alianza no responderán a los ataques de artillería que lanzan los militares turcos. “No nos dejaremos llevar por las provocaciones, nuestra tarea es acabar con el EI”, destacó.
Estados Unidos, Rusia y el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas han pedido a Turquía que ponga fin a sus ataques de artillería contra la milicia kurda en el norte de Siria.
Las Unidades de Protección Popular controlan casi la totalidad de la frontera norte de Siria con Turquía y han sido un aliado cercano de Estados Unidos en la campaña contra el Estado Islámico en Siria.